El MAS consiguió la Gobernación beniana en 2015, pero en los dos últimos procesos presidenciales (2009 y 2014) no pudo superar los votos de opositores

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11 de agosto de 2019, 21:50 PM
11 de agosto de 2019, 21:50 PM

Los procesos electores se encargaron de mostrar un nuevo escenario político en Beni, pero aún falta erradicar viejos males para mejorar la calidad de vida a las personas, que todavía reclaman atención. El azul del Movimiento Al Socialismo desplazó a viejos líderes y colocó a otros en la palestra pública. Tiene la Gobernación y la oposición asegura que la recuperará en las elecciones subnacionales del próximo año.

Elsa Díaz, de 51 años, vive en Puerto Almacén, distante 11 kilómetros de Trinidad. Allí las casas son construidas con niveles altos, porque viven entre tres o cuatro meses bregando con la inundación. “Los animales se pierden, porque no hay dónde resguardarlos y habilitamos las canoas todo ese tiempo”, señala.

Ha domesticado a un Taitetú, un animal de monte que lleva por nombre Panchita. Es uno de los huérfanos de la llenura de este año. Fue rescatado de las aguas.

Elsa nació en Villa Tunari, pero desde que tenía cinco años vive en tierra beniana. Antes radicó en Puerto Varador, pero hace 18 años también tuvo su paso por Puerto Almacén. Es madre de ocho hijos, todos por parto normal atendida por su esposo, que ya falleció.

Su vida tranquila, donde disfruta una sopa de pescado preparada a leña, no la ciega a ver lo mucho que falta mejorar. Ella ejerce la medicina tradicional y también se ha metido a la dirigencia de las Bartolinas, lo que ha permitido buscar mejorar para su comunidad, pero también descubrir necesidades.

Con experiencia puede decir que los políticos no han podido atender las necesidades. En su criterio, una de las más urgentes para el lugar donde vive es una circunvalación para evitar el agua. Al mirar su vivienda, recuerda que hace unos siete años el Gobierno los ayudó a construirlas, al igual que proyectos como la repoblación de ganado.

Otra de las grandes preocupaciones en esa región son los embarazos en adolescente. Según Elsa, las niñas de entre 13 y 14 años quedan encinta y muchas se ven obligadas a dejar el estudio, porque deben trabajar para mantener a sus hijos. “Es una realidad que las autoridades deben atender”, dijo.

Otra de las preocupaciones de los benianos es la falta de fuente de empleo. Muchos taxistas aseguran que no hay trabajo y buscan la forma de ganarse la vida como mototaxistas, pero eso tampoco garantiza beneficios, como el acceso a una jubilación.

En el norte, en la ciudad de Riberalta, como sucede en otras provincias benianas, hay necesidades que deben estar en el ojo de los políticos. También es un problema la falta de empleo, que es lo que más exige la gente. “En salud, la situación no mejora, pese a que está el hospital nuevo, pero no hay los especialistas ni el quirófano adecuado”, señala una secretaria de 43 años.

El escenario político cambió

En 2015 el escenario político cambió en Beni, cuando el Movimiento Al Socialismo ganó por primera vez la Gobernación con 789 votos, en una segunda vuelta. Fue entonces cuando Álex Ferrier quedó al frente de la Gobernación, sacando a la oposición liderada por el exgobernador Ernesto Suárez. Obtuvo el 85,598 del electorado (50,23 %), mientras que el candidato de la agrupación Nacionalidades Autónomas por el Cambio y Empoderamiento Revolucionario (Nacer), Carlos Dellien, consiguió el 84.809 (49,77 %). La elección concluyó en medio de denuncias de fraude.

Para los Demócratas, el MAS los sacó del escenario en esas elecciones subnacionales porque se presentaron inicialmente cuatro agrupaciones ciudadanas y organizaciones políticas para la elección de gobernador. Sin embargo, un delito electoral motivó la cancelación de la personería jurídica de la alianza UD, por lo que quedaron únicamente tres candidaturas: Nacer, el MAS y el MNR. La dirigencia de UD manifiesta que el MAS, a través del Tribunal Electoral Departamental inhabilitó a 228 candidatos, a una semana de las elecciones.

Hasta ahora, el MAS no ha podido ganar ninguna elección presidencial en esa región. En 2014, el partido oficialista obtuvo en ese departamento 41,49 por ciento de la votación, frente a Unidad Demócrata (51,44%) que era la primera fuerza.

En las elecciones generales, de 2009 el partido oficialista consiguió 37,66% de la votación, frente al opositor Plan Progreso para Bolivia-Convergencia Nacional, con 53,15%. “Si no nos hubiesen anulado a los 228 candidatos, la elección la íbamos a ganar sin competencia. En la segunda vuelta, también nos robaron el resultado”, sostiene el líder opositor Ernesto Suárez.

Continuó diciendo que “ahora tengo la plena seguridad de que vamos a recuperar Beni en 2020, y en 2019 también vamos a ganarle al MAS”, dijo.

En el referéndum del 21-F

En Beni los opositores destacan que sacaron la votación más alta contra la reelección, pese a que para ese entonces la Gobernación y toda la mayoría de las autoridades elegidas eran del oficialismo. En esta región el No se impuso y con 108.267 votos por el No (60,72%) frente a 70.041 (39,28%) del Sí. Con esto esta región negó una posible repostulación presidencial.

El referéndum fue convocado para que el pueblo boliviano apruebe o no la reforma del artículo 168 de la Constitución Política del Estado el 21 de febrero de 2016, el No resultó mayoritario con 51,3% de los votos válidos, frente al 48,7% de votos del Sí en el país. La opción No ganó en seis de los nueve departamentos (Chuquisaca, Potosí, Tarija, Santa Cruz, Beni y Pando).