Antofagasta vivió un momento de alegría. Se reunió en un lugar histórico que antes pertenecía a Bolivia y donde las tropas chilenas iniciaron la invasión

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2 de octubre de 2018, 4:00 AM
2 de octubre de 2018, 4:00 AM

El muelle Melbourn Clark, en Antofagasta, era boliviano. Ahí, además de otros ocho embarcaderos, llegaron las tropas chilenas en febrero de 1879 para iniciar su invasión. Ayer, en ese mismo lugar la población chilena saltaba de alegría. Flameaban banderas de Chile y gritaban por la satisfacción del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). En esa zona se instaló la fiesta negando que ese espacio antes perteneciera a Bolivia. Esa algarabía tuvo un blanco de críticas: Evo Morales.

Don Mariano Rojas agarra un cartel en el que le pide paz a Evo Morales. Nació en Antofagasta hace 86 años y festejó el fallo como si Chile hubiera clasificado nuevamente a un Mundial de fútbol. No era menos. Unas 300 personas que se reunieron en el muelle histórico no esperaban el resultado que brindó la CIJ. No llegaron tan entusiasmados. Pero mientras el presidente de la CIJ, Abdulqawi Ahmed Yusuf, leía el veredicto la gente gritaba y festejaba sorprendida. Las banderas flameaban más arriba y los participantes estaban parados.

La alcaldesa de Antofagasta, Karen Rojo, no disimula su alegría. Agarraba su teléfono y mandaba mensajes por las redes sociales. La hora y 15 minutos que duró el fallo tenía un ambiente festivo. Los vehículos que pasaban por el lugar tocaban la bocina y más aun cuando terminó el veredicto.

La comunidad boliviana en Antofagasta no siguió el fallo de cerca y continuó con sus labores habituales. El consulado de Bolivia acondicionó un pequeño espacio que tuvo pocos seguidores. La mayoría de los connacionales se dedica a la venta de verduras y frutas en los mercados de la ciudad.

“(Evo Morales) hizo mucho daño entre ambas naciones invirtiendo recursos de su país. El presidente (boliviano) que escuche la sentencia y ojalá cambie de actitud. Debemos crecer, los pueblos deben crecer (…) Evo Morales debe pedir disculpas públicas al pueblo chileno por todo el daño que hizo mientras duró el proceso. Los niños de Bolivia no deben crecer odiando a Chile y los niños chilenos deben conocer la verdadera historia”, remarcó Rojo, mientras la cueca chilena se apoderó del escenario que se instaló el frente del muelle histórico, que hoy tendrá la visita del presidente chileno, Sebastián Piñera.

La burgomaestre fue más allá. Le sugirió al mandatario boliviano que deje a un lado sus intenciones de repostular en las elecciones generales de 2019. “Yo que él (Evo Morales) daría un paso al costado. Bolivia necesita otro gobernante y la última cartita que tenía era este fallo”, sentenció la alcaldesa.

Desde La Paz no hubo respuestas al comentario de Rojo. Mientras que el aparato político en Santiago salió con la frente en alto y el ataque a Evo Morales fue claro. El senador Iván Moreira señaló que el “gran derrotado” es el jefe de Estado boliviano y lo culpó de “crear falsas expectativas” al pueblo boliviano. Su colega Jorge Pizarro dijo que el mandatario “construyó un castillo de naipes y se le derribó rápidamente”.

El senador y ex agente chileno José Miguel Insulza detalló que el diálogo debe continuar, pero ve en Evo Morales una “piedra en el zapato” y que se debe priorizar el trabajo con Bolivia en temas sociales, como la lucha contra el narcotráfico, el contrabando y la trata y tráfico de personas.

El canciller de Chile, Roberto Ampuero, señaló que están “inmensamente satisfechos” y que Bolivia debe acatar el veredicto de la CIJ.

Por su parte, el ex presidente chileno Ricardo Lagos, al comentar que tuvo que lidiar con seis mandatarios bolivianos, reveló que siempre negó la palabra “soberanía” en las negociaciones y destacó que Perú es parte “importante” en esta temática. 

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