Policías italianos lloraron al verlo por fin preso. El agente más antiguo dijo que Battisti le juró matarlo algún día

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15 de enero de 2019, 10:50 AM
15 de enero de 2019, 10:50 AM

Hacía casi cuatro semanas que los policías de la Interpol Santa Cruz seguían los rastros del italiano Cesare Battisti, buscado desde hacen 37 años por su país para que rinda cuentas a la justicia por dos cadenas perpetuas en su contra por asesinato y terrorismo.

Fuentes que estuvieron en las investigaciones y la captura hicieron revelaciones a EL DEBER. Battisti tenía sello rojo a escala mundial de la Interpol. Después de vivir en Brasil, donde la situación cambió con la llegada al poder del presidente Jair Bolsonaro, decidió migrar a Bolivia, porque ya existía la orden de captura emitida por un juez brasileño.

Según los testimonios, Battisti entró a Bolivia en noviembre. La Interpol, dirigida por Paúl Saaveda, movilizó a sus hombres más capaces en la búqueda. Lo hicieron también con policías de Interpol de Italia que llegaron y estaban alojados en un hotel de cinco estrellas de Santa Cruz.

Cuatro casas y un alojamiento

“Sabíamos que estaba en Bolivia y especialmente en Santa Cruz. Eso nos confortó y era a trabajar de verdad día y noche. Los agentes de la Interpol de Italia a veces participaban, pero ellos hacían también inteligencia con los de la comunidad de inteligencia. La búqueda se hizo difícil, pero lograron identificar al menos cuatro casas ubicadas en diferentes puntos de la capital donde se alojaba y estaba muy bien ayudado”, señala un agente. Afirmó que uno de los datos importantes fue encontrar un residencial entre el segundo y tercer anillo donde se alojó hasta hace poco. “Uno de los empleados fue clave, nos dijo que lo conocía y que hacía poco se alojó ahí. Hicimos estudios por cuadrantes y vimos que el sujeto podría caminar por donde hay más presencia de gente para confundirse. El sábado, cerca de las 19:00, lo vimos caminando tranquilo por el segundo anillo, cerca del Chiriguano. Lo tumbamos, lo enmanillamos y lo llevamos a la oficina. Estaba ebrio y agresivo, y solo tenía Bs 10 y nos pidió que le compremos una cerveza, pero le dijimos que no se podía y le dimos pollo, le compramos empanadas y jugos, y comió. Mandamos al hotel a llamar a los policías italianos que llegaron cuando Battisti estaba sentado en un sillón que le dimos. Le dijimos, ustedes conocen a este hombre y los italianos, que eran tres, miraron. Uno empezó a gritar, otro se arrodilló y lloraron. Era increíble. Decían, por fin, tanto que lo perseguimos, no hallaban qué hacer con nosotros”. Uno de los agentes más antiguos de Italia conocido como Sandro dijo que Battisti hace mucho tiempo le juró matarlo algún día porque siempre le hizo seguimiento. Los italianos llamaron a su país para dar la noticia, se movilizaron y no entendían todavía cómo la Interpol Santa Cruz había logrado lo que ellos no en más de 37 años. Batistti durmió muy bien, se levantó y ya sano le dijo a los policías: “El problema entre ustedes y yo ya acabó. Ahora el problema es con el Gobierno”.

Un calculador de cuenta

La fuente dijo que cuando Battisti empezó a responder que el problema ya era con el Gobierno, se dieron cuenta de que estaban frente a un calculador de cuenta, que no era cualquier persona.

Ustedes son policías

El relato señala que los policías querían sacarle datos para conocer exactamente con quién vivía, quién le ayudaba a movilizarse y por dónde entró a Bolivia. No quiso responder nada y más bien les dijo que eran policías y sabían qué hacer. “Nosotros no sabíamos que era del grupo terrorista Proletarios Armados por el Comunismo. Solo sabíamos que era buscado por asesinatos”.

Llegaron dos aviones

La noticia corrió a escala mundial e Italia de inmediato envió un avión Falcon que arribó a Santa Cruz alrededor de las 14:30. Otro avión similar también arribó una hora antes al aeropuerto de Viru Viru procedente de Brasil. El domingo desde tempranas horas en la Interpol surgió una dura disputa entre Italia y Brasil. Los italianos querían a Cesare Battisti directo, mientras que Brasil también con el argumento de que salió de ese país. El embajador de Italia Plácido Vigo llegó de La Paz. Felicitó a los policías bolivianos por la diligencia exitosa.

Cuando el ministro de Gobierno, Carlos Romero, dio la escueta rueda de prensa, Cesare Battisti estaba escuchando en otra habitación. Pasadas las 13:30 fue trasladado al aeropuerto de Viru Viru y fue entregado a los policías italianos, que lo subieron al avión que decoló a las 17:00 rumbo a Italia. Hasta hoy la Policía argumenta desconocer dónde exactamente vivió Battisti y por dónde ingresó. Lo único que sabe es que su ingreso fue ilegal, por lo que se decretó su salida obligatoria.

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