La madrugada de la audiencia cautelar tuvo que huir protegido por los fiscales. La Policía no evitó las agresiones

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14 de mayo de 2018, 3:37 AM
14 de mayo de 2018, 3:37 AM

Padre de familia de 42 años, dirigente de la zona Rumy Campana al oeste de la ciudad de Oruro, Severo Torrez Pinaya, el vecino que se atrevió a denunciar la compra irregular de más de 40 mil mochilas escolares  empezó su trajín en julio del año pasado, cuando solicitó al municipio orureño la documentación oficial sobre estas compras. Una semana después fue notificado con el inicio del primer juicio por instigación pública a delinquir.

A partir de ese momento empezaron las presiones del Ejecutivo municipal: se denunció al dirigente vecinal y desde entonces tiene que bregar con seis juicios instaurados por el alcalde Édgar Bazán; el segundo es por atentar contra la libertad de trabajo, el tercero por avasallamiento a mercado y tierras y el cuarto juicio es por contribuciones y ventajas ilegítimas.

Los ‘contragolpes’ judiciales de la Alcaldía no acaban ahí. Los dirigentes del Movimiento San Felipe de Austria, la sigla del alcalde, le iniciaron otro juicio por lesiones graves y gravísimas y finalmente el sexto proceso fue iniciado por la entonces presidenta del Concejo, Magda Suaznabar, quien lo acusó de violencia política contra las mujeres.

Torrez tomó esos procesos como un claro mensaje de amedrentamiento por denunciar el caso mochilas, pues debía defenderse y seguir buscando los documentos oficiales de la importación de las mochilas.

Pero no solo hay juicios contra el denunciante. Torres dijo que las amenazas a su persona no solo fueron personales sino que se extendieron a su familia: su suegra fue agredida, apedrearon su casa e incluso llegó a presentar una denuncia contra un sargento de la Policía, que se presentó en Rumy Camapana como “investigador del Gobierno”; según su denuncia del 20 de marzo de 2018, este policía fue retenido por los mismos vecinos y le sacaron sus documentos, de ahí que su acusación fue hecha con nombre y apellido. La acusación dice que el uniformado estaba en un auto cuya placa pertenece a un camión de alto tonelaje.

En audiencia

El viernes, en la audiencia de Bazán, los iracundos simpatizantes del alcalde reclamaban fuera de los juzgados a Severo Torrez. “¡Severo, cabrón, al paredón!”, le gritaban, mientras el dirigente permanecía dentro. Tras el fracaso de la primera audiencia, los policías le pidieron que se aislara de los medios porque la gente estaba ingresando y podía ser agredido. Incluso circuló el rumor de que fue detenido por impago de pensiones familiares, pero EL DEBER no ha podido confirmar ese caso.

La madrugada del sábado, los adeptos de Bazán, alcoholizados, agredieron a Torres a la vista del fiscal departamental; las mujeres incluso abrieron la camioneta de la Fiscalía para intentar sacarlo.