Las imágenes que forman parte de la investigación, muestran al cura junto a varios niños de entre 7 y 12 años en distintas situaciones donde hay supuestamente toques en partes íntimas

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2 de marzo de 2019, 17:54 PM
2 de marzo de 2019, 17:54 PM

Ante un posible caso de abuso de menores por parte de un sacerdote jesuita, el Provincial de la Compañía de Jesús en Bolivia, P. Osvaldo Chirveches S.J., ordenó el inicio de una investigación que establezca la veracidad de la denuncia.

Para este fin constituyó una comisión conformada por el psicólogo Antonio Fontova y la abogada Rosario Baptista. Ambos especialistas trabajan desde este viernes y en coordinación con el Delegado de Protección de la Compañía, P. Daniel Mercado S.J. 

"Atendiendo al clamor de justicia que requieren las posibles víctimas respecto de abusos o agresiones sexuales que pudieran haber cometido miembros de la Compañía de Jesús en Bolivia y haciéndose eco de las palabras del papa Francisco en la conclusión del encuentro sobre "La protección de los menores en la Iglesia", que señala: "Quisiera reafirmar con claridad: si en la Iglesia se descubre incluso un solo caso de abuso -que representa ya en sí mismo una monstruosidad-, ese caso será afrontado con la mayor seriedad", indica parte del comunicado del Provincial Jesuita a la opinión pública.

La acusación contra el presbítero L.M.R.P., de 84 años, se basa en una colección de fotos cuyo registro informático es de 2002, que fue hallada hace una década por un ahora exmiembro de la orden en una comunidad jesuita de Bolivia, según una publicación de la agencia de noticias EFE.

En las imágenes, a las que tuvo acceso Efe, el cura aparece junto a varios niños de entre 7 y 12 años en distintas situaciones donde hay supuestamente toques en partes íntimas, a las niñas les sube el vestido, las besa y las manosea, con una mano por debajo de su ropa.

Según el denunciante, que pidió el anonimato, las agresiones ocurrieron en una población rural del oriente del país donde el sacerdote pasó varios años de su actividad. Las víctimas poseen rasgos orientales típicos de una región con influencia guaraní.

A su vez, el documento que emitió la congregación religiosa señala que esta orden frente a los abusos contra menores sigue los lineamientos de la Santa Sede y las orientaciones de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), y busca aplicar las sanciones correspondientes bajo el principio de "tolerancia cero", y actuar en todo momento con transparencia en los procesos de investigación canónica, como en la colaboración con la justicia civil. Asimismo, afirma que las investigaciones a realizar implican tanto probables hechos del pasado como del presente.

En el reciente "Encuentro sobre la Protección de los menores en la Iglesia" realizado en el Roma la jerarquía eclesial reconoció y asumió con vergüenza y arrepentimiento los abusos sexuales a menores por parte de miembros de la iglesia, pero también reflexionó sobre los lineamientos a seguir para enfrenar este problema considerado como una "lacra para la sociedad" y que afectó a la credibilidad de la Iglesia. 

En ese sentido, el provincial jesuita remarca en la nota pública que la Provincia Boliviana de la Compañía de Jesús presentó la Guía de Protocolos y procedimientos para la prevención de abusos y violencia sexual contra menores "Ambientes Sanos y Seguros" con el fin de asumir y promover una cultura y política institucional que proteja a niños, niñas y adolescentes y designó los canales específicos para recibir las denuncias, estableciendo el email protecció[email protected] y nombrando al P. Daniel Mercado, SJ como responsable para recibir y direccionar a las instancias correspondientes los casos denunciados.

La Compañía comunicó que cuenta con procedimientos y protocolos para la prevención, detección, y respuesta eficaz ante los actos de abuso de conciencia y agresión sexual a menores en cualquier espacio que esté bajo su responsabilidad. De esta manera, esta orden se une a la sociedad en la condena de todo abuso contra menores y se suma a los esfuerzos para prevenirlos y evitarlos, y en caso de ser registrados, asumir una respuesta eficaz para ayudar a sanar a las víctimas y buscar la rehabilitación de los agresores.