Es un tercio del entramado del poder oficialista. Las otras dos partes están conformadas por las organizaciones sociales y el entorno del presidente, que en todo caso siempre da la última palabra. En la oposición, las disputas aún están lejos

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14 de mayo de 2019, 6:00 AM
14 de mayo de 2019, 6:00 AM

Como el MNR en sus mejores épocas, el olor de la posibilidad de acceder a un cargo electivo se volvió violencia en un congreso del Movimiento Al Socialismo en el norte de Potosí.

El encuentro de unidad al que había asistido temprano el presidente Evo Morales, terminó a sillazos, como concluían las convenciones nacionales del viejo MNR, cuando este optaba por hacerse con el poder nacional. Dos días después de los desmanes del Norte de Potosí se ensayan varias explicaciones: “El carácter de la gente de esa zona es así, no por nada de allí es el tinku”, dice un investigador de la capital potosina, que pide el anonimato.

“En los últimos meses se tuvo que incrementar el contingente policial, por las denuncias de violencia”, dijo. Sin embargo, este es un tipo especial de violencia, es política y es interna. Si se toma como ejemplo lo que generaban las trifulcas rosadas, siempre se trataba de problemas de liderazgos que, en algunos casos, terminaron en escisión partidaria (hubo elecciones con varios MNR en la papeleta, por ejemplo).

¿Hay corrientes internas en el MAS que se reflejan en esta pugna? Un par de diputados oficialistas aseguraron que sí, que Edilberto Coyo, el dirigente que resultó elegido, es linerista, mientras que Faustino Cucho que es “evista” y no lo acepta como su representante. Más arriba de ellos, cerca de la cúpula del poder oficialista, lo descartan por completo.

Explican que esta pelea se dio en el MAS orgánico y que básicamente es una pugna de poder por quién se acomoda mejor para una candidatura uninominal, sin tomar en cuenta que todas esas determinaciones se darán en un Consejo Departamental del Cambio (Codelcam), donde las otras dos patas del oficialismo estarán presentes: las organizaciones sociales -que no siempre coinciden con la parte orgánica oficialista- y la cúpula política, representada por el encargado departamental -en este caso el ministro de Minería, Cé- sar Navarro-, el presidente Evo Morales y -quizás- Víctor Borda, presidente de Diputados.

El oficialismo recluta por los tres flancos y hay dirigentes que han llegado alto sin pasar por lo orgánico ni por los sindicatos, sino que son invitados directamente por la cúpula. Es más, gran parte del entorno de poder de Morales está integrado por los ‘invitados’ (Álvaro García Linera, Juan Ramón Quintana, Carlos Romero, Gabriela Monta- ño, Adriana Salvatierra o Manuel Canelas, que no surgieron del ala orgánica ni sindical del MAS, por ejemplo). En los congresos de Codelcam, en última instancia, si no hay acuerdo, será Evo el que decida y puede que los de la trifulca sean sancionados. “¿Cómo vamos a convencer a los jóvenes de militar en un partido en el que las cosas de arreglan a sillazos?”, dijo un alto dirigente oficialista. 

Las explicaciones Consultado sobre la pelea, el diputado Elmar Callejas (MAS), explicó que más que corrientes de personas, son corrientes de sectores las que se enfrentaron en Llallagua. Aseguró que una vez superada esta división de rango medio, el partido se unirá para ir en bloque a las elecciones de octubre. Eso también sucedía en el MNR, una vez los golpes definían vencedores y vencidos, el bloque rosado se unificaba ante el ataque externo.

Así lo confiesa un viejo emenerrista: “Nuestros compañeros podían ser unos ‘desgraciados’, pero eran nuestros desgraciados”, graficó. Los diputados oficialistas consultados negaron que existan corrientes internas en favor de liderazgos personales en el MAS, pero sí admitieron que hay sectores que quieren tener más presencia dentro el instrumento político. Eso sí, evitaron referirse a quién o a qué autoridad responde cada sector.

El jefe de bancada de Potosí, Fidel Colque, dijo que en este evento había al menos cuatro bloques que tenían representantes y que la pugna se dio porque los perdedores no aceptaron a Coyo Pari como dirigente. El diputado Franklin Flores explicó que los sectores tienen distinta visión pero que todos al final deben hacer campaña por el binomio.

De acuerdo con la última resolución del Consejo Nacional del Cambio (Conalcam), todos los candidatos a legisladores serán concertados entre esta entidad, que aglutina a los movimientos afines al Gobierno, y el presidente Evo Morales.

La regional del norte de Potosí impulsó el encuentro de elección de dirigentes pese a que el oficialismo había decretado el denominado “silencio electoral”, que significa que no habrá renovación de dirigentes hasta fin de año, después de las elecciones de octubre, justamente para evitar que el ‘olor’ a un escaño genere este tipo de escándalos.

La presidenta del Senado, Adriana Salvatierra, aseguró que, hasta el momento, dentro de su partido, no se habló de la elaboración de listas de candidatos a legisladores y que el conflicto de Llallagua debería ser explicado por la dirigencia de Potosí. Gustavo Torrico, asambleísta departamental por La Paz, afirmó que en este tipo de eventos siempre hay distintas corrientes de sectores y que cada uno quiere imponerse a otro. “No somos las monjitas de la caridad, somos un partido político-sindical y esto siempre ocurre”, se sinceró.

La oposición está en otra etapa

En una campaña electoral que arrancó 11 meses antes de las elecciones, los partidos de oposición aún se encuentran lejos de comenzar a hilvanar sus listas de candidatos. La mayoría no ha pasado aún de la etapa de recolección de propuestas y, hasta el 20 de julio, fecha en la que se deberá inscribir a los postulantes para diputados y senadores, habrá tiempo para hacer reformas. Según explicó Tomás Monasterio, diputado Demócrata que apoya la candidatura de Óscar Ortiz en Bolivia Dice No, en este momento la prioridad es activar a la militancia en la campaña en circunscripciones y provincias.

Asegura que aún no se ha hablado de candidaturas. Ortiz, por su parte, aún está en la etapa de recorrer el país, dándose a conocer como candidato y tejiendo alianzas (hasta el fin de semana iba por la número 26, entre partidos regionales, locales y plataformas). Ruth Nina, presidenciable de Pan-Bol, también recorre el país y busca recoger tres propuestas de cada departamento.

Félix Patzi, gobernador de La Paz y postulante del Movimiento del Tercer Sistema (MTS), también viaja por la geografía nacional, buscando específicamente a sectores descontentos con el MAS. Mientras Comunidad Ciudadana (CC) trata de conducir su campaña a través de comunicados de prensa, Víctor Hugo Cárdenas, presidenciable de UCS, se niega a entrar de lleno en la lucha electoral antes de que Morales y García Linera den un paso al costado. Consultado sobre qué pasará si no lo hacen, dice que dejará la decisión a la segunda versión de la reunión entre cívicos y opositores, que debe celebrarse este mes en Cochabamba. “Seguimos defendiendo el 21-F”, dijo Cárdenas.