Según Obras Públicas, la sala múltiple tiene un aforo de 5.000 personas. Dicha cartera de Estado señala una inversión de más de Bs 494 millones, equivalentes a casi 22 veces el presupuesto municipal de San Benito, lugar donde se construyó la edificación

El Deber logo
14 de septiembre de 2018, 4:00 AM
14 de septiembre de 2018, 4:00 AM

San Benito es un municipio agrícola pequeño ubicado en el Valle Alto del departamento de Cochabamba, a 40 kilómetros de la capital. Más de cinco años atrás, el Gobierno decidió construir el Parlamento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la megaobra que irrumpe en el paisaje de este pequeño pueblo de no más de 15.000 habitantes, de acuerdo con las cuentas de la Alcaldía de San Benito, y que el presidente Evo Morales insinuó el miércoles, durante su inauguración oficial, que podría usarse para matrimonios y promociones de colegios.

En el lugar, la obra luce descomunal. Pero se percibe más grande cuando se conocen las proporciones con las que el Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Viviendas la describe: se trata de tres bloques de infraestructura “con un edificio de plenarias que cuenta con un hemiciclo para 136 personas, un amplio centro de convenciones que consta de un auditorio principal con capacidad para 1.200 personas, salas de teleconferencia, dos auditorios con capacidad para 150 personas cada uno, una sala múltiple con capacidad para 5.000 personas y una sala VIP para 40 personas, además de estacionamiento y un helipuerto con capacidad para acoger seis helicópteros”.

Hechas las cuentas, se comprende que solo la sala múltiple del Parlamento de Unasur podría acoger hasta un tercio del total de la población del pueblo agrícola en el que fue construido.

Según la cartera de Obras Públicas, la inversión para este proyecto superó los Bs 494 millones, esto es casi 22 veces el presupuesto municipal de la gestión 2018 de la Alcaldía de San Benito, que solo alcanza los Bs 22,8 millones.

Obras Públicas justifica la obra por ser “una infraestructura que ofrece a toda la población de Cochabamba, Bolivia y la región, alta tecnología en sistemas de sonido, video, iluminación y domótica”.

Y con una idea similar a la que expresó en agosto, cuando inauguró el nuevo palacio de Gobierno llamado Casa Grande del Pueblo, el presidente Morales sugirió algunos usos que puede hacerse de la infraestructura: “Así como en la Casa Grande del Pueblo (se celebrarán) eventos, graduaciones, matrimonios. Si yo estuviera en la promoción (de colegio), yo haría mi acto en este lugar. Haría aquí los congresos de las organizaciones sociales”, dijo Morales.

La sede de San Benito

El pueblo que alberga al Parlamento de Unasur es conocido como la capital departamental del durazno y también lo caracteriza su fuerte vocación agrícola, apoyada en la producción frutícola, avícola y la creciente actividad ladrillera, explicaron a EL DEBER ayer los vecinos y comerciantes.

A 40 kilómetros de la ciudad de Cochabamba, la doble vía al Valle Alto presenta un ingreso a las 460 hectáreas destinadas para Unasur. El camino que conduce al predio aún no fue pavimentado y el paso de los vehículos empolva las pocas casas edificadas en la zona que contrastan con grandes extensiones de tierras agrícolas.

Esta sede de Unasur corresponde a 12 países. Sin embargo, según dio a conocer el Gobierno boliviano, en abril pasado, seis de ellos -Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Perú- decidieron suspender temporalmente su presencia en el organismo multilateral que la izquierda del siglo XXI en el poder había concebido como el equivalente a la Unión Europea. Y solo Bolivia, Ecuador, Guyana, Surinam, Uruguay y Venezuela se mantienen. Sin embargo, solo el presidente de Bolivia se hizo cargo de la inauguración del Parlamento de Unasur que habían soñado varios jefes de Estado en otra época.

El edificio que inauguró Morales la noche del miércoles visualmente se presenta así: el primer edificio que se observa es el Centro de Convenciones y fue construido sobre 18.000 metros cuadrados, y cuenta con la sala múltiple mencionada antes, una plaza de comidas y un auditorio principal. Para visitar este sitio se debe tener la autorización de un coordinador que trabaja en el edificio. Ayer él había recibido a técnicos de la Mancomunidad del Valle Alto, interesados en la obra.

El segundo bloque corresponde al denominado Parlamento Sudamericano, que posee una sala de sesiones con capacidad para 136 personas sobre una superficie de 12.000 metros cuadrados.

En el tercer componente se pretende construir las embajadas de los países miembros del organismo. Se destinó una red de más de ocho kilómetros de pavimento y de servicios básicos.

A menos de 10 cuadras de los bloques, los vecinos aseguran que el parlamento no les cambió la vida de forma directa, ya que el alcantarillado, la provisión de agua potable permanente y la saturación de las unidades educativas aún son problemas constantes.

“Se invirtió mucho, mientras que donde yo vivo todavía no tenemos alcantarillado. Con platillos y bombos han entregado, pero primero era más urgente el alcantarillado, nuestra salud. Un niño también le pidió al presidente que amplíe su escuela”, contó Normando Orellana, vecino de San Benito.

El alcalde de San Benito, Gonzalo Orellana, recordó que también invirtió en esta megaobra y que el monto es el más alto que hubiese invertido su comuna: Bs 25 millones ejecutados, según él, como contraparte para la Unidad de Proyectos Especiales (UPRE).

El gerente de la Mancomunidad del Valle Alto, Franolic Huanca, reconoció el declive de los miembros de Unasur y aseguró que, a pesar de la situación del bloque, sus instalaciones pueden potenciar las actividades de la gestión del país.

Tags