El Gobierno cuestiona a sus adversarios por no aceptar ahora las palabras de alguien al que fueron a buscar a Washington. Ellos responden que la CIDH aún tiene la palabra

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18 de mayo de 2019, 4:00 AM
18 de mayo de 2019, 4:00 AM

Por lo menos hasta mayo del próximo año, la oposición ahorrará en pasajes a Washington para entrevistarse con Luis Almagro. La declaración del secretario general de la Organización de Estados Americanos cayó como agua helada en la espalda de los que compiten con Evo Morales para las elecciones generales. Los rostros de Óscar Ortiz, postulante por Bolivia Dice No, y de Carlos Mesa, presidenciable de Comunidad Ciudadana, eran todo un manifiesto al salir de la reunión que tenían pactada con el uruguayo en un hotel de La Paz. Pese a ello, creen que la opción de inhabilitar a Morales por la vía de la interpretación del artículo 23 del Pacto de San José de Costa Rica no se puede descartar, y aún esperan que los presidentes de Brasil o de Colombia puedan pedir la opinión consultiva directamente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la única institución de la OEA que no ha visitado Bolivia en este año.

Manuel Canelas, ministro de Comunicación, ve contradicciones en la oposición. Recuerda que en los últimos dos años varios de sus ‘colegas’ de oposición han acudido a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al propio Almagro, y a su regreso al país aseguraban que estaba muy cerca el pronunciamiento que acabara con la repostulación de Morales. “O estaban mal informados o estaban mintiendo. No ha habido ninguna sanción y ninguna Cancillería de ningún país vecino se ha pronunciado sobre los hechos políticos de Bolivia”, dijo.

Recordó que en la sesión de la CIDH en Sucre, los opositores fueron endureciendo su tono hasta gritarles que eran masistas y subordinados a Evo Morales, porque no se pronunciaban por la repostulación. “Con Almagro ha sucedido algo parecido. La gente que lo legitimó, que lo hizo un personaje popular en Bolivia, cuando ahora da su opinión, lo han atacado. De todo le ha llovido a Almagro”, dijo Canelas.

Molestia

Ortiz, que no se quedó mucho tiempo en su reunión pautada con el uruguayo, aseguró que ya se veía venir el cambio de vereda del secretario de la OEA, que se intuía desde el encuentro que sostuvo con Morales en Nueva York. Sin embargo, cree que el “ámbito jurídico de la OEA” sigue intacto para los que se oponen a la repostulación de Morales, que el expresidente Tuto Quiroga aún está buscando la opinión consultiva a través de Colombia y Brasil, aunque cree que Almagro debió velar por la aplicación de la Carta Democrática de la OEA a Bolivia por romper el orden constitucional, y no respetar la voluntad del pueblo expresada en el No del 21-F.

“Tenemos que trabajar tanto en la Comisión como en la Corte. A Almagro le quedan meses como secretario general y no hay ninguna certeza de que logre la reelección. Tenemos que procurar que los países que están defendiendo la democracia, como el Grupo de Lima, también defiendan la democracia en Bolivia”, dijo Ortiz.

Para Gustavo Pedraza, candidato a vicepresidente por CC, la CIDH es independiente y no depende en términos orgánicos de la Secretaría General. Confiesa que le llama la atención “el giro radical” de Almagro y cree que esta declaración no pesará en el contexto internacional, que está informada de que Morales no aceptó el designio de un referendo e insiste en repostularse a través de una sentencia. Cree que esa es la percepción tanto en América como de la Comunidad Europea.

Félix Patzi, postulante por el Movimiento del Tercer Sistema, es más pesimista. “No hay esperanza en la comunidad internacional. No sé cuáles serán los principios de Almagro, pero esto es un precedente funesto, no solo para Bolivia, sino para la región: se puede violar la CPE y no sufrir las consecuencias”, se lamentó