Dos meses antes del accidente, las primas de seguros estaban impagas y la nave siempre volaba al límite del combustible. Hubo tratos especiales para obtener la licencia y fallas en los controles en los países que voló

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11 de junio de 2018, 8:13 AM
11 de junio de 2018, 8:13 AM

La aerolínea boliviana LaMia realizó al menos 10 vuelos a ciudades de Colombia, incluido el del trágico accidente del club brasileño Chapecoense, sin restricción alguna de autoridades aeronáuticas de ambos países, siendo que la póliza de seguro excluía expresamente la cobertura en territorio colombiano, según las revelaciones difundidas anoche en un documental emitido por la cadena estadounidense CNN en Español, luego de un año de investigación en seis países sudamericanos, además de Estados Unidos, Reino Unido, España y China.

Las leyes aeronáuticas bolivianas y colombianas establecen que ambos países deben asegurarse de que los aviones que aterrizan y despegan de sus aeropuertos tengan la documentación en regla, incluida una póliza de seguro con cobertura en sus territorios. 

Adicionalmente a esa irregularidad, la empresa aseguradora BISA comunicó que el accidente del avión matrícula CP- 2933 no tenía cobertura de la póliza del seguro de aeronavegación que cubre la responsabilidad civil frente a los pasajeros y frente a terceros, debido a que la empresa no había pagado las primas casi dos meses antes del accidente.

Aun así, LaMia obtuvo la luz verde para volar de Bolivia a Colombia: cuatro veces de Cobija a Medellín, una de Medellín a Cobija, tres de Medellín a Santa Cruz, una de Cobija a Barranquilla, una de Barranquilla a Cobija, una de Cochabamba a Medellín y el último vuelo de Santa Cruz a Medellín el 28 de noviembre de 2016.
Este último viaje no llegó a destino, pues la nave se estrelló por falta de combustible, a las 22:00, a nueve kilómetros del aeropuerto José María Córdova, en Cerro Gordo, donde fallecieron 71 personas: 44 integrantes del club Chapecoense, 20 periodistas y 7 tripulantes. Sobrevivieron seis ocupantes.



Controles frágiles
En Bolivia, las esferas de Gobierno se desmarcaron rápidamente de la compañía y acusaron a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) y a la Administración de Aeropuertos y Servicios Auxiliares a la Navegación Aérea (Aasana). 

Se suspendió la certificación de LaMia como operador aéreo y se ordenó la aprehensión de Marco Antonio Rocha (prófugo), socio de LaMia y del gerente de la firma, Gustavo Vargas Gamboa. Ambos son acusados de incumplimiento de deberes, uso indebido de influencias, desastre en medios de transporte, homicidio culposo y lesiones gravísimas.

Asimismo, Milton Claros, ministro de Obras Públicas, acusó a la funcionaria de Aasana Celia Castedo de incumplimiento de deberes y de falta de control interno, porque supuestamente no debió aprobar un plan de vuelo si existían observaciones.

Castedo (refugiada en Brasil) explicó que antes del despegue del avión hizo cinco observaciones verbales al despachante de LaMia sobre su plan de vuelo, incluida la insuficiencia de combustible, pero, al parecer, no tomaron en cuenta sus observaciones.

El abogado Omar Durán, experto en aviación y exabogado del piloto fallecido en el siniestro, ‘Micky’ Quiroga, aseguró que la DGAC, por medio del director de seguridad operacional, es la que debe inspeccionar si se cumple el plan de vuelo de una aeronave y si tiene las condiciones físicas, legítimas y legales para emprender un vuelo de un punto a otro.

Del mismo modo, en el lado colombiano hubo un escaso control a las operaciones de LaMia, como lo señala un informe final de la investigación en ese país. En parte del documento establece que la aerolínea no cumplía con las políticas de combustible, que no se encontraron registros de inspecciones de la autoridad aeronáutica boliviana a LaMia y que la autoridad aeronáutica colombiana no controló de forma cuidadosa.
El informe recomienda a Bolivia, a Colombia y a la Organización de Aviación Civil Internacional reforzar la seguridad de las operaciones aéreas en varios aspectos. Bolivia suscribió el informe final de Colombia y anunció una reestructuración de la DGAC.

En Brasil, se sabe que, por lo menos en una ocasión, funcionarios de un aeropuerto de Belho Horizonte negaron la salida de un vuelo de LaMia con integrantes del equipo de Chapecoense para trasladarlos a Barranquilla. Se desconocen los motivos, pero lo cierto es que la administración de la empresa subcontrató un vuelo charter brasileño para llevar al equipo en un periplo odiseico hasta Corumbá y Puerto Suárez, donde la nave en cuestión recogió a sus pasajeros y continuó viaje con ellos hasta Barranquilla.

Tráfico de influencia para volar
Lamia se fundó en Bolivia con un capital social de Bs 150.000, es decir poco más de $us 21.000. Inició las gestiones para operar, pero halló la resistencia en ese entonces del director de la DGAC, Gral. Luis Coímbra, que se opuso a aprobar la certificación de Lamia en los términos que pretendían sus dueños. Para Coímbra, la firma no cumplía los requisitos para operar internacionalmente, tampoco para transportar cargas.

Sin embargo, el 7 de julio de 2015 Coímbra es destituido por motivos nunca aclarados y lo reemplazó el Gral. Virgilio Pereira Quiroga. 24 días después del cambio de dirección fue aprobado el certificado de servicios aéreos indefinido para LaMia y la aerolíneas fue autorizada a realizar servicios aéreos no regulares, domésticos e internacionales de transporte de pasajeros, de carga y correos.

El 20 de enero de 2016, la aeronave tipo Avro RJ85 queda formalmente matriculada, con autorización firmada por Gustavo Steven Vargas Villegas, hijo del gerente general de Lamia, Gustavo Vargas Gamboa, ambos ahora procesados en libertad por el Ministerio Público.

El 2 de diciembre de 2016, el presidente Evo Morales dijo desconocer que Lamia era de matrícula boliviana pero fotos publicadas después demostraron que el mandatario voló en el avión e incluso que se fotografió con los pilotos responsables de la empresa y con otras autoridades de su Gobierno.
Freddy Bonilla, autoridad de Aeronáutica Civil de Colombia, dijo que el sistema aeronáutico de Bolivia falló, pues vio responsabilidades muy claras sobre el control y se permitió el vuelo contra toda la norma existente.

Personajes ocultos
Teóricamente la empresa era de Miguel Quiroga y Marco Antonio Rocha. Empero, documentos hacen presumir que el empresario venezolano Ricardo Albacete no era el simple arrendatario de la nave, como afirmó, sino que tomaba decisiones de mayor envergadura en la firma, pues, por ejemplo, su hija Loredana emitió tres facturas a Chapecoense por los servicios prestados en su calidad de directora de LaMia. Empero, ninguno de los Albacete figura dentro de la investigación.

En la pesquisa de CNN aparece por primera vez el empresario chino San Pa por haber inyectado a LaMia Corporación SRL $us 2,7 millones entre 2014 y 2015 para el mantenimiento de los aviones en Bolivia. 
Dichas transferencias bancarias están documentadas, pero Ricardo Albecete indicó que el pago formaba parte de un trato por el que San Pa compraría los cuatro aviones del venezolano para formar dos compañías aéreas en África.

El negocio se truncó porque el asiático fue retenido en Beijing el 9 de octubre de 2015, a decir de Albacete. Poco antes de la detención, Estados Unidos había impuesto  sanciones a San Pa por fomentar la corrupción de altos funcionarios públicos de Zimbawe por negocios ilícitos con diamantes.