El exmandatario está dispuesto a conjugar al ciudadano individual con el corporativismo y cree que Santa Cruz ya dio el salto que necesitaba en 2004. Habla de sus planes en salud, educación y en economía

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11 de abril de 2019, 8:00 AM
11 de abril de 2019, 8:00 AM

Carlos Mesa estuvo en Santa Cruz de la Sierra para participar de un ampliado de gremialistas y, de paso, hacer ronda de medios. Con el tono académico que le caracteriza, el candidato presidencial de Comunidad Ciudadana, repetirá mucho la palabra ‘concepto’, reivindicará su proyecto como una verdadera renovación, buscará alejarse de esa imagen ‘anticamba’ que se ganó mientras era presidente y presentará pinceladas de un programa de Gobierno que no desconoce los logros de Evo Morales, pero busca una especie de reconducción. Antes de sentarse ante el micrófono de EL DEBER Radio, habló con los gremialistas, a los que definió como “probablemente el grupo corporativo más importante de Bolivia”.

¿Qué le pidieron?

Una cosa interesante: puedes ser hijo de un profesional, de un empresario, de un carpintero, pero los jóvenes nos dijeron tenemos problema para conseguir empleo. El problema del empleo, de la lógica del empleo a partir de la formación académica, te ofreces como profesional y acabas vendiendo en el mismo puesto que tus padres. Ahí tenemos un problema real, que tiene que ver con cómo generamos oportunidades de trabajo digno y un salario digno.

Una de las críticas que le hizo el ministro Manuel Canelas es que, en su Gobierno, estuvieron ausentes los grupos corporativos (sindicatos), los políticos y el empresariado cruceño, ¿cómo es este acercamiento a los gremios?

Aquí hay un criterio que hay que entender, que es la construcción de un proyecto con el nombre de Comunidad Ciudadana, que plantea la recuperación del valor del ciudadano, como persona creativa con conciencia propia y con la posibilidad de construir una sociedad en común. Eso no quiere decir que uno desconozca la realidad de la estructura social del país, uno tiene que hacer una aproximación a los gremios, al conocimiento de sus problemas, a su aproximación a la estructura de poder del país, pero no puede dejar de lado el concepto de que son personas y deben ser reivindicados como tales. Son dos conceptos que se pueden combinar bastante bien.

Usted dijo en El Alto que iba a ser un gobierno sin políticos, ¿cómo se hace política sin políticos?

El concepto es sencillo y no muy difícil de entender: rechazar la vieja política, la política del circuito cerrado, del cuoteo obvio, del prebendalismo, de todo aquello que hace el Gobierno del actual presidente, no quiere decir ser antipolítico, no quiere decir no voy a hacer política, sino que vamos a construir una mirada y una acción de la política con gente que se incorpora a la construcción de un nuevo escenario de generaciones políticas distintas.

Hablando de circuitos cerrados, lo critican por no abandonar el círculo que lo acompañó durante su gobierno. Incluso su candidato a vicepresidente fue su ministro.

Con relación a Gustavo Pedraza, el concepto de nueva política tiene que entenderse al igual que el concepto de renovación transformadora. No tiene que ver con la edad sino con trayectoria de una vida, que hace referencia a renovación, a transparencia, a una coherencia ética y eso es lo que Gustavo Pedraza tiene. En ese sentido es un político renovador. El otro asunto, el contar con un grupo pequeño de colaboradores, no quiere decir que sea la estructura completa de Comunidad Ciudadana. Decir, “tú tienes personas de confianza” no quiere decir que son con los únicos con los que trabajas.

El gobernador Costas (se lo hace escuchar el audio) dijo que usted truncó la unidad opositora y que está rodeado de personas que no quieren a Santa Cruz, ¿qué opina?

Tengo una gran consideración y respeto por el gobernador Rubén Costas y no tengo una valoración sobre lo que él dice, pero tiene consistencia con la campaña que propone, con el candidato que él defiende. Lo que se discute aquí es la unidad. Creo que la gran dificultad de la unidad no está vinculada a la oposición sino al Gobierno. La Ley de organizaciones políticas fue un corsé que nos obligó a hacer cosas que, si no hubieran sido impuesta por los dos tercios, no tuvieran ningún sentido. La primera fue hacer que el tiempo de construcción de unidad fuera poco más de un mes, cuando todos teníamos pensado en tener espacio hasta junio de este año. Esto no es poco importante. Una vez que has pasado por esas ficticias primarias, ahora tienes una limitación inaceptable, que es que no puedes renunciar a ser candidato, porque puedes perder la sigla y no te puedes arriesgar a esa situación. Por lo tanto, cargarle a la oposición la responsabilidad de construir unidad no es correcto ni es justo, el verdadero responsable de ese problema es el Gobierno.

Sin embargo, tuvo reuniones para hacer alianzas, al menos con Demócratas, ¿qué pasó?

No tiene sentido que dé detalles de esas reuniones.

Pero lo están acusando de mesiánico...

Sí, ese es el punto. El juego aquí es fulanito dice que usted pensó...

Para evitar eso le hemos hecho escuchar lo que dice el gobernador Costas.

Yo respeto profundamente el punto de vista del gobernador, pero no voy a entrar a ese debate que me parece que no fortalece una propuesta de futuro.

En un minuto iremos al futuro, pero ¿sigue pensando que los empresarios cruceños son de campanario?

A mí me parece notable que los medios cruceños me sigan haciendo la misma pregunta desde que comencé mi candidatura, la he respondido antes, pero da la impresión de que más que una pregunta es la intención de generar la división de Carlos Mesa con la sociedad cruceña. La respuesta es nunca expresé tal cosa. Cuando dices: “Considero que Santa Cruz es una parte fundamental de la sociedad boliviana, creativa, con respuestas positivas, con una acción que está transformando el país, que es la locomotora del país, y lo que tiene que hacerse en determinados sectores es cambiar una visión que puede ser provinciana”, no estás diciendo Santa Cruz es provinciana.

No estás diciendo ni siquiera los empresarios cruceños son provincianos. Estás diciendo esto es un momento, 2004, hay que dar un salto final y ya ha dado ese salto. En el contexto de hoy, plantear a Santa Cruz como provinciana, es no entender absolutamente nada. Hoy día Santa Cruz es el centro de Bolivia, no solo desde punto de vista económico, sino intelectual, constructivo, de las élites, desde el punto de vista académico. Es en un centro de atracción casi mágico. Piensas en las oportunidades y piensas en Santa Cruz. Mi visión de Santa Cruz es aquello que yo quiero para Bolivia y estoy absolutamente convencido en que hay una fusión indisoluble entre el desarrollo, crecimiento, el progreso y el futuro del país y el de Santa Cruz.

García Linera dice que no hay un proyecto de futuro de Bolivia por las limitaciones intelectuales de los opositores, ¿qué opina?

La construcción de una propuesta alternativa se refleja no solamente en los contenidos de lo que tú puedes plantear para el país, sino en las expectativas de la población. Si en efecto Bolivia no tuviera alternativas en la oposición, el presidente Morales estaría en una pradera libre con el 70% de intención de votos y no es el caso. Nuestra propuesta tiene ejes muy claros y es la construcción de una democracia del siglo XXI, que es fundamental después de este agotamiento de propuesta que tiene que ver con el abuso de poder sistemático.

Supongamos que pasó la elección, ganó, recuperó la democracia. ¿Qué va a hacer con el país? Hasta el momento ha dicho las cosas que no va a hacer (no quitar los bonos, no privatizar, no levantar el segundo aguinaldo, no a la vieja política) ¿pero qué hará?

Primero, desde el punto de vista de la democracia hay que superar la democracia de élites y del cuoteo previo a 2006 y el abuso de poder y autoritarismo posterior a 2006. Eso significa independencia real de poderes y un cambio radical del sistema judicial, la sustitución, vía consulta popular, de la cabeza del Poder Judicial que es una vergüenza para el país. Podemos llevar a cabo el nombramiento -a través de una selección plural en la Asamblea porque nadie tendrá los dos tercios- de los verdaderos jueces que tengan las condiciones adecuadas para serlo. Desde el punto de vista social, la permanencia de los bonos es fundamental, pero la educación tiene que pasar de cantidad a calidad y para eso tiene que ser medida, para que sepamos dónde estamos y dónde están las deficiencias.

En la salud, el problema no es si estamos en contra o a favor de un Sistema Único de Salud; por supuesto que estamos a favor, lo que creemos es que esa es una expresión de deseo a una cosa real. La lógica es que tenemos que construir una respuesta que tiene que ver con equipamiento, infraestructura, ítems, pero probablemente tiene que ver mucho más con una gestión administrativa de salud. Transformaciones drásticas del ámbito democrático eso es de rápida gestión, pero al ámbito económico o al ámbito social eso es de una gestión y aún más. En términos económicos, tiene que ver con un giro de dirección mucho más lento, porque el cambio de un proceso que tiene que ver con una lógica extractivista no es fácil.

A veces parece que le está proponiendo un gobierno vegano a un país carnívoro. Bolivia es extractivista desde sus orígenes.

El razonamiento es correcto. Si tú, a partir de mañana comienzas a ser vegano, probablemente en tres meses vas a estar boqueando. El concepto es, vamos a girar la dirección, tenemos que trabajar en hacer más eficiente el extractivismo en términos de tecnología, innovación y transformación. ¿Por qué un país con una tradición minera como Bolivia tiene tecnología de extracción que tienen que ver más con el siglo XVI que del 21? Segundo, puedes articular el desarrollo con el medioambiente. ¿Puedes resolver esto en uno o dos años? Por supuesto que no.

¿Alcanzan cinco años?

Tampoco, pero si tú no giras, si no le das una orientación no cambia nunca.