Guaqui, Copacabana y Puerto Acosta, todas en La Paz, son vulnerables al negocio del narcotráfico. La cocaína peruana, que llega del Vraem, tiene como destino final El Alto

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29 de octubre de 2018, 6:00 AM
29 de octubre de 2018, 6:00 AM

La ruta de la droga penetra el lago Titicaca. La cocaína llega a la ciudad peruana de Puno y de ahí se expande a Bolivia por diversas modalidades. Una de ellas es de forma lacustre para evitar los peajes terrestres. Son comunidades en el vecino país donde operan las mafias y la sustancia controlada llega a pueblos bolivianos por al menos tres recorridos fluviales, para luego seguir su curso hasta El Alto.

Copani es una pequeña población en el lado peruano. Pertenece al poblado de Yunguyo. Ahí hay un puerto artesanal. Es pequeño. Durante las horas que el sol alumbra se lo utiliza para actividades de pesca y, a veces, para el turismo. Pero cuando la noche cae la actividad ilícita se apodera del lugar, según los comunarios. Es en esta ruta en la que aparecieron seis peruanos ahogados y según la Policía de ese país, fueron asesinados por narcotraficantes.

“Toda esa droga llega desde Ayacucho y el Vraem (Valle peruano de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro). Llega a Puno y hay al menos 11 vías que van hasta El Alto. Y claro, el lago Titicaca también es vulnerable a estas mafias”, explicó el exjefe de la Macrorregión Puno-Madre Dios, general Roger Tello Ramírez.

A los poblados bolivianos que llega la droga peruana son Guaqui, Copacabana y Puerto Acosta. De ahí se reparte rumbo a El Alto y las cargas de mayor tonelaje se van hasta Brasil.

Tello Ramírez acotó que los clanes utilizan vías de poco control y cuando van por el lago Titicaca es para evitar peajes terrestres, como en Desaguadero. “El lago es inmenso y lamentablemente hay mafias que se aprovechan para negocios ilícitos”, dijo.

En La Paz, el viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, admitió que el lago Titicaca es utilizado por narcotraficantes para inyectar su carga ilícita hasta la ciudad de El Alto. La autoridad remarcó que la cocaína es producida en el Vraem peruano y que pasa por diversos poblados del país.

“Bolivia es un país de tránsito de la droga peruana. Las mafias se dan modos para introducir sustancias controladas. Lo hacen vía área, con narcoavionetas; lo hacen vía terrestre, en diferentes motorizados; pero también lo hacen vía fluvial, por el lago Titicaca y algunos ríos en el norte de La Paz y Pando”, informó Cáceres.

La autoridad recalcó que se implementará un plan de control con radares para evitar el ingreso de mercadería ilegal. Esto servirá —dijo— para detectar avionetas y embarcaciones. “Bolivia, por su extensión y ubicación geográfica, es aprovechada por la delincuencia organizada para la comisión de sus delitos, entre ellos el tráfico ilícito de drogas. Con Perú existe un trabajo coordinado y los informes que se emiten allá confirman que Bolivia es un país de tránsito de la droga que se produce en el Vraem”, acotó Cáceres.

Desde la localidad de Sandia, que es la puerta a los valles peruanos, se despacha la droga a las seis principales narcorrutas. La primera va hacia Pelechuco, en La Paz; la segunda a Puerto Acosta, por Moho; la tercera también a Puerto Acosta, por Huancané; la cuarta a Desaguadero, por Juliaca; la quinta también a Desaguadero, por Ilave; y la última a Copacabana por Yunguyo.

Según un informe de la Dirección Antidrogas (Dirandro) del Perú, de esta nómina las que se utiliza vía lacustre son las que llegan a Copacabana y Puerto Acosta. Ahora, también la droga llega hasta el puerto de Guaqui.

“El tráfico de sustancias controladas se da generalmente por las noches. Nosotros actuamos de acuerdo a una instrucción, ya que no hacemos un control rutinario en el lago Titicaca. Tenemos pocas herramientas de trabajo, a diferencia de los narcos, que están bien armados”, reveló un oficial de la Armada Boliviana que trabaja en una unidad militar del lago Titicaca.

En marzo de 2015, el Grupo de Tarea Especial 1.6 empezó su labor de lucha antidroga y otras actividades ilícitas en el lago Titicaca. Supuestamente, esta unidad está conformada por efectivos de los Diablos Azules, de la Armada Boliviana y de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) de la Policía; sin embargo, hoy solo trabaja en el lago la Policía Fluvial y Lacustre, que es parte de la Armada.

La Armada Boliviana, por ahora, tiene el control del tráfico de drogas y del contrabando que pasa por el lago Titicaca. Hace un par de años hubo un conflicto con la Policía por la ejecución de este plan, ya que la fuerza policial quería crear su propia unidad lacustre y fluvial.

“Nosotros hemos detectado mucha actividad, no solamente de narcotráfico, sino de contrabando, en el lago Titicaca, por eso la Armada Boliviana está estableciendo una desagregación de la Fuerza de Tarea para que una unidad específica esté operando (en el lugar) como operaba antes la jurisdicción del Cuarto Distrito Naval en el lago”, afirmó el excomandante de la Armada Boliviana, Waldo Calla.