El vicepresidente admite que, antes de que el TCP dé luz verde a una nueva postulación de Evo Morales, se manejó nombres de otros líderes del MAS, como David Choquehuanca o Gabriela Montaño

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21 de octubre de 2018, 3:00 AM
21 de octubre de 2018, 3:00 AM

Fue más de hora y media de conversación. Álvaro García Linera, el estratega político de la cúpula gubernamental, respondió a todo. Atacó a la oposición como segundo hombre del MAS, pero también intentó recuperar la solvencia argumental de la crítica que solía hacer cuando era analista político y uno de los cinco conductores del panel de televisión llamado El Pentágono, de la vieja red PAT, cuando el periodista Carlos de Mesa era uno de los propietarios.

Se refirió con adjetivos a los líderes de oposición y dijo que incluso falta en esta carrera Gonzalo Sánchez de Lozada.Y el tiranosaurio rex para que esté la promoción completa.

 ¿Hay recambio en los partidos de oposición?

Es que esto es patético y creo que expresa el asombro de muchos que, por el discurso que manejó la oposición de la renovación política, se haya tenido que rendir ante la fuerza de los hechos, que los únicos líderes políticos que tiene al frente para levantarlos son los del siglo pasado. Es un llamado de atención para todos, pero en particular para ellos. Ni siquiera uno de asomo, ni siquiera un quinto, una sexta opción renovada, son tipos del siglo pasado.

 ¿A quiénes se refiere?

A todos los que ahora están exhibiéndolos. (Samuel) Doria Medina, Tuto Quiroga, Carlos (de) Mesa, (Gonzalo) Sánchez de Lozada, Manfred Reyes Villa, Jaime Paz Zamora. Miré esa lista de líderes políticos que hay, que ofrecen las fuerzas conservadoras, es patético y deberían hacer una reflexión interna, una autocrítica de lo que han hecho todo este tiempo por no tener la capacidad de proyectar algo nuevo. Para una buena parte de las agrupaciones ciudadanas también es el triste y desdibujado fin de una farsa política, porque ellas también se presentaron como la renovación, como la nueva política y resulta que sus marchas sirvieron para pelear en qué puesto se ubicarán en la lista de candidaturas de las diputaciones. Hay una parte de las plataformas que no están en eso, independientemente de su carácter conservador o progresista, son las menos, señala, y hay que asumirlo autocríticamente; un modo de politización de la clase media que no supo saber entendida por los sectores sociales y hay que tomarlo en cuenta.

 ¿Y en el MAS hubo renovación?

La diferencia de Evo Morales con los otros líderes es que Evo es un líder carismático, los líderes carismáticos surgen cuando hay cismas sociales, no pueden producirse en cualquier momento. Cuando hay grandes cataclismos sociales surgen las opciones carismáticas en el mundo entero, y en el caso de Bolivia fue Evo. Y está claro que por ese hecho fundacional su carisma se mantiene a lo largo del tiempo. No se pueden repetir Evos, porque los Evos surgen en grandes crisis ideológicos-políticas de las grandes sociedades, pero más allá de Evo, ustedes están viendo surgir, no con la fuerza del líder carismático, otros liderazgos al interior de nuestro partido, que incluso se manejaron como opciones en las listas cuando hubo el debate de que si Evo podía ir antes de que se pronuncie el Tribunal Constitucional.

Surgieron a la palestra varios nombres de líderes, que no tenían el mismo arrastre que Evo, pero que ya marcaban una oleada de renovación o de formación de nuevos líderes al interior del MAS. Se mencionaba a Gabriela Montaño, David Choquehuanca, Luis Arce, se mencionó a Carlos Romero. Del lado de los sectores indígenas-populares se mencionó a la compañera Leonilda Zurita, a Leonardo Loza. Se mostró que había una segunda línea de líderes, no con la fuerza del líder carismático, pero estaba claro que había una segunda línea. Y si se fija en la edad promedio de nuestros diputados y diputadas, ministros, hay una tercera línea de renovación. Hablo de Valeria Silva, de Adriana Salvatierra, de Mariana Prado, Marko Machicao, de Manuel Canelas; una tercera línea de juventud muy capaz, muy comprometida, que no tiene la fuerza del líder carismático. Pensar que pueda renovarse un líder carismático es imposible. Sin embargo, falta más: la izquierda lo hizo brevemente y la derecha fue incapaz. Y es que había capaces...

 ¿Como quiénes?

Estoy pensando en Rodrigo Paz Pereira. Lo golpeó la gestión, se esperaba más de él. El mismo (Luis) Revilla es una propuesta de renovación de liderazgo, pero está claro que una irradiación nacional está golpeada por las deficiencias en su gestión.

 ¿Rubén Costas está en ese grupo?

(Rubén) Costas es una generación intermedia, Costas nunca apostó a lo nacional porque ya traía un pecado de origen, que es el exacerbado localismo que difundió en los años 2000 a 2005. Y eso la gente se acuerda y él también lo entendió, por eso no se animó a lanzarse al ámbito nacional.

 ¿Dónde queda Álvaro García Linera en esta coyuntura? Quizá le parezcan cansadoras las preguntas sobre si es candidato o no, pero la coyuntura cambió y con la lectura actual, ¿dónde queda el vicepresidente?

No es un tema que he reflexionado, no es un tema que he debatido, no es un tema que he considerado ni lo he reconsiderado, por el momento tengo simplemente un silencio, un silencio indagador de la realidad. Y es verdad, no es una manera de eludir las respuestas…

 ¿Eso quiere decir que no está cerrada la posibilidad de ser candidato?

No pensé nada…

 Nos dijo que iba a dedicarse a formar cuadros, ¿qué cambió de esa percepción?

Con más razón veo la necesidad de formación de cuadros. La antigua izquierda tuvo la virtud de formar cuadros y el defecto de no tener un vínculo orgánico con la sociedad laboriosa de Bolivia. El MAS tuvo la virtud de tener una articulación orgánica con las estructuras sociales de Bolivia, pero tuvo una limitación en la formación de cuadros. Entonces, sigo pensando ahí, yo podría aportar muchísimo en la formación de cuadros. Y buena parte de mi alma siempre se apega a eso. Cada vez que voy a alguna parte a entregar obras, me pregunto qué puedo hablar, qué puedo transmitir, tengo siempre una mirada pedagógica de la política, más que una mirada instrumental.

 Carlos de Mesa decía que no iba a ir como candidato y al final se decidió a ir. ¿Usted teme seguir ese camino?

No lo he pensado, veo que hay compañeros que están proponiendo mi nombre, pero no me puse ni a considerar ni a reconsiderar cuál será mi posición.

 ¿Habló con el presidente Evo Morales sobre este tema?

Claro…

 ¿Le pidió que siga?

Sí.

 Tiene pocos días para decidirse.

Hay que tomar decisiones. Ustedes serán los primeros en saberlo.

 ¿Cómo recuperar ese electorado intelectual y de la clase media?

Es una buena lectura de lo que está pasando. Lo que pasa que en general la sociedad, a excepción de un segmento de la clase media que se vio asediada en sus oportunidades, en general la sociedad ha sufrido un proceso de despolitización, eso es lo novedoso de este tiempo. Por lo general los procesos revolucionarios son procesos de repolitización de la gente, donde la gente común se vuelve experta en hidrocarburos, en Asamblea Constituyente, en autonomías, se vuelven sin pedirle permiso a nadie en personas en que se involucran en el debate. Y los intelectuales funcionan como grandes articuladores de esta politización social con las estructuras estatales, con la finalidad de conservarlas, renovarlas. Pero en general, de un tiempo para acá, debe ser unos tres años, o cuatro, la sociedad política, que antes estaba fundida con la sociedad civil, se fue separando.

 Carlos de Mesa es un intelectual, un académico preparado. ¿No cree usted que acá habrá una competencia de perfiles en esta pelea electoral?

En todo caso es un adversario más interesante. No lo veo como una pelea personalizada, es un adversario más interesante porque es una persona que sabe manejar ideas, pero lo que yo decía antes era un fenómeno colectivo, aunque ahora Carlos (de) Mesa pueda parecer como un candidato de la oposición, en general la intelectualidad aún conservadora se ha replegado, a excepción de un segmento especial, que es el que está más activo, que es de clase media. 


Califica a Carlos de Mesa como el adversario más interesante. ¿Será el que más le preocupa electoralmente?

Siempre hay que tomar en serio a cualquier candidato. Nunca hemos tomado a la ligera a ningún candidato, todo candidato es siempre un riesgo serio. Lo fue en 2005, en 2009 y ahora toca estos candidatos. En su tiempo, fue Tuto Quiroga, lo fue Doria Medina, siempre hay que tomar en serio. Nunca hay que menospreciar a un ciudadano, no soy de esa filosofía, puedes ver sus límites, sus incoherencias, puedes ver sus anacronismos históricos, pero siempre son candidatos que tienes que tomarlos con seriedad. Muchas veces los anacronismos, las incoherencias, generan adhesiones y hay que saber respetar esas adhesiones.

 Pero, ¿será el principal rival Carlos de Mesa?

Hasta ahora sí, definitivamente es el principal rival, pero igual si surge otro, no sé, Jaime Paz Zamora, igual es un rival que hay que tomarlo en serio y hay que hacer un análisis y tomarlo en cuenta. Pero por ahora Carlos (de) Mesa se presenta como el candidato que genera más adhesiones en las encuestas que hacen ustedes, es la persona que está logrando articular mayores expectativas en segmentos de la sociedad y veremos cómo les va a los otros candidatos.

 De Mesa está de subida en las encuestas y todavía hay un año de campaña. ¿Qué hacer para que no suba más? ¿El caso Quiborax se puede reactivar?

No, nosotros hemos tenido una gran capacidad de relanzarnos, fíjese las encuestas del año 2011 después del incremento de la gasolina, 2012 y 2013 después del Tipnis. Esas sí fueron encuestas duras y el 2014 ganamos con el 62%. Tenemos una gran capacidad de relanzamiento, lo tiene que haber este año, es un reto y más aún si tiene un adversario que está comenzando a generar adhesiones, entonces es un reto más complicado, pero siempre hemos sabido remontar esas adversidades. Estos momentos de lucha son los que más me emocionan, los tiempos de estabilidad me aburren.

El caso Quiborax quedó cerrado con la amnistía. Pero las principales dificultades que enfrentará Carlos (de) Mesa a futuro son dos: su pasado anclado en una época funesta para el país, cuando el país se volvió limosnero y él tuvo que admitirlo públicamente. Esa es la clase de país que nos dio él. La pregunta es: ¿esa es la clase de país que nos dará si eventualmente ganara? Eso es lo que tiene que enfrentar él, pero también tiene otra debilidad que es su indecisión, las indecisiones en política son catastróficas. Sus ambivalencias, su bipolaridad política.

También enfrentará la ausencia de una estructura política propia, ya lo vivió él y en su libro reflexiona del error que cometió y parece que ahora quiere volver a cometer ese error de meterse a política con estructuras políticas prestadas o coladas con salivita o con la gotita, eso es muy complicado porque tiene que haber una coherencia entre Órgano Legislativo y Órgano Ejecutivo, los politólogos llaman el Estado dividido y eso es riesgoso. La Asamblea tiene mucho poder, puede definir presupuestos al margen del presidente, puede aprobar al margen del presidente, puede distribuir recursos. El horizonte que se asoma al frente es una estructura política muy débil, sin capacidad de control congresal, lo que puede generar un caos político a futuro.

 ¿Ve una buena alianza entre Carlos de Mesa con Demócratas y Unidad Nacional?

Electoralmente, es la mejor alianza. Política y gubernamentalmente, es un desastre. Usted tendrá la candidatura de un presidente perteneciente a una ‘semiestructura’ política y tendrá una bancada y fuerzas partidarias pertenecientes a otras estructuras políticas. Entonces, usted tendrá tres cabezas en los hechos, hasta cuatro cabezas. Tendrá un monstruo político.

 ¿Hay riesgo en el MAS de perder los dos tercios en la Asamblea Legislativa?

El gran reto es mantener los dos tercios, sin duda no estará fácil. Pero todo este desarrollo que conseguimos como país se ha sostenido sobre esta centralización del mando y el riesgo que uno ve, si es objetivo, es conseguir los dos tercios estará difícil. Soy optimista de que vamos a ganar las elecciones, pero el verdadero reto para estas elecciones de 2019 estará en cuanto nos acercamos para los dos tercios, si logramos mantener esos dos tercios.

 ¿Cómo ve el trabajo del Tribunal Supremo Electoral (TSE) al evidenciarse una división en esta institución?

Está siendo objeto de mucha presión, de mucho asedio político. Eso no es bueno. Ese tribunal es el que nos dio los resultados de las elecciones judiciales, que no fueron nada favorables para el Gobierno, ni modo, es el tribunal, pero aún así es sometido a sospecha. Yo pido que les dejen hacer su trabajo, es el tribunal que fue elegido y que dio resultados adversos al Gobierno y no por eso dijimos que fueron agentes de la oposición. Creo que hay un intento de manipulación política.

 ¿Qué pasa si inhabilitan a Evo Morales y a Álvaro García?

Nosotros confiamos que ellos cumplirán el mandato supremo del único órgano que puede interpretar la Constitución, que es el Tribunal Constitucional. Esperamos de que lo cumplan. No estamos amenazando, nosotros no amenazamos. Somos el partido más grande de Bolivia, hemos ganado con el 62%. Lo hemos demostrado en las calles donde la relación con los opositores fue de uno a cuatro. No tenemos por qué amenazar, sino confiamos en que se aplicará la legalidad. En este caso hay una decisión del Tribunal Constitucional que habilitó la candidatura del presidente y confiamos que eso se tiene que cumplir, no hay nada qué deliberar. El Órgano Electoral no tiene que deliberar ni interpretar nada, solo tiene que cumplir. Los que podemos hacer leyes somos los de la Asamblea. Quien interpreta las leyes y la Constitución es el Tribunal Constitucional y quienes ejecutan decisiones que toman el Órgano Ejecutivo o interpreta el Tribunal Constitucional, es el Órgano Electoral. Listo.

 Pero ellos tienen el mandato del referéndum, que es vinculante…

Fíjese. El referéndum era si usted estaba de acuerdo con cambiar o no un artículo de la Constitución. El artículo de la Constitución se mantuvo, el mandato del referéndum se cumplió. Luego, ya vigente el mandato del referéndum, cuando se pregunta al Tribunal Constitucional qué pasa con el derecho de las personas a poder ser elegidas y el tribunal dice que se tiene derecho a ser reelegido (sin límite), no hay qué discutir. Y no le corresponde al Órgano Electoral deliberar e interpretar, no es su función deliberar ni interpretar la Constitución, su función es cumplir lo que manda la ley y la Constitución.

 ¿ Y si no acata el TSE la decisión del Tribunal Constitucional Plurinacional?

Nosotros no amenazamos, nosotros haremos respetar la Constitución. Siempre hemos hecho respetar la Constitución.