Ciudadanos de la Villa Imperial protestaban porque no los dejaban ingresar a la plaza principal. Plataformas ciudadanas desfilaron casi en los últimos lugares

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7 de agosto de 2018, 4:00 AM
7 de agosto de 2018, 4:00 AM

Parte de la población quedó molesta. La ciudad de Potosí se vio colapsada por los actos centrales del aniversario patrio. Si bien todo se desarrolló con plena normalidad, existieron incidentes aislados que no pasaron a mayores por el celoso despliegue policial.

La jornada comenzó a las 6:30, con una temperatura de menos 12 grados centígrados en la plaza Simón Bolívar, donde diferentes instituciones locales, departamentales y nacionales presentaron sus ofrendas florales en conmemoración a los 193 años de independencia.

El presidente Evo Morales llegó a ese lugar minutos antes de las 7:00, realizó el saludo protocolar al Batallón de Colorados de Bolivia, izó el emblema patrio e ingresó a dependencias del legislativo departamental, donde tuvo que hacer uso de unos guantes negros, visiblemente afectado por el frío de una urbe que el sábado registró una intensa nevada, vientos gélidos el domingo y cuyas calles permanecían el lunes con capas de hielo.

Cordones de seguridad de dos calles se montaron en alrededores a la Casa de la Moneda y la plaza 10 de Noviembre, mientras que algunas vallas fueron alineadas a una cuadra de la vía por donde pasó el desfile; en ambos casos existía una gran cantidad de uniformados que evitaban el paso de cualquier persona que no portara una credencial.

Otro ambiente

Al otro extremo de la ciudad, en el denominado ‘campo de Marte’, una enorme hilera de estandartes pugnaba por un sitial para encabezar la columna del homenaje. Parte de los colectivos ciudadanos del 21-F se resignaron a ingresar en último lugar, junto con el Comité Cívico Potosinista (Comcipo).

Una vez iniciada la sesión de honor de la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), minutos antes de las 10:00, los alrededores de la plaza principal de Potosí se llenaron de funcionarios públicos, apostados para evitar que esos espacios fueran tomados por los integrantes de las plataformas, que no pudieron siquiera llegar a uno de los accesos.

Tanto durante el discurso del vicepresidente Álvaro García Linera, como del presidente Evo Morales, las personas, en su mayoría funcionarios públicos, permanecieron impacientes, esperando que todo terminara y solo algunos se tomaron la molestia de seguir las palabras de ambos mandatarios.

En otro de los sectores de la ciudad, se registraron algunos empujones entre personas que protestaban por el excesivo control policial. “No nos dejan entrar a nuestra propia plaza”, exclamaron, junto con el ‘Bolivia dijo No’, al igual que algunos activistas que optaron por quedarse en los costados de la avenida Oruro, por donde pasaban las bandas militares.

Los integrantes de quienes exigen el respeto a los resultados del referéndum de 2016 y los simpatizantes del MAS intercambiaban insultos, se dedicaban canciones y hasta se lanzaban algunas basuras en el inicio del desfile y algo similar ocurrió en la conclusión.

Quien no pudo desfilar fue el jefe de Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, que intentó ingresar por una de las calles, junto a sus simpatizantes, pero un fuerte dispositivo de seguridad, que hizo uso de gas pimienta, lo evitó. Pese a los forcejeos, no logró su cometido y se retiró.

Finalmente, los grupos del ‘Bolivia dijo No’ pasaron sin mayores altercados por el palco de la plaza 10 de Noviembre y luego se disgregaron por diferentes puntos de la ciudad, mientras que las organizaciones sociales afines al Gobierno, también se desconcentraron, y en algunos casos, recibieron fichas para acreditar su participación. Evo se retiró del palco a las 13:00 y las plataformas pasaron a las 15:00.