El expresidente del Gobierno español remarcó su amistad con Evo Morales. Dijo que la integración y la abolición de la extrema pobreza deben ser prioridad para América Latina

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26 de junio de 2018, 4:00 AM
26 de junio de 2018, 4:00 AM

Se considera amigo del presidente Evo Morales Ayma y un amante de la Chiquitania boliviana, donde España ha sentado precedente con una amplia e histórica cooperación. El expresidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, no ahorra conceptos para hablar de una pasión compartida, la política latinoamericana. Así habló con EL DEBER.

¿Qué evaluación hace de su visita a Bolivia?

Era una visita obligada y debida fundamentalmente porque tenía el compromiso con el presidente Evo Morales, que me había instado a visitar algunas zonas muy especiales de Bolivia. Una de ellas, la que he visitado hoy y me ha impactado, emocionado y agradado especialmente es la Chiquitania, en particular San José de Chiquitos y visitar este magnífico templo jesuítico. Y, sobre todo, porque recordaba mi etapa en el Gobierno español durante la cual la cooperación española ayudó a la rehabilitación del impresionante templo de San José y otras iniciativas.

También estuve en varias zonas de la parte occidental del país y pude compartir algunas conferencias sobre España y América Latina. Bolivia es un país hermano.

¿Cómo ve la democracia boliviana? Hoy se está discutiendo la habilitación del presidente Evo Morales para las próximas elecciones presidenciales de 2019. ¿Cómo ve esa situación?

Creí que íbamos a tener una entrevista tranquila (sonríe). El sentido de mi visita ha sido ver las cosas en las que hemos contribuido como cooperación. Pero debo ser claro. No quiero hacer ninguna injerencia en lo que es la vida política de Bolivia, porque siempre me he expresado con gran respeto. Sí debo decir que la democracia es un proceso abierto y que se va perfeccionando con el tiempo. Seguramente no hay una democracia ideal, pero debemos acercarnos a esos comportamientos que buscan una mejor democracia. ¿Y cuáles son en mi opinión? Aquellos que apuntan a la búsqueda de acuerdos, de consenso y de respeto. Y debo decir las cosas con la verdad, yo tengo aprecio, tengo cariño al presidente Evo Morales. Durante mi etapa de Gobierno, mi país hizo una gran cooperación con cerca de 90 millones de dólares al año.

Lo hicimos con muchos otros países, pero quien más me ha agradecido esa ayuda, desde la compra de ambulancias hasta el Fondo del Agua, ha sido Evo Morales. Para mí, eso tiene un significado muy importante. Insisto, no quiero meterme en la vida política de Bolivia, conocí este país en 2004, cuando Bolivia tenía los más altos índices de pobreza y de desesperación, y el país ha cambiado. Que la democracia es perfectible, por supuesto.

Que son discutibles los mandatos que un (presidente) debe tener, por supuesto, que son discutibles. Pero yo tengo aprecio a Bolivia, tengo un gran aprecio al presidente Evo Morales y tengo aprecio al alcalde Germain Caballero, con quien he estado por estas horas en San José. Y si puedo ayudar al alcalde Caballero, lo voy a hacer. Y si puedo ayudar a Evo Morales, lo voy a hacer. 

¿Cree que el presidente Evo Morales vaya a tener una mejor relación con España ahora con Pedro Sánchez en el poder?

En general, el Partido Socialista tiene una mayor vocación y vinculación con América Latina. Por lo que estoy convencido de que la cooperación se va a incrementar en función de la disponibilidad económica, y eso va a ayudar a Bolivia. Por tanto sí, va a mejorar la relación.

No creo que la relación con Bolivia durante el Gobierno de Mariano Rajoy (PP) haya sido mala. Ha sido normal, de respeto, pero creo que el Gobierno socialista será más activo con la región.

Usted ha participado de forma directa en el proceso de diálogo en Venezuela durante una grave crisis política que aún no se ha resuelto.

¿Cómo se siente respecto de los resultados?

Es verdad, que los últimos tres años los he dedicado a Venezuela. Desde que la oposición me invitó a interceder mi principal objetivo fue que el conflicto no estallara, fue una tarea preventiva de paz. 

Eso no anula la difícil situación que todavía tiene Venezuela. Pero no tenemos derecho a renunciar a luchar por la paz y la convivencia siempre. 

Todo conflicto, justificado o injustificado, al final, genera una devastación, y al final, todo el mundo se arrepiente. Porque al final todo el mundo se tiene que volver a sentar a dialogar. Sé que mi tarea preventiva por la paz ha sido objeto de muchas críticas, sé que mucha gente considera que apoyo al presidente Nicolás Maduro, que fui un escudo (para el chavismo). Bien, las acepto deportiva y democráticamente. Con la experiencia que tengo sé que en la política se hacen las cosas, unas para que luzcan y otras para que sean. La paz está por encima de todo para mí.

¿Le preocupa que algunos presidente en América Latina estén buscando aferrarse al poder? ¿Esto es un problema o es parte del juego democrático?

No juzgue y no será juzgado. Un buen demócrata ni presume ni acusa. La política no es una objetivación. La política es la herramienta más poderosa para evitar conflictos. Todos tenemos un ideal democrático en la cabeza. Pero sabemos que cada país tiene su circunstancia.

Es difícil dar lecciones. Porque si damos una lección, nos pueden invocar lo que pasó en nuestro país. Hay que intentar aproximar posiciones, no dar lecciones. La única tarea que merece la pena en la política es la persuasión, que es el diálogo, que es sentarse alrededor de una mesa.

Nunca vamos a conseguir nada con un afán de superioridad ni cuando decimos a otros que somos mejores demócratas que los otros. Así no se consigue nada. Además, le digo, no suele ser cierto. Estoy muy cansado de ver a la gente que presume de ser un demócrata y de tener principios, y al final, es la primera que te decepciona. 

¿Qué impresión se lleva de los bolivianos?

Hay algo que destaca por sobre todo y es la amabilidad, es la sencillez, es la humildad. Esos son valores que forman parte de lo que debe ser un país. Ese espíritu solidario es muy importante. 

Es fundamental que los bolivianos siempre tengan autoestima y que procuren llegar siempre a acuerdos políticos. 

Los acuerdos son los que hacen avanzar la historia, permiten reformas, cuando las posiciones son intransigentes, pues no cambia nada. Pensemos en esa perspectiva de grandes consensos que serían muy positivos para el país.

Perfil

Un socialista del consenso

Nació en Valladolid el 4 de agosto de 1960. Fue presidente del Gobierno español entre 2004 y 2011, tras ser reelecto en 2008. Encabezó una misión especial por el diálogo en Venezuela.