Desde cuentos inmortales, como Casa tomada, hasta su monumental y compleja novela Rayuela, la obra de Cortázar ha generado un fuerte lazo con la juventud

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16 de febrero de 2019, 4:00 AM
16 de febrero de 2019, 4:00 AM

El martes 12 se cumplieron 35 años de la muerte de Julio Cortázar, uno de los escritores clave de la literatura del siglo XX, dueño de una imaginación única que supo ser plasmada en sus cuentos y novelas, que se convirtieron en una extensión de las artes que le fascinaban. Cortázar fue una figura cosmopolita que combinaba no solo géneros literarios, sino artes visuales como dibujo, pintura, fotografía y cómic con literatura, diversidad temática que en los últimos años ha sido descubierta por una nueva generación de lectores, esos que inundan las redes sociales de sus frases y las utilizan como vehículo para expresar su fascinación por la obra del autor de Rayuela. Precisamente, uno de los libros más conocidos del genio que nació en Bélgica, creció en Argentina y se nacionalizó francés, resulta ser el vínculo que ha logrado mantener con sus lectores desde que fue publicada en junio de 1963.

En la entrevista que Cortá- zar dio al periodista argentino Martín Caparrós en diciembre de 1983, poco antes de morir (publicada recientemente por el New York Times), el escritor manifestaba lo conmovido que se sentía en ese entonces al comprobar que sus mejores lectores son los jóvenes. “Con los jóvenes tengo un contacto increíble, porque yo soy un viejo (tenía 69 años) y jamás escribo con la perspectiva de la juventud, no hago un trabajo de tipo demagógico. Cuando escribí Rayuela yo era un ser totalmente anónimo, nadie me conocía o muy poco.

Y lo hice pensando como un hombre de 40 años que escribía para gente de 40 años, y resultó que esa gente no entendió gran cosa del libro. Las primeras críticas fueron terriblemente negativas”, afirmaba el autor de Bestiario. Ya para entonces Rayuela se había transformado en la novela del boom latinoamericano y en un clásico de repercusión universal.

Un par de meses después, el cáncer apagaría la vida del creador de la historia de La Maga y Horacio. Aún leída en el siglo XXI, Rayuela es un gran hipertexto, lleno de referencias e imágenes adjuntas, sonidos y notas musicales, con links que reenvían de una zona a otra del libro. No sería raro encontrarse con una versión digital de la novela con sonido, fotos, dibujos con líneas rotas, collages y canciones. Hoy, a más de 50 años de su primera edición, y a pesar de su reconocimiento internacional, su potencia sigue siendo la de una novela compleja.

Las huellas Cortázar demostró ser un autor con una gran capacidad de enganchar nuevos lectores, con temas que interesan a los jó- venes de ahora e interesaban a los de los años 60 y 70. La carga emocional y reflexiva presente en muchas de las frases de sus cuentos hoy siguen sonando tan imprescindibles como hace cuatro décadas.

“Él es tan único en mi lectura. Su principal mérito, sin duda, es la empatía que logra con el lector, no con todos obviamente, porque conozco gente que lo ama y gente a la que no le interesa, no conozco gente en el medio”, expresa la poeta Verónica Delgadillo Cortázar y Borges no convergieron en su estilo literario. Cortázar jugaba con el lenguaje, como un niño con la tiza de una rayuela. Borges cultivaba el adjetivo certero en la frase breve, erudita. No obstante, es indudable que en los últimos tiempos se ha manifestado cierta tendencia en los lectores a enfrentarlos.

“Yo creo que su rivalidad no iba en torno a la obra literaria, sino más bien en torno a posiciones políticas. Particularmente me gusta Cortázar, el estilo, el espíritu.

Por eso prefiero sus poemas”, asegura Claudio Ferrufino-Coqueugniot A su vez, el autor cubano-boliviano Alejandro Suárez afirma que, por el peso de su nombre y de su obra, Cortázar suele ser una gran puerta de entrada a la literatura. Pero también tiene la impresión de que sus cuentos envejecen mucho mejor que sus novelas. “En lo que a mí respecta, releería con mucho gusto cualquiera de sus relatos (algunos de ellos, piezas clásicas de la literatura en cualquier idioma), pero no me siento tan motivado a releer Rayuela, por ejemplo”, indica Suárez, que resalta en el argentino “esa gran libertad creativa que lo hace un escritor muy difícil de encasillar”. “Después, la perfección en la construcción de sus relatos, el rigor en el uso del lenguaje y su sentido del humor”, finaliza.


La obra de Cortázar ha sido capaz de capturar diversas generaciones de lectores e introducirlas en el universo de su literatura, con su imaginación y su palabra

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