Una artista y una académica alemanas son parte del Encuentro de Música Nueva, que explora formas de captar sonidos y elaborar presentaciones basadas en ellos

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27 de julio de 2019, 4:00 AM
27 de julio de 2019, 4:00 AM

Dos lugares en el mundo pueden considerarse como punto de origen de la música nueva y el arte sonoro. Uno es Nueva York y otro, Berlín.

Las dos expertas alemanas que visitaron Santa Cruz han visto de cerca, en Berlín, el nacimiento del arte sonoro, que requiere el desarrollo de un sentido artístico a partir del sonido.

Se dirá que eso es música, y quizá no haya error, porque el arte sonoro tiene puntos de contacto con la llamada música nueva.

El Goethe Zentrum es un claro impulsor de esta música nueva, porque, en palabras de su director, Franz-Josef Kunz, no se puede descartar siglo y medio de evolución musical y escuchar solamente lo que tienen para ofrecer los instrumentos tradicionales.

Cuatro sonidos para Bolivia

En el Goethe Zentrum se puede apreciar una muestra de este arte sonoro. Fue elaborado por la artista Jutta Ravenna, curadora del festival Sonifications de Berlín.

Durante ocho semanas recorrió diversas zonas de Bolivia para escuchar al país. Esos sonidos le mostraron que el carácter sonoro, que está marcado por la mentalidad de las personas, indica que en Bolivia la gente es más extrovertida que en Alemania. “El nivel de ruido en las ciudades de Bolivia es muy alto”, dice. Así como las personas suelen tener un aura, asociada con los colores y la personalidad, existe también un aura de sonido que caracteriza a cada individuo.

Habilidades perdidas

En la zona amazónica conoció a una persona cuya habilidad sería imposible de encontrar en Alemania: alguien con oído sensible para diferenciar los sonidos de la naturaleza. “Aquí la gente no agrega nada al sonido natural cuando está en el campo. En Alemania se llevan dispositivos para escuchar música”, compara la artista, que utiliza una grabadora digital sencilla a la que se pueden adaptar micrófonos unidireccionales o multidireccionales para captar sonidos ambientales.

Su instalación sonora, llamada Cuatro sonidos para Bolivia, incluye las minas de Potosí (sonidos de metal), la cuenca del Amazonas (el bosque), las llanuras (el susurro de las cascadas) y los latidos del corazón en Uyuni.

Además, Ravenna ha dictado un taller a ocho músicos y artistas sonoros bolivianos. En una pequeña sala del Goethe Zentrum explica, con una herramienta digital que se consigue fácilmente como el Audacity, la forma de mezclar y captar los sonidos. Esa es otra de las vertientes de este Encuentro de Música Nueva, que ya está en su octava versión.

Los músicos y artistas aprendieron, de la mano de Jutta Ravenna, técnicas nuevas de grabación y recolección de sonidos.

La artista ha estado también en lugares como Marruecos, donde captó y sintió el silencio del desierto y, en contraposición, el fragor de urbes como El Cairo. Si tuviera que describir los sonidos de los bolivianos, diría que se trata de tonos más centrados, más descansados en sí mismos, ‘aterrizados’ que respecto al sonido que caracteriza a los europeos, que suelen ‘sonar’ más estresados.

La teórica

Sabine Saio contribuye con el componente teórico de la instalación. Enseña en la Universidad de las Artes de Berlín y trabaja con sus estudiantes en diversos proyectos sonoros e instalaciones, como 48 horas Berlín. Trabaja con ellos la teoría necesaria de cada proyecto. Ese trabajo teórico se traslada a los estudiantes, que recientemente han colaborado en un libro sobre uno de estos trabajos. Cada año, en 48 horas Berlín, se trabaja una temática diferente. El año pasado el tema fue ‘El arte salva el mundo’; este año se desarrolló el concepto ‘Sombras’.

Ayer brindó la conferencia La música como espacio de experiencia, que aprovecha el trabajo de Jutta Ravenna para mostrar el trasfondo teórico de la instalación sonora y muestra, con ejemplos históricos, los fundamentos de su arte.

Orígenes y usos

Uno de los puntos clave en el desarrollo del arte sonoro se remonta a los años 80. Ravenna fue parte de ese movimiento. Otro de los iniciadores fue René Block, con una recordada exposición.

El área de trabajo de Sabine Saio incluye la forma de generar sonidos de forma tradicional y el uso de varios medios para crearlos. El arte sonoro, nacido en el siglo XX, incluye tanto el uso de diferentes aparatos y objetos para producir sonido como la fabricación de dispositivos para lograr algunos tonos y efectos.

Los conciertos de arte sonoro como los elaborados por el pionero John Cage tienen pocos adeptos. Cage ha trabajado en una maestría en arte sonoro en Barcelona, que se ofrece aún como curso académico.

Si se busca arte sonoro en YouTube, también se verá que las visualizaciones son escasas aún; pero resulta sorprendente que algunos de los youtubers más seguidos son los que susurran o producen sonidos de todo tipo. Es decir, hacen, desde hace poco y desde una limitada práctica, lo que los artistas sonoros y académicos exploran hace tiempo.