El Centro de Estudios de Telecomunicaciones en América Latina (CET) la ubicó en el puesto 17 de 20 países latinoamericanos. Para expertos, falta inversión pública y privada para reducir esta brecha tecnológica

El Deber logo
7 de agosto de 2018, 17:15 PM
7 de agosto de 2018, 17:15 PM

Para comprender lo que es el Internet de las Cosas (OiT, por sus siglas en inglés) se puede recurrir a la ciencia ficción. Imaginarse lentes que a través de sus cristales se conectan a la web, como en la serie británica Black mirror; vehículos inteligentes que responden cuando su conductor les habla, como en El auto fantástico, o la casa automatizada que prepara el desayuno y se limpia sola, del relato Vendrán las lluvias suaves, escrita por Ray Bradbury. 

El Internet de las Cosas es eso: la interconexión digital de objetos cotidianos (vehículos, televisores, aires acondicionados) con internet. En base a una demanda creciente en el mercado, las empresas están en pleno desarrollo de productos automatizados, tal como se evidenció en el Consumer Electronic Show (CES) 2018, realizado en Las Vegas en enero. 

A escala regional, un estudio del Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina estableció que Chile (4,4), Costa Rica (3,9) y Uruguay (3,8) son los países mejor preparados para recibir esta tecnología, mientras que Bolivia (2,2), Honduras (2,1), Paraguay (2,1) y Nicaragua (2) son los menos aptos hasta el momento.

A escala global, el país más preparado es Estados Unidos (6,8).

El desafío es adaptarse 
El ciberactivista Mario Durán Chuquimia indicó que el Internet de las Cosas es una oportunidad de desarrollo para el país, para lo que se debe incentivar los avances de jóvenes desarrolladores que experimentan con domótica, que integra la tecnología en sistemas de seguridad, gestión energética y automatización de viviendas.

“Este tipo de apoyo debe ser gestionado por iniciativas públicas y privadas, generando las condiciones de desarrollo para transitar hacia una economía basada en el conocimiento”, dijo. 

El consultor web Ramiro Chuquimia señaló que las empresas deben sumarse a la dinámica de negocios digitales. 

“Hay una empresa que vende agua a través de su app, pero cuando hago un pedido chico no llega porque su modelo de negocio está enfocado en los grandes, es decir, aún no están pensando en todos sus clientes”, dijo.

Las conexiones en Bolivia ascienden a 9,4 millones, según datos de la ATT. Sin embargo, los expertos cuestionaron la velocidad de la conexión y sus costos.