Liderazgo. Desde hace cuatro años, Marco Antonio Cortez Uzeda preside el directorio del hotel Cortez, que fundó su padre hace 50 años, un 6 de agosto. La empresa está encarando un nuevo cambio generacional

El Deber logo
7 de agosto de 2018, 13:00 PM
7 de agosto de 2018, 13:00 PM

En poco más de 50 años, lo que alguna vez fue la laguna Los Batos se transformó en el hotel Cortez. Gracias a la visión de Martín Cortez (su fundador), el establecimiento, que inició sus operaciones en 1968 (un 6 de agosto) como una especie de hotel balneario, hoy es uno de los alojamientos más emblemáticos de Santa Cruz. En la actualidad, Marco Antonio Cortez Uzeda preside el directorio de la empresa, que viene encarando un segundo cambio generacional.

—¿Cómo ha evolucionado el hotel Cortez en sus 50 años?

Como en todo negocio y en particular en una empresa familiar, ha pasado por varias etapas. El hotel surgió gracias a la visión de mi padre: Martín Cortez, que en 1960 se le ocurrió abrir una piscina pública en Santa Cruz. Lejos de todo lo que se conocía en la ciudad, lo hace en el segundo anillo, al final de la calle Libertad al frente de la cárcel. La apertura coincidió con una etapa muy linda para Santa Cruz de la Sierra, porque los 60 son la base de la Santa Cruz moderna, ya que surgieron las cooperativas, el Comité de Obras Públicas y se ponen las losetas alrededor de la plaza principal.

Ya en 1968, con la piscina, surge el hotel con solo 12 habitaciones. Luego fuimos acompañando el crecimiento de la ciudad, cinco años después se amplió con la construcción de 25 estancias más. En 1970, se construyeron otras 50 habitaciones. Estamos hablando de que crecimos de a poco. En 1994 murió mi padre y la administración pasó a manos de sus 10 hijos. Encaramos un cambio en la gestión de la empresa un tanto compleja. Ya en 2013 nos planteamos una modernización para esperar los 50 años. Se realizó una fuerte inversión (de alrededor de $us 5 millones) en la construcción de un edificio y en la unificación en una sola línea estética de las 94 piezas del hotel.

—La familia Cortez, ¿cómo encaró el relevo generacional?

Luego de la muerte de mi padre la empresa pasó a manos de la segunda generación. En ese momento fue un caos, ya que nos preguntábamos: ¿qué va a pasar con un negocio para tanto dueño? Tuvimos la fortuna de encontrarnos con algunas personas que nos dieron pautas de lo que debíamos hacer en la compañía. En 1994 una persona nos dio una charla sobre las empresas familiares y comenzamos a poner reglas.

Como en todo negocio, al comienzo pesó más el corazón que la parte racional. Decidimos que todos los hermanos (de mayor a menor) tenían derecho a ser gerentes dos años. Sonaba bien, pero resultó que recién se aprendía el manejo del negocio al año o año y medio, cuando ya le tocaba a otro hermano asumir las riendas. En ese proceso de aprendizaje creamos una gerencia de operaciones, donde los hermanos se formarían dos años y después asumirían la gerencia. Tampoco funcionó, porque cada uno de los socios no podía dejar su negocio para dedicarse a la familia y luego retomarlo. En ese momento nos dimos cuenta, luego de pruebas y errores, de que debíamos cambiar. Optamos por instaurar una gerencia independiente. Desde entonces contamos con profesionales en la gerencia y la parte ejecutiva, y con un directorio conformado por los hermanos. Nos costó mucho, pero creo que ése ha sido nuestro éxito.

—¿Cómo ha impactado en sus operaciones el ingreso de cadenas internacionales?

Lo hemos encarado como un reto de mejora. Nosotros nos enfocamos en las ISO. Hacemos una mejora continua, prueba de ello es nuestro edificio y la renovación que concluimos en abril. Llegamos a la conclusión de que estamos en el mercado y debíamos poner nuestro esfuerzo para renovar el hotel para otros 50 años. Y eso es lo que hicimos.

—Las plataformas de alojamiento como Airbnb, ¿han tenido algún efecto en el sector hotelero?

Toda tecnología nueva disruptiva toma su periodo de madurez. En el caso de la hotelería, el impacto no ha sido tan fuerte todavía como en otros sectores. Esto se debe a que los hoteles brindan seguridad. Los huéspedes del extranjero siempre tienen un poco de miedo y buscan seguridad. En servicios como Airbnb, los clientes no saben quién lo maneja y la seguridad que brindan.

—¿Cuáles son los planes a mediano plazo del hotel Cortez?

Como hotel estamos en una etapa donde la segunda generación está cumpliendo su ciclo y dando paso a los sobrinos. En el directorio estamos haciendo que la nueva generación participe. A ellos les va a tocar tomar la decisión de ampliación o expansión de la marca.

—¿Cuáles son los desafíos de la hotelería en Santa Cruz?

Estamos en una etapa como país en la que podemos decir que la oferta hotelera no es pequeña. La oferta ha crecido bastante, pero la demanda lo hace de manera más lenta. La oferta se ha adelantado a la demanda, y todavía falta que se abran nuevos hoteles. Esto nos impulsa a ser más creativos al ofrecer nuestros servicios. Santa Cruz ha crecido tanto que, esa debería ser una forma de jalar turistas y eventos. La ciudad tiene todas las condiciones de cualquier capital del mundo para realizar eventos. Ese es uno de los retos que tiene la hotelería, de que en forma conjunta, los hoteleros, las líneas áreas, las agencias de viajes y el sector estatal, vuelvan a Santa Cruz un destino para eventos.

Tags