Ex autoridades del Banco Central de Bolivia y expertos evalúan las reservas. Juan Antonio Morales aconseja recuperarlas y evitar la reducción de divisas, en tanto el exministro Gabriel Loza sugiere usar el ‘colchon bank’ elimando el ITF y otros

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29 de mayo de 2022, 4:00 AM
29 de mayo de 2022, 4:00 AM

Walter Vásquez

¿Cuál es el estado de las Reservas internacionales Netas (RIN) de Bolivia? Ex autoridades del Banco Central (BCB) y economistas observan que estos activos, necesarios para el pago de las importaciones y de la deuda externa, para mantener la estabilidad de la moneda nacional y como garantía de créditos internacionales, se encuentra en un nivel bajo, pero estable, y en una situación que está lejos de ser “catastrófica”, si se asumen las medidas adecuadas.

“Las reservas —sobre todo las que están en divisas — se mantienen en un nivel bajo, en 12% del PIB, un nivel que exige atención, que está lejos de ser catastrófico, si se presta la debida atención”, dijo Juan Antonio Morales, ex presidente del BCB, quien ve la necesidad de recuperarlas o, al menos, evitar que se pierdan más divisas.

Gabriel Loza, también ex titular del ente emisor, destacó que el hecho de que las reservas se hayan mantenido estables en lo que va del año “es un buen indicador, dado el contexto de alta incertidumbre mundial, (con) perturbaciones financieras relevantes en las bolsas de valores y en las criptomonedas que generaron una sobrerreacción de los países vecinos, que aumentaron sus tasas de interés y devaluaron sus monedas”. 

Tras haber alcanzado su nivel máximo en 2014 ($us 15.122 millones), las reservas al 24 de mayo de esta gestión se encuentran en $us 4.686 millones, el 54,7% de las cuales está en oro (2.567 millones), el 33% en dólares y otras divisas (1.546 millones) y el 12,2% en derechos especiales de giro (DEG) y posición con el Fondo Monetario Internacional (FMI). 

El Banco Central informó que en el último trimestre de 2022 las RIN se incrementaron en $us 300 millones, “producto del superávit comercial, del flujo de remesas recibidas y de inversiones extranjeras directas”, lo que refleja “la recuperación, la confianza y reactivación de la economía”.
“La disponibilidad de recursos externos ha empezado a caer fuertemente, sobre todo los líquidos”, aseveró José Gabriel Espinoza, ex directivo del ente emisor.

“Lo que sucede es que el flujo de divisas al país está disminuyendo por factores como el contexto externo adverso y la expansión del gasto público, con la creación de empresas públicas que van a importar equipo, maquinaria y tecnología que no se tiene en nuestro país, lo que significa salida de divisas”, indicó el economista Germán Molina. 

“Las reservas están bajas. La pregunta es ¿cómo se moverá (ahora) el mercado de divisas?”, afirmó Beatriz Muriel, directora del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (Inesad).

Molina consideró que el stock de las reservas “todavía está para soportar más de cuatro meses de importación, que es lo que organismos internacionales como el FMI recomiendan. El punto vulnerable es su composición, la parte del efectivo disponible ($us 1.546 millones)”. 

Espinoza explicó que bajo prácticas internacionales se toman en cuenta el total de las reservas de un país para atender las necesidades de la economía, pero Bolivia no puede disponer de sus reservas de oro, solo de las que están en efectivo (en moneda extranjera).

“Si el flujo de ingreso de divisas al país disminuye, puede haber una demora en la atención del BCB a quienes demanden dólares para diversas transacciones con el exterior”, alertó Molina.

Acciones de fortalecimiento

Loza indicó que al primer trimestre de 2022 continúa el saldo favorable de $us 468 millones y en un entorno de alza de los precios de los commodities “es posible que se mantenga la tendencia al superávit, que es el principal componente de la balanza de pagos en cuenta corriente junto con las remesas, que también se esperan que continúen aumentando, o por lo menos se mantengan estables”.

“La semana anterior, las reservas han ganado bastantes divisas, pero deberían estar ganando más, dado que con los altos precios para las exportaciones la balanza comercial está siendo hasta ahora muy favorable a Bolivia. Eso no se ha visto. Es posible que haya pagos de deuda externa o que haya algo de salida de capitales. Los datos de la balanza de pagos que reflejarían todo eso no están disponibles todavía”, indicó Morales.

Muriel identificó, a su vez, tres componentes a favor de las RIN, la recuperación del valor de las exportaciones por el alza de precios de las materias primas, que “puede aliviar la caída de las reservas, por lo menos este año”; un mercado de valores poco desarrollado, lo que reduce la presión sobre el mercado de divisas; y la actual confianza en la moneda nacional.

Los factores en contra son: la estrategia de aumentar la deuda externa (que implica aumento de reservas) limitada por las menores posibilidades de adquirir créditos y las amortizaciones de los préstamos que ya se tienen; la caída de la producción de gas, que reduce las expectativas de captar divisas vía balanza comercial; y el clima de inversiones privadas, que desalienta la entrada de dólares a la economía e incentiva la salida de capital nacional (que cambia moneda nacional por dólares para invertir en otros países).

Bajo este contexto, en las últimas semanas, el ente emisor adoptó varias medidas. Anunció que con el fin de fortalecer las RIN gestionará una ley para la compra de oro boliviano y para realizar operaciones financieras internacionales con las reservas de oro, e instruyó a las entidades con participación mayoritaria del Estado repatriar las divisas e inversiones que tienen en el exterior en un plazo máximo de 60 días.

Morales y Loza coincidieron en que la repatriación de recursos es una medida administrativa, para disponer de más divisas.

“El tema es que el mensaje ha sido mal enviado y ha causado mucha preocupación entre los agentes económicos”, dijo Morales. Para ello, “no era necesario sacar una resolución de directorio”; existen “otros instrumentos para lograr lo mismo”. 

Espinoza acotó que “hicieron de manera muy torpe algo que podría haberse construido de manera interna”.

El eventual uso de las reservas de oro, por su lado, “sería razonable”, pero “puede ser una mala señal, porque el público puede pensar que el Banco Central está vendiendo las ‘joyas de la corona’ porque se está quedando sin reservas”, alertó Morales, quien precisó que el oro del BCB ya cuenta con la certificación Good Delivery, lo que da luz verde a posibles operaciones internacionales con esos recursos.

Loza precisó que la Ley 1670 del Banco Central de Bolivia “no le impide” al ente emisor “disponer de las reservas internacionales de oro, solamente le prohíbe pignorarlas, es decir, dejarlas como garantía o como prenda”. Sostuvo, además, que la intención, de comprar oro nacional para convertirlo en oro monetario, más que de una norma en si, necesita de un procedimiento operativo. 

“Ambas disposiciones son medidas administrativas que contribuyen a fortalecer el nivel de las reservas internacionales en un entorno internacional complejo e incierto”, subrayó Loza.

Para Muriel, ambas medidas “muestran que el Gobierno está teniendo o tendrá en un corto plazo dificultades en compensar la escasez de dólares en el mercado de divisas”.
“Prevén que hasta fin de año puede haber necesidad de contar con dólares”, convino Molina.

“En términos generales, tenemos dos problemas: el primero de confianza y el segundo de cumplimiento de obligaciones internacionales, comercio exterior y demás ya que, en la medida en que la economía tienda a recuperar los niveles previos a la pandemia, empezará a demandar muchas más divisas”, sostuvo Espinoza.

Política económica

El BCB informó el miércoles pasado que el actual nivel de reservas “supera en meses de importación y cobertura de la deuda externa de corto plazo a los parámetros aceptados internacionalmente”. El banco “cuenta con los recursos necesarios para cubrir con las transacciones y obligaciones con el exterior”, ratificó.

Loza sugirió pensar en medidas para incentivar el uso del “colchón bank”, de los dólares que mantienen las familias fuera del sistema financiero. “Por ejemplo, se puede reducir o eliminar el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF), que ya cumplió con el objetivo de la bolivianización y ha disminuido su recaudación”. 

“La política económica dispone de muchos instrumentos y en situaciones difíciles o shocks externos no debe descartarse ninguna medida que permita disminuir sus efectos, hacer menos vulnerable al país y preservar sus reservas internacionales”, remarcó. 

El Programa Fiscal Financiero 2022 prevé una variación positiva de las RIN de $us 448 millones.

Mientras, el ente emisor tomó otra decisión que tiene que ver con las RIN, al dejar fuera de la contabilización de la deuda externa (la cual se paga con reservas) las asignaciones y depósitos de organismos como el FMI.