Planes. Afirma que la novedad en innovación va venir por el lado del internet y de los servicios, a través de los smartphones. Revela que está todo listo para comenzar a construir el centro empresarial del BCP en Equipetrol

El Deber logo
8 de julio de 2019, 10:30 AM
8 de julio de 2019, 10:30 AM

En Perú, país de sus raíces, es reconocido como uno de los empresarios más poderosos e influyentes en el sector privado. Aterrizó en Santa Cruz para ser anfitrión y realzar los 25 años de operación del Banco de Crédito de Bolivia (BCP), del que forma parte del directorio. En su estadía en la ‘ciudad de los anillos’ habló de las planes corporativos y de expansión de las empresas del conglomerado Grupo Romero.

¿En qué periodo incursiona el Grupo Romero en Bolivia ? 
Incursiona en 1972. La primera inversión fue agrícola en la siembra de algodón. Lamentablemente esa iniciativa no tuvo buenos resultados y años después, detrás de varios intentos, cambiamos a la soya y compramos una pequeña fábrica de molienda de ese grano -Industrias del Aceite SA- que es la productora de FINO. Poco tiempo atrás se adquirió Industrias del Aceite SA que es parte del conglomerado de Alicorp. El Grupo Romero también participa en el mercado de la logística con Ransa, además está el BCP Bolivia, que es parte de Credicorp que es un grupo aparte que tenemos la suerte y el honor de ser uno de los accionistas importantes.

El BCP Bolivia celebra 25 años de operación en Bolivia, ¿cuál es el balance al respecto?
Creo que 25 años son suficientes para haber demostrado lo que significa el BCP Bolivia en cuánto a nuestra cultura y forma de operar. Creemos que las características más importantes han sido la innovación y ser los primeros en traer nuevos servicios, productos y enfoques. Esa orientación de modificar y adaptar las agencias para que sean puntos de servicios donde los clientes se sientan cómodos y puedan informarse de los productos que le ofrecemos.

 

 

Habla de innovar, ¿prevén incorporar algún nuevo producto en su portafolio en Bolivia?
No le puedo decir cuándo porque no tomo esa decisión en el banco. Las innovaciones en Bolivia, al igual que en Perú y otros mercados donde operamos, dependiendo de la banca inversión o comercial, va venir por el lado del internet y de los servicios que puedan darse, a través de los smartphones. Es un cambio que se ha dado en la industria que todavía es incipiente a escala global y que ya está revolucionando la banca en Europa, Asia, EEUU y creo que Sudamérica no está quedándose atrás. Va haber muchas cosas que tengan que ver con facilidad de hacer pagos
a través de smartphones, lo que llaman ‘peer-to-peer’.

¿En qué quedaron los planes del edificio en Equipetrol?
Seguimos adelante con el proyecto. Me comentaron esta mañana (miércoles) que está casi todo listo para comenzar la construcción del centro empresarial en el cual estará las oficinas principales del BCP.

¿Cómo ven el cobro de impuestos al sector financiero?
La carga impositiva a los bancos y tanto directa como indirecta a los accionistas en Bolivia es bastante alta.

El peligro ahí es el crecimiento versus la rentabilidad. Si sigue el crecimiento de la manera que ha venido ocurriendo en los últimos años y no hay la rentabilidad suficiente no se genera el capital para que el banco esté suficientemente capitalizado para que siga creciendo.

Siempre en los bancos hay un balance entre el crecimiento y la rentabilidad. Cuando hay mucha rentabilidad y poco crecimiento, eso se da, pueden salir dividendos profesionistas, pero cuando se da la situación inversa, que es lo que ha venido sucediendo en los últimos años, los accionistas deben dejar todas las utilidades dentro del banco para que esté adecuadamente capitalizado. Cuando se sigue creciendo con poca rentabilidad, entonces no se generan utilidades necesarias para que haya capital suficiente. Eso es delicado.

 

 

La regulación boliviana exige a los bancos alcanzar una meta de su cartera, entre créditos productivos y de vivienda social, ¿cuál es su lectura al respecto?
Es una exigencia del Gobierno. Lo peligroso cuando se pone exigencias de esa naturaleza es que por cumplir el margen o la cuota se pueda comenzar a dar malos créditos o préstamos que no debería darse, especialmente si está restringido con la tasa de interés que puede cobrar. Ustedes sabrán, que a mayor riesgo uno debe cobrar mayor tasa para cubrir ese riesgo; sin embargo, en la banca llega un punto que esa ecuación ya no vale y no hay ninguna tasa de interés que valga la pena para un riesgo demasiado alto. Entonces hay que tener mucho cuidado.
Nosotros en el BCP estamos muy consciente de eso y si hay algo que el directorio se pone a ver con mucho ahínco es que este no ocurra,
pero si es algo que si no se tiene cuidado puede suceder.

El Gobierno liberó la exportación  del 60% de producción de grano de soya. Las industrias hablan de déficit de granos para operar y que tienen capacidad ociosa por falta de materia prima, ¿qué lectura tiene al respecto?
Nadie controla los mercados. La oferta y la demanda de un producto, como la soya, es mundial. Respecto a la liberación de la exportación
de granos, ahí la dificultad está en una pequeña distorsión. Exigen a los industriales que muelen soya que una parte de la harina se quede
en el mercado local y se venda a un precio más bajo. Eso genera competencia desleal, frente a los que exportan grano que no tienen que hacer eso.