Las 3.000 garrafas recalificadas que cada mes llegan a Santa Cruz son insuficientes para reponer las que salen de circulación

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17 de marzo de 2019, 5:00 AM
17 de marzo de 2019, 5:00 AM

El otrora jardín de Flamagas -envasadora de gas licuado de petróleo (GLP)- se ha convertido en un ‘cementerio’ improvisado de garrafas, según constató EL DEBER, ante la queja expresada por algunos ciudadanos por el avanzado deterioro de sus garrafas y la ‘escasez’ de nuevos cilindros. En las distribuidoras del energético también se evidenció una considerable cifra de envases de GLP que presentan oxidación en la parte exterior.

Frente a esta situación, la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), a través de la directora nacional de Control Social, Marisol Tizón, recordó que el año pasado alertaron del mal estado de las garrafas y enviaron una carta a las autoridades pertinentes, quienes, según dijo, se comprometieron en dar una solución.

“Hemos advertido el deterioro progresivo de los cilindros y existe temor porque estas representan un peligro de incendios dentro de los hogares. Estamos al tanto de que no están recalificando las garrafas y lo preocupante es que se viene la época de invierno y corremos el riesgo de sufrir un desabastecimiento”, dijo Tizón.

La dirigente además anunció que Fejuve va a insistir con el tema y volverá a elevar una carta, con un tenor enérgico, pidiendo una explicación y solución estructural al conflicto.

Desde la Cámara Departamental de Distribuidores de GLP señalaron que desde hace varios años la provisión de garrafas de GLP en el departamento cruceño es deficitario. Dieron cuenta de que este problema se generó hace más de una década, luego de que se ‘congelará’ el proyecto de instalación en Santa Cruz de una planta recalificadora de cilindros, debido al escándalo de corrupción en el que se vio envuelto Santos Ramírez, entonces representante legal de YPFB.

En el departamento de Santa Cruz existen más de 20 distribuidoras de GLP. En la capital operan ocho | Rolando Villegas

Desde ese hecho y hasta 2015, no se habría reparado ninguna garrafa de GLP. Esa situación ha generado que existan en el mercado algunos cilindros con más de una década de uso, contraviniendo la norma (137001:2001) de Ibnorca que establece que una garrafa debe ‘circular’ 10 años, no más, y ser recalificada.

De acuerdo con las distribuidoras, la capacidad de las recalificadoras de garrafas de GLP que tiene YPFB en La Paz, Cochabamba y Sucre no brinda una solución a la problemática. “Las recalificadoras de la estatal petrolera tienen capacidad para cambiar 7.000 cilindros al mes. De esa cantidad, en promedio, llegan por mes 3.000 a Santa Cruz, comprometiendo así la reposición de entre 5.000 y 7.000 que se salen de circulación”, indican.

Ese comportamiento ‘irregular’ en la provisión de garrafas recalificadas ha provocado que las distribuidoras operen al 30% de su capacidad y tengan 30.000 cilindros en desuso almacenados, según las distribuidoras de GLP.

El ente se suma a la preocupación de Fejuve, debido a que la demanda del energético aumenta en invierno a 40.000 cilindros por día. El promedio diario es de entre 25.000 y 30.000 garrafas. 

“YPFB lo que tiene es un problema logístico, ya que para trasladar las garrafas tiene que hacer una licitación de transporte cada año y ese proceso demora meses”, expresó una fuente del sector.

PROBABLE SOLUCIÓN

Frente al futuro aumento de la demanda de GLP, los repartidores de GLP hicieron llegar sus inquietudes a YPFB y a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) para encontrar una forma de evitar inconvenientes a la población.

Una de las soluciones que habría planteado la estatal petrolera a las distribuidoras es la adquisición de 50.000 nuevos cilindros para Santa Cruz.

EL DEBER se contactó con Fanacim, empresa que fábrica garrafas para GLP, para consultarle sobre la viabilidad de dicha propuesta y el tiempo que demoraría fabricar las 50.000 garrafas. Desde la firma estiman que se necesita al menos 120 días para producir esa cifra.

Fenacim le ha ofrecido tanto a YPFB y como a la ANH recalificar 20.000 garrafas mes, que es la capacidad que tiene la empresa en su planta en Cochabamba, indicó Mauricio Salazar, gerente comercial de Fanacim.

El inconveniente es la resolución administrativa (RAN-ANH-UN 0016/2016) que emitió la ANH fijando los precios del servicio, siendo de Bs 75 para la recalificación o reparación con cambio de válvula y Bs 39 para la recalificación o reparación sin cambio de válvula.

“Es por ese motivo que la única empresa que hace la recalificación en estos momentos es YPFB”, explicó Salazar.

PROVISIÓN NORMAL

Gary Medrano, director ejecutivo de la ANH, indicó que las garrafas para Santa Cruz se están reponiendo sin ningún inconveniente y existe GLP en grandes cantidades en el país. “Si sube la demanda, sube la oferta”,

El 28 de febrero se envió un cuestionario a la estatal YPFB para conocer una versión oficial respecto a los motivos que traban la reposición de las garrafas, pero la petrolera no respondió al requerimiento periodístico. 

PUNTO DE VISTA | “YPFB debe ser consciente y cumplir con la normativa”

Guillermo Torres - ex ministro de Hidrocarburos

Hay muchas cosas que están fallando en la actualidad. Inclusive el contenido de gasolina que tiene el GLP es desproporcionado. Tiene que existir una proporción entre el propano y el butano.

Muchas garrafas tienen pentanos y hexanos que son los componentes de la gasolina. He realizado pruebas en mi casa, porque uso garrafa, y he obtenido hasta tres litros de gasolina.

Esa es una cantidad elevada y quiere decir que solo están vendiendo siete kilos de GLP. Esa situación la he comprobado en varias oportunidades y esto quiere decir que se está volviendo una práctica recurrente, no solo en la época de invierno, en la que se realiza para cubrir la demanda.

Puede que también estén utilizando más gasolina para disminuir la presión que el energético genera dentro de los cilindros, previniendo que muchos de ellos presenten problemas.

Se tiene que cumplir con las normas y quien tiene que controlar el estado de las garrafas es la ANH. Además, las plantas de engarrafado de YPFB también tienen responsabilidad.

Si se presenta algún problema con los cilindros, como una explosión debido a que no fue sacada de circulación por encontrase en mal estado, estas dos instituciones tienen que responder.

Tiene que haber un mejor control y además tiene que existir conciencia por parte de YPFB para cumplir con la norma al recibir los cilindros en sus plantas, inspeccionarlos y apartar los que están en mal estado.

Las garrafas que presentan un estado de deterioro deben ser revisadas exhaustivamente para determinar si pueden ser reparadas, es decir, si le pueden cambiar la válvula o ser tratadas en caso que presenten un grado de oxidación.

En caso de no poder ser reparadas se vuelven peligrosas, por lo que se tienen que dar de baja y aplastarlas o inutilizarlas, para que no existe la mínima posibilidad que alguna persona pueda hacer uso de ellas.