Afectados por los vertidos del complejo en el arroyo Muñeca aseguran que en octubre de 2017 técnicos de la planta les informaron que la obra no tenía laguna de tratamiento

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15 de junio de 2018, 11:00 AM
15 de junio de 2018, 11:00 AM

Demetrio Véliz es un pequeño ganadero de Bulo Bulo. El hombre asegura que no es parte del pacto de silencio que han hecho las autoridades del municipio de Entre Ríos y YPFB para ocultar el daño ambiental que causó el vertido de aguas con amoniaco desde la planta de urea, ubicada en esa localidad, sobre el arroyo Muñeca.

El riachuelo pasa por su propiedad de 45 hectáreas en donde pastean sus 30 cabezas de ganado. En los 32 años que lleva asentado en Bulo Bulo, sostiene que fue bendecido por las cristalinas aguas del afluente, que le proveían del líquido elemento para beber y peces para comer.  

“El agua era limpia hasta que entró a operar la planta”, afirma. 

Este imponente complejo petroquímico fue inaugurado en septiembre de 2017. Un mes después, las transparentes aguas del arroyo se volvieron oscuras y los peces de los que disfrutaba murieron.  “Cuando largaron el agua, todo quedó una hediondera”, asegura.

El hombre y varios dirigentes reclamaron a la estatal YPFB y el operador Samsung. “Aquella vez el ingeniero ambiental de Samsung, un boliviano, nos dijo que la planta de urea no estaba completa. Que necesitaba lagunas de oxidación y  no se contemplaba en el proyecto”, denunció el hombre.

Véliz no es el único afectado. María Helena Tapia, otra ganadera del lugar, señaló que desde que entró a operar la planta perdió 10 cabezas de ganado.

La primera vez fueron cuatro “y esta última vez, seis”, aseguró.

En este tiempo, Yacimientos le pagó el valor de cuatro de sus reses muertas. La mujer asegura que está preocupada por lo que vaya a pasar en el futuro. En estos momentos su ganado pierde peso.

El martes, pobladores de Bulo Bulo confirmaron la muerte de peces y ganado por las aguas lanzadas desde la planta. Luego, el miércoles, indicaron que la industria causó daño ambiental en la zona en tres oportunidades.

No puede operar sin pozas

El experto en petroquímica Hugo del Granado señaló que una estructura del tamaño de la planta debe tener pozas o piscinas de tratamiento. Es indispensable.

“Se usan para recomponer  las aguas y sacarles todos sus elementos contaminantes de tal manera que puedan desecharse sin mayor  problema a las vías externas”, afirmó el especialista. 

Del Granado sostuvo que ningún complejo puede operar sin tratar las aguas residuales, “eso es norma, una planta como esta, con tecnología moderna, no puede trabajar en esas condiciones”.

Sugirió que la mejor prueba para corroborar la muerte de animales por amoniaco es analizar las entrañas de los animales fallecidos. “Eso es lo primero que debió hacer YPFB para liberarse de culpa”, sostuvo el especialista. 

Indicó que la contaminación por amoniaco difícilmente deja rastro cuando se pone en contacto con  el agua. “A no ser que sea en ese momento, no sirve de nada. Cualquier análisis de agua saldrá negativo, no deja rastro”, dijo.

Según la Agencia Europea de Medioambiente, el amoniaco es perjudicial para la salud y el medioambiente.

Pacto de silencio

EL DEBER constató que en Bulo Bulo la presencia de un forastero es vista con desconfianza por los habitantes del lugar. Hay un pacto de silencio que incluso es avalado por las autoridades locales, para no  hacer  pública la situación ambiental, sostuvieron algunos residentes del lugar, que no quisieron ser identificados.

“Aunque después me cuelguen de las bolas a mí no me da miedo hablar. Hay que decir la verdad. Hubo daño”, afirma Veliz.

En el pueblo incluso afirman que el subalcalde tiene videos y fotos sobre la mortandad de peces, que no quiso hacer públicas.

Esto fue corroborado por Véliz, que incluso dijo que los dirigentes de la comunidad 23 de Marzo cuentan con imágenes sobre la muerte de animales.

Las aseveraciones de los habitantes fueron confirmadas por el senador opositor Óscar Ortiz. 
Ayer el legislador hizo público un audio en el que se escucha al subalcalde de Bulo Bulo, Hernán Zúñiga, decir en plena sesión del Concejo Municipal de Entre Ríos, que han tratado de evitar que la contaminación se haga pública.

“Tanto sindicales y cívicos (de Bulo Bulo), estamos tratando de que esto no salga a luz pública, pero si no hay atención ¿qué vamos a hacer? Nos va a sobrepasar y no quisiéramos que después nos culpen”, afirmó la autoridad.

De acuerdo a la denuncia, las declaraciones de la autoridad fueron realizadas el 17 de mayo, diez días después del último derrame de agua con amoniaco.

Se minimizó el hecho

Se buscó el descargo de YPFB para esta nueva denuncia, pero no fue posible tener la versión de la empresa estatal.

Pero el miércoles, técnicos de YPFB minimizaron el impacto del vertido de agua con rastros de amoniaco en el arroyo. 

El 6 de junio, el ministro de Hidrocarburos, Luis Alberto Sánchez, afirmó que la fuga fue menor y que este tipo de eventos son normales en industrias complejas como esta. “Es un pequeño desperfecto, ha tenido una fuga de amoniaco, pero no le cuesta absolutamente nada a Yacimientos”, dijo.

Problemas de la Planta

Paros 
En menos de un año esta industria tuvo tres paralizaciones. Opositores observan que existe un mal manejo, pero YPFB afirma que este tipo de eventos son normales.

Almacenamiento
EL DEBER, el pasado 31 de marzo, evidenció un mal almacenamiento del producto en un punto de venta ubicado en la carretera entre Saavedra y Montero. La estatal, en su descargo, dijo que el lugar era un depósito temporal.

Investigación
El ministro de Justicia, Héctor Arce, dijo que el vertido de agua en el riachuelo causa un daño humano y que procederá a realizar una investigación. Pero, en todo caso,  afirmó que es potestad del Ministerio de Medio Ambiente y Agua pronunciarse o investigar el caso.