La firma considera que la menor oferta del hidrocarburo genera un cuello de botella en el crecimiento de Bolivia. Sugiere que una mayor exploración es la mejor alternativa

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21 de julio de 2018, 4:00 AM
21 de julio de 2018, 4:00 AM

La calificadora de riesgo Fitch Ratings, la tercera más importante del mundo, en su informe de julio de 2018, hace una radiografía de la situación macroeconómica del país y advierte que la producción de gas natural se estancó y que está un 8% por debajo de su mayor pico de producción, que fue en 2014.

Para la calificadora, esta situación genera en Bolivia una situación tensa, debido a su obligación de satisfacer con el hidrocarburo a su mercado local y, a su vez, responder a las obligaciones contractuales con Argentina y Brasil.

Para Jorge Rodríguez, analista en hidrocarburos, la mejor manera de brindar certidumbre al mercado internacional es generando confianza y demostrando con inversiones destinadas a la exploración que el país sigue siendo una potencia regional y que es confiable en la entrega de los cupos de gas natural ya determinados.

Similar criterio tiene Fitch, que sugiere que una mayor exploración  será clave para estabilizar la producción más allá de 2019. 

La mirada de Fitch

Para la calificadora, el sector del gas en Bolivia enfrenta desafíos a corto y mediano plazo debido a la merma en la producción del 8% en 2017, que hasta el momento no fue compensada con  la producción en el campo de Incahuasi.

“Bolivia se ha esforzado por abastecer tanto a su mercado interno como a Argentina y Brasil, aunque una caída en la demanda de Brasil en 2017 ayudó a Bolivia a cumplir su mínimo contractual a Argentina y a evitar multas”, indicó el informe de Fitch. 

Sin embargo, la especialista en riesgo país hizo notar que  los datos oficiales de Argentina apuntan a constantes déficits durante el periodo mayo-junio de 2018, aunque, según la calificadora, los funcionarios bolivianos niegan esas acusaciones.

En el caso brasileño, el contrato de gas expirará en 2019 y, de acuerdo con Fitch, se están llevando a cabo renegociaciones en un contexto energético global y regional muy diferente. 

El informe indica que la decisión de Petrobras de comprar un menor volumen ha obligado a nuestro país a negociar nuevos contratos con otros potenciales compradores. 

“Estas nuevas realidades pueden requerir contratos más flexibles que incorporen volúmenes y precios más variables y duraciones más cortas, lo que puede plantear algunos desafíos a la inversión en el sector y una mejor posición de Bolivia”, señalaron desde Fitch.

La calificadora también prevé que la producción de gas puede estabilizarse en 2018, a medida que la demanda brasileña se normalice e Incahuasi alcance plena capacidad de producción, pero estabilizar la producción a partir de 2019 dependerá del éxito en el descubrimiento de nuevas reservas de gas. 

“La actividad de exploración ha sido mediocre desde que el sector fue nacionalizado en 2006, donde no se dieron descubrimientos importantes; no obstante, una serie de importantes proyectos se han comenzado a perforar recientemente (Boyuy, Huacareta) o están listos para hacerlo en breve (Azero)”, hace notar Fitch.

Otras lecturas

Desde el Ministerio de Hidrocarburos indicaron que durante la IV Cumbre de Jefes de Estado y Gobierno del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG) se promocionaron 80 áreas, con un potencial de 60 TCF, en el cual se cerró inversiones por más de $us 1.500 millones en el área Caipipendi y se firmaron Expresiones de Interés con cerca de 10 empresas para más de 20 áreas; también se aseguró la inversión de más de $us 254 millones en exploración y desarrollo del Área Azero y los campos Río Seco, Aquío e Incahuasi, respectivamente. Mientras que en abril de 2018 se autorizó la suscripción de Contrato de Servicios Petroleros para el área Iñiguazu, que viabiliza una inversión de $us 900 millones.

Sobre el tema, Claudia Cronenbold, presidenta de la Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) y  vicepresidenta para América Latina y el Caribe (LAC) del Consejo Mundial de Energía, remarcó que la actividad en los hidrocarburos tiene como objetivo final buscar nuevos reservorios y reponer el gas que se usa. Sin embargo, hizo notar que para obtener resultados se deben esperar varios años y, en muchos casos, las perforaciones no son positivas y todos los recursos que se apostaron por un prospecto se pierden.

“Cuando se trata de encontrar nuevas reservas o posibles campos con un importante potencial de gas y petróleo, se entra en una actividad que tiene un factor de riesgo, eso ya lo saben los operadores, por eso se toman todo el tiempo prudencial para tratar de que las exploraciones tengan resultados positivos. Considero que para esta gestión habrá buenas noticias en el tema de la exploración y hallazgo de más hidrocarburos”, sostuvo Cronenbold.

Otro aspecto que observa la calificadora es el deterioro de la transparencia de los datos que brindan las autoridades del sector y cómo una certificación por terceros de las reservas de gas no ha sido publicada desde 2013 y, aunque se realizó una en esta gestión, sus hallazgos aún no han sido dados a conocer. Los informes diarios y mensuales sobre los envíos de gas también no son precisos y son descontinuados.

Para Álvaro Ríos, expresidente de Hidrocarburos, este aspecto se debe solucionar porque es importante que desde el exterior los potenciales inversores tengan un fácil acceso a información detallada y que esta sea generada de forma oficial.