Estos migrantes han estado enviando mayores remesas a sus familias en el país. En el primer trimestre de 2018 se incrementaron en poco más del 10%. Un 42% de estas divisas llegan hasta Santa Cruz

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11 de junio de 2018, 4:05 AM
11 de junio de 2018, 4:05 AM

Cuando Daniela Ovando alzó su maleta y aspiró su última bocanada de aire del cielo cruceño antes de abordar el avión que la llevó a EEUU hace 12 años, solo tenía claro que quería procurar una mejor vida para sus hijos. Allá trabajó en limpieza de hogares, fue mesera, recepcionista, niñera, laburó en ventas y también en pastelería. De Maryland se mudó a Virginia y ahora tiene una vida más holgada que le permite mandar religiosamente el 20% de su salario a Bolivia, donde su madre es la receptora de los dólares que envía.
Como ella dice, tuvo suerte. Cuando sobrevino la crisis en el país del norte Daniela estaba ubicada como recepcionista en una empresa grande que empezó a despedir a los funcionarios en altos cargos y a los más antiguos. Como ella era nueva logró conservar su puesto. “Conozco a muchos bolivianos aquí, a unos les va mejor que a otros, hay un factor suerte (de por medio)”, destaca.

Marco Becerra es otro compatriota, se fue a EEUU hace 11 años y cuenta que un indocumentado no goza del mismo salario que él. De su paga (que está entre $us 15 y $us 20 la hora), se descuentan cinco impuestos diferentes y aun así le alcanza para tener una vida holgada. “Ahora hay bastante trabajo, en especial en el rubro de la construcción que está requiriendo bastante mano de obra”, revela.   

Jorge es otro boliviano que se marchó en pos del sueño americano y confiesa que conoce a muchos a los que les estaba yendo bien, pero  que tras las políticas migratorias de Trump y por no tener papeles, han tenido que mudarse a otros estados más ‘amigables’ con los indocumentados, dejando atrás trabajos bien pagados.
Los que gozan del estatus de legales refieren una mejor situación y el crecimiento de las remesas reportado por el Banco Central de Bolivia acompaña esta hipótesis. 

Las remesas que los compatriotas envían a nuestro país han ido repuntando y las economías de los países en donde están trabajando se están recuperando. El repunte que confirma el Banco Central de Bolivia es de que en el primer trimestre de 2018 las remesas alcanzaron $us 324,6 millones, monto mayor en 10,7% respecto del mismo periodo de la gestión 2017.  

¿De dónde provienen estas divisas? En primer lugar de España (34,6%), seguido de EEUU (16,8%), Argentina (13,9%), Chile (11,2%) y Brasil (10,2%) (ver gráfico). En cuanto a qué departamentos llega el dinero, en su mayoría es a Santa Cruz (42,2%), en segundo puesto está Cochabamba (31,3%) y tercero La Paz (13,3%).

Buenas y malas noticias

Para Luis Carlos Jemio, economista y exministro de Hacienda, que las remesas hayan crecido es una buena noticia porque se engrosa el ingreso familiar. “Con más ingreso la gente tiene más capacidad de gasto. La mala noticia es que los que se han ido son gente que no ha encontrado una opción en el país y ha tenido que emigrar y están contribuyendo a que crezca el PIB de otro país y no el del nuestro”, refiere. 

Jemio considera que el migrante por definición es un emprendedor: “Son gente que podría haber emprendido algo, cualquier  negocio porque para tomar la de decisión de migrar realmente hay que tener agallas, tener un poder de decisión, de animarse a irse porque le puede ir mejor... y esa es una pérdida de capital para el país, ese es el lado negativo de esto”.

El expresidente del Colegio de Economistas Teófilo Caballero confirma que las remesas de nuestros compatriotas se han convertido en un importante flujo de recursos que mejoran los ingresos de muchos hogares en Bolivia.  “En los últimos cinco años el promedio de remesas superó ligeramente los $us. 1.000 millones.  El año pasado las remesas recibidas por el país alcanzaron a $us. 1.289 millones monto mayor en 7% al volumen recibido en la gestión 2016.

¿Cuál es el efecto de este crecimiento de las remesas en la macroeconomía? Caballero explica que el flujo de recursos enviados por nuestros compatriotas tiene un peso significativo dentro de nuestra economía nacional pues “son el 84% más que toda la inversión extranjera directa (IED) recibida el 2017 por nuestro país.  Esos montos han permitido mejorar las Reservas Internacionales Netas del Banco Central y amortiguar la estrepitosa caída que se experimenta desde hace tres años.  También oxigenan la Cuenta Corriente y reducen el déficit que tenemos en la balanza de pagos del país”. 

Sin embargo, advierte, “no todo es color de rosa, puesto que la emigración de compatriotas desgraciadamente tiene un impacto social muy fuerte porque muchas veces viajan ambos padres o uno de ellos; lo que hace que esos hogares con el paso del tiempo se desintegren y tengan un impacto emocional sobre los hijos.  La evidencia empírica así lo ha demostrado”. 

A dónde se va la plata

Las remesas enviadas a nuestro país son destinadas por lo general para el consumo diario,  para el pago de deudas bancarias, financiamiento de estudios de los hijos, construcción y ampliación de sus casas y la compra de bienes como electrodomésticos. Caballero reconoce que solo “Algunas familias también utilizan esos recursos como ahorros y otros lo acumulan para que sirva de capital semilla para emprender alguna ocupación.  En ese sentido, las remesas se convierten en una fuente muy importante de recursos que son usados para mejorar la calidad de vida”.

Un fenómeno general

El envío de remesas hacia los países que integran la Comunidad Andina, durante el cuarto trimestre de 2017, alcanzó un total de $us 3.494 millones. “Es el valor más alto registrado en los últimos cinco años y representó un aumento de 14,2% con relación al mismo periodo del 2016”, es el dato del Departamento de Estadísticas de la Secretaría General de la CAN. 

Son buenas noticias desde toda perspectiva
Hugo Rodríguez y Pablo Mendieta
Analistas


Son buenas noticias desde toda perspectiva, porque significa que compatriotas nuestros tienen oportunidades afuera y el hecho de que en este trimestre las remesas sean mayores que el anterior, indica que están haciendo más platita. Hay más gente trabajando o los mismos que estaban trabajando el año pasado tienen nuevas y mejores oportunidades. 

Son buenas noticias para el país porque están ingresando divisas que al final, después de todo el circuito económico eso llega al sistema financiero y al Banco Central y se hace parte de las reservas internacionales. Hasta que llegue ahí esa ‘platita’ ha circulado, generalmente para cubrir la cuota de la casa o para comprar un refrigerador que hacía falta, entonces eso también apuntala el consumo. Todo es bueno a nivel microeconómico y a nivel macro el crecimiento de las remesas contribuye a mejorar la posición de la cuenta corriente de la balanza de pagos. 

La balanza comercial ha sido negativa (hemos importado más de lo que hemos exportado) y el hecho de que los bolivianos de afuera manden dólares contribuye a mejorar esa posición.

Por otro lado, no es extraño que España continúe siendo el destino de los migrantes bolivianos, su economía está mejorando, se están generando empleo y oportunidades de ingreso. Al igual que EEUU, donde la economía ha ido creciendo sostenidamente y el desempleo ha ido cayendo. 

Ojo que cuando hay muchos familiares afuera que envían recursos al país se experimentan  problemas por la entrada fuerte de divisas que hacen que el sector industrial se vea complicado. En nuestro caso esto no pasa en este momento. 

“El repunte se debe a la depreciación del dólar”

Para el Banco Central de Bolivia, las remesas familiares se constituyen en flujos estables que independiente de la situación económica del país emisor de las remesas, estas han mostrado trayectorias crecientes. Pero, “considerando, que las remesas familiares reportadas por el BCB se encuentran expresadas en dólares, existen otros factores como los cambiarios”, reportó la entidad económica en respuesta a nuestro cuestionario sobre el tema. 

Para el BCB el comportamiento reciente se debe principalmente a la depreciación del dólar en el primer trimestre de este año, “lo que fortaleció la moneda local de países con mayor cantidad de inmigrantes bolivianos, tales como España, Chile y Brasil”. También reconoce que “Adicionalmente, EEUU ha presentado datos positivos de crecimiento y empleo durante varios trimestres consecutivos.

De acuerdo a los datos observados, España, Estados Unidos y Argentina se mantienen a la cabeza de los influjos por remesas. La actual crisis argentina podría parecer un factor relevante para el cambio en los patrones migratorios; sin embargo, la población inmigrante no se vio reducida significativamente durante otros episodios de crisis aún más severos.

Por último el BCB corrobora que los migrantes bolivianos en el exterior se concentran en diversos rubros económicos. “En España se concentran principalmente en servicios domésticos y gastronómicos, entre otros; en EE.UU en transporte y otros trabajos que requieren más especialización; en países de la región se dedican  a la construcción, agricultura y minería” aunque no se dispone de datos oficiales para saber si últimamente hubo una recomposición de la mano de obra boliviana.