La ingeniera cruceña pasó de la banca a uno de los centros comerciales más importantes de Santa Cruz. Habló con EL DEBER sobre su trabajo y su vida personal en 'Un desayuno con...'

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28 de octubre de 2018, 4:00 AM
28 de octubre de 2018, 4:00 AM

Nació en Santa Cruz de la Sierra hace 42 años. Es ingeniera comercial titulada en la UPSA. Su padre es el auditor Wilfredo Roca Uslar, que lleva una carrera de 45 años en la banca, vinculado al área de comercio exterior. Su madre es Irma Rodríguez Flores y su única hermana es Rosa María Roca, cuatro años menor que ella y de profesión relacionista pública. Rosalina Roca Rodríguez, la gerente del Centro Comercial Las Brisas, del Grupo Mercantil Santa Cruz, conversó en un Desayuno con…EL DEBER, en el restaurante Goss que es parte del recientemente inaugurado boulevard gastronómico de esta moderna infraestructura del cuarto anillo y avenida Cristo Redentor.

Es de la promoción 1994 del colegio Uboldi. Durante sus años de escolar ya pintaba como líder, desempeñándose como presidenta de su curso. Le gustaba especialmente la lectura y las matemáticas, por lo que eligió la carrera de ingeniería comercial que terminó en cuatro años. Comenzó como ejecutiva de banca de personas en el Banco Ganadero, donde trabajó seis años también en las áreas de créditos y de atención al público.

Después fue invitada al Banco Mercantil, en un momento en el que todavía no estaba fusionado con el Santa Cruz. “Empecé en un equipo de profesionales para trabajar directamente en la búsqueda de créditos. Eramos cinco y rápidamente nos alineamos. Pronto llegó la fusión del Banco Mercantil con el de Santa Cruz. Ahí también fui seleccionada para ser la líder del equipo en la central del Banco Santa Cruz. Fueron días duros, difíciles, porque el proceso no fue tan rápido, pero se logró una excelente fusión, adaptación de los funcionarios y del mismo público. Ahí estuve un par de meses más en la parte de crédito y me invitaron a ser gerente de administración del banco para ver el oriente, o sea Cobija, Beni y Santa Cruz. Me encargué de seguir la parte de obras, de cajeros automáticos, de compras. Fue un gran reto porque era un trabajo con muchos viajes para ver las agencias del interior. Ahí estuve un par de años y luego me invitaron a la parte de operaciones de la zona del oriente, ocupándome de 32 agencias de Pando, Beni y Santa Cruz. Fue un gran reto conocer el mundo delicado de la caja y la atención al público. Separaron todo lo que es atención al cliente de la parte de créditos”.

Llevaba una década en el Banco Mercantil Santa Cruz cuando su grupo empresarial hizo una selección de funcionarios para el proyecto de Las Brisas. La invitaron a una reunión con el presidente Darko Zuazo y con asesores del emprendimiento que ya estaba en obras. Asumió entonces como gerente general del Centro Comercial, cargo en el que lleva cinco años.

“Fue algo distinto a la banca, que está bien formada y procedimentada. Es más fácil allá. Aquí vine a armar todo, a lidiar con el personal, el reclutamiento. Como fui la primera funcionaria de Las Brisas fue un gran reto estructurar el equipo. Lidiar con el visitante y con problemas ajenos que generan la afluencia de público es complicado. Además hay que motivar al personal porque no paramos 24 horas y los siete días de la semana. Hasta el mismo Santa Cruz no estaba preparado para estas cosas”.

El Centro Comercial cuenta con 60 funcionarios, en tanto que los independientes superan los 100. “De mí dependen las gerencias de mantenimiento, de sistemas, de seguridad, de servicios generales, de marketing y de finanzas. Estoy encima de todo, ya que sé si tengo hasta un foco quemado. Semanalmente me reúno con las gerencias para ver los avances o detalles pendientes que quedaron de las anteriores. Cada mes reportamos al directorio”.

Su marca personal es la perseverancia

Cuando le preguntan cuál es el sello de su estilo gerencial lo resume en una palabra: perseverancia. “Me gusta estar encima de todo, cumplir en plazo, en tiempo, en lo que me propongo, en lo que se me asigna. Las Brisas nació para ser un centro comercial de primera. Eso le digo a los chicos”.

De los 80 locales que tiene el centro comercial, el 90% está ocupado. Con el reciente lanzamiento del boulevard gastronómico, hay 17 propuestas de restaurantes, islas y food trucks. “Las Brisas tiene tres años de atención al público. Hemos registrado un crecimiento considerable en visitas y en ventas, a pesar que Bolivia está un poco desacelerada. El arrendatario está contento de ver que aquí no se ha sentido la disminución de ventas como en locales que tiene en otros lugares”.

Después del reciente estreno del boulevard gastronómico, el centro comercial ha previsto para mediados del próximo año el lanzamiento de la Torre Empresarial Mercantil Santa Cruz, con lo que se tendrá el primer proyecto de usos mixtos de Bolivia. “Tenemos ya arrendado un 35% de la Torre, entre las empresas del grupo, telefónicas y otras compañías. Hay muchos interesados para firmar contratos”.

Otra de las franquicias que llegará por primera vez a Bolivia para instalarse en el Centro Comercial Las Brisas es la americana Carl’s Jr, de comida rápida.

“En su momento nosotros hicimos un estudio de mercado y Santa Cruz está dispuesta a recibir tres centros comerciales o máximo cuatro. Nosotros apuntamos a un público medio o medio-alto, mientras que el otro centro comercial de actual funcionamiento apuntó a un público masivo. Con la salida del tercer centro comercial se viene a satisfacer el mismo público nuestro, pero ambos vamos a tener nuestros visitantes”.

Una rutina laboral de varias horas

Rosalina Roca empieza su jornada a las seis de la mañana para compartir el desayuno con su única hija de 15 años y con su esposo Carlos Cuéllar, un ingeniero comercial con el que lleva casada 18 años. Su rutina laboral en Las Brisas se inicia entre las 7:15 y las 7:30, ya que le gusta llegar temprano a su oficina porque está más lúcida y eso le permite tomar decisiones más rápidas. “Ahora puedo darme alguna pausa para el almuerzo y hay veces que me quedo en el centro comercial hasta pasada la medianoche para ver detalles y conversar con los clientes”.

Comenta que su hija ha pensado estudiar la carrera de medicina, pese a que algún director le ha dicho que le gustaría tenerla también integrada al grupo Mercantil Santa Cruz. “Los fines de semana amo la peluquería. No soy yo si no voy un sábado. Hay días difíciles en Las Brisas pero mi peluquera sabe que si son las 6 de la mañana me tiene que atender, pues me da vida nuevamente. Soy muy unida con mis padres. Este ritmo que llevo es duro, pero el almuerzo de domingo es sagrado. Soy muy apegada a mi papá y prácticamente hablamos todos los días. Me encanta la vida social. Mi marido y mi hija saben que los viernes, sábados y domingos tenemos que estar afuera. Tengo amigas de toda la vida y prácticamente los sábados estamos compartiendo en algún restaurante. Con el trabajo que ejecuto me gusta estar viendo lo que pasa en la ciudad”.

Dice que su mejor momento para compartir con la familia es durante los viajes. “Amo la playa. Tengo bastantes vacaciones acumuladas ahora, pero en el año siempre viajo. Recientemente nos fuimos a Cartagena, he estado en Miami y quiero ir a Río de Janeiro para fin de año. Disfruto estar tranquila en la playa, me pongo a leer un libro o a tomar algo. No hay el apuro de ir de compras. Estuvimos en Perú por el feriado del 24 de septiembre y comimos rico. Mi plato preferido es la pasta italiana”.

Sobre libros, dice que ahora está apegada a la lectura de temas empresariales y de motivación personal. Prefiere la música suave y sigue al equipo de fútbol de su marido, que es Oriente Petrolero.