El área afectada de soya abarca 150.000 hectáreas; de maíz, 14.500; y de sorgo, 4.000. La faja perdida engloba 14.000 hectáreas

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17 de febrero de 2019, 16:00 PM
17 de febrero de 2019, 16:00 PM

La soya, el grano ‘estrella’ de la producción agrícola de Santa Cruz, está herida de muerte en campos de la zona este. La sequía, hoy por hoy el peor enemigo de los agricultores, castiga y deja efectos insalvables en la producción de ese grano. El déficit hídrico también pasa factura a sembradíos de maíz y de sorgo.

“En las condiciones actuales, ausencia prolongada de lluvias en sembradíos y resistencia al uso de semillas biotecnológicas tolerante a la sequía, la agricultura en Santa Cruz es insostenible”. Así, con ese desánimo, el brasileño Jucelio Rodrigues da Silva, gerente de Agropecuaria San Carlos, contextualizó el implacable efecto de la sequía en las 1.450 hectáreas que comprende la propiedad.

Sacó del suelo una planta de soya y cuando partió una de las vainas el lamento fue mayor. “La falta de lluvia en la germinación del grano y formación de la vaina fue letal. No hay granos y si los hay el tamaño es diminuto. En esas condiciones la industria lo rechaza y pagó poco”, exclamó Da Silva, al estimar una merma en la producción de granos de 2,9 a 1,2 toneladas por hectárea.

En estas condiciones se encuentran algunos sembradíos de sorgo en los predios agrícolas en Cuatro Cañadas | Rolando Villegas

Reveló que para producir una hectárea invirtió de $us 300 a 350 y que con la baja de los rendimientos no espera utilidades, más bien cree sus deudas crecerán con las casas proveedoras de insumos. No solo su producción está comprometida, sus bienes patrimoniales también lo están.

La gravedad de déficit de agua en campos soyeros, de maíz y de sorgo trasciende a zonas agrícolas de influencia de las colonias menonitas Sinay, Cupesí, Belice, El Tinto, Manitoba, Las Piedras y Berghtal de los municipios de Pailón y Cuatro Cañadas.

En una gira por esas comarcas, en compañía del técnico de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), David Cortez, se constató que muchos campos, principalmente soyeros, en menor o mayor grado, están afectados y dañados.

El balance técnico es categórico. La siembra que corresponde a noviembre de 2018 denota mayor perjuicio y daños irremediables y la de diciembre mantiene un perfil de pronóstico reservado. Cortez cree habrá una merma productiva porque la falta de agua limitó la germinación y llenado de granos en vaina. “La mayor área cultivada afectada está en la colonia El Tinto”, puntualizó.

Manitoba. Es otra colonia menonita de la zona este castigada. Al igual que la soya, el maíz también denota afectación | Rolando Villegas

proveedor de insumos agrícolas, Isaac Froese, confirmó que los resultados obtenidos en las primeras cosechas son para ‘llorar’. Dio cuenta de que hay casos de colonos que han recogido, con suerte, 500 kilos de granos por hectárea. En condiciones normales el rendimiento promedio es de 2 toneladas por hectárea.

La mayor preocupación de Froese está relacionada con las deudas en curso adquiridas por sus compatriotas y cuyo pago está condicionado a la venta de la producción. “Me preocupa porque la cosecha ‘pele’ solo profundizará las deudas”, enfatizó.

En San Miguel de Florida, comunidad del municipio de Cuatro Cañadas, Agustín Galán, calificó de grave la sequía. “Este año, a diferencia de los dos precedentes, castigó con mayor rigor los cultivos. Sembré 200 hectáreas de soya y por lo que se advierte el grano que coseche y venda alcanzará para cubrir deudas”, aludió, al pedir una definición urgente y adopción de semillas transgénicas, resistente a la sequía, para disminuir los costos de producción y aspirar a incrementar la productividad en campo.

Efectos en la producción

Desde Anapo, su gerente general Jaime Hernández, manifestó que las zonas productivas de granos más afectadas por la sequía son Pailón, Pozo del Tigre, Tres Cruces, San José de Chiquitos, parte de Cuatro Cañadas y San Julián.

Detalló que en la siembra del ciclo de verano 2018-2019 se logró abarcar 1.028.000 hectáreas de soya, de las cuales 717.500 están en la zona este y 310.500 en el área integrada. Del área afectada por déficit hídrico al este (717.500 hectáreas) 150.000 están afectadas y 9.500 se reportan perdidas.

De 54.000 hectáreas sembradas de maíz, 14.500 están comprometidas y 2.200 perdidas. En sorgo, de 14.000 hectáreas cultivadas, hay 400 afectadas y 500 dañadas.

A decir de Hernández, el mayor impacto de la sequía trascenderá en la disminución considerable del potencial de rendimiento. Estima una merma de 500.000 toneladas de soya, que representan una pérdida aproximada de $us 125 millones en el sector.

En la Agropecuaria San Carlos estiman que la sequía reducirá los rendimientos del ‘grano de oro’ hasta un 60% | Rolando Villegas

Frente a la problemática, asociada a la sequía, el ejecutivo de Anapo cree que debe permitirse el uso de tecnologías, como la semilla genéticamente mejorada con tolerancia a sequía en soya denominada HB4, para mitigar los efectos climáticos adversos.

En la presente semana, el sector oleaginoso planteó al vicepresidente Álvaro García Linera y a los ministros del área económica y productiva tres condiciones -acceso al uso de semilla genéticamente mejorada en soya, maíz y algodón, liberación plena de las exportaciones y eliminación de bandas de precios y cupos de abastecimiento interno y masificación del uso de urea a ‘precio justo’ para triplicar la producción y exportación de granos.

Los productores del Norte Integrado también demandan el uso del evento HB4 en soya para mitigar los efectos asociados a sequía.

Desde Desarrollo Productivo de la Gobernación de Santa Cruz, el secretario Luis Alberto Alpire se suma al pedido e insta al Comité de Bioseguridad apresurar la evaluación y la aprobación de la semilla HB4. Cree que sin biotecnología el país pierde competitividad productiva porque mientras Bolivia cosecha, en promedio, 2,2 toneladas de soya por hectárea, Paraguay y Argentina alcanzan 3,15 y Brasil, 3,37.

Sequía pone en riesgo la producción de 168.500 hectáreas de granos en el este de Santa Cruz | Rolando Villegas

El viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Pedro Damián Dorado, refirió que la Unidad de Contingencia Rural está realizando evaluaciones, in situ, en todas las zonas productivas del país para medir el impacto del cambio climático -sequía e inundaciones- para activar los mecanismos que corresponden para mitigar los efectos.

El monitoreo meteorológico realizado en zonas productoras de soya en la Chiquitania y parte de la provincia Cordillera establece que el déficit de lluvia en diciembre de 2018 y enero de 2019, afectó la fase de inicio de floración del cultivo de soya, etapa crítica que determina las condiciones para un rendimiento óptimo del grano.

“Bajo estas condiciones podría existir una afectación relativa al cultivo de soya, particularmente en su rendimiento. Sin embargo se prevé que los próximos días y en marzo se registren precipitaciones que podrían recuperar los rendimientos en siembras tardías”, dice el dato de monitoreo.

Transporte en alerta

La baja expectativa de producción soyera deja en suspenso las proyecciones de movimiento de carga del transporte pesado internacional. El dirigente Marcelo Cruz dijo que una mala cosecha asfixiará aún más a este sector.

PUNTO DE VISTA | El evento HB4 en soya es una alternativa

Marín Condori, experto en suelo

La sequía es un efecto que estamos cosechando del calentamiento global que a medida que se va acentuando el fenómeno hace que las sequias sean más extremas. Frente a esta problemática y para sortear este tipo de eventos naturales hay herramientas, como la semilla HB4 de soya que posee un fenotipo con tolerancia a la sequía.

Está faltando celeridad en la normativa y que el Comité de Bioseguridad evalúe y atienda los pedidos de los agricultores, sobre todo de Santa Cruz, respecto al uso de este evento tecnológico. Hay que también emprender otros mecanismos para hacer frente a los efectos de la sequía.

El agricultor debe generar conciencia en el manejo del cultivo y tratar que haya rotación, cobertura y rastrojos que son importantes para tener un perfil de suelo con agua, para que cuando el sembradío necesite ese líquido pueda suplirse a través de ese reservorio.

Los pequeños y medianos productores de Cuatro Cañadas, Pailón y San Julián no están practicando el sistema de siembra directa. Una porque tienen pocas alternativas durante el invierno, por tanto, siempre se reducirá el tema del rastrojo que es clave por el aporte de materia seca para reciclar el suelo y ofrecer sombra. Al estar un suelo al descubierto o desnudo, sin rastrojo, es mayor la evotranspiración en el ambiente.

La siembra convencional es contraproducente porque genera déficit de agua en los cultivos.