La máxima fiesta del fútbol expuso a los relatores de Red Uno y de Unitel a comparaciones y críticas de los cibernautas. Tres expertos en temas deportivos dan sus miradas

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24 de junio de 2018, 12:00 PM
24 de junio de 2018, 12:00 PM

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero los internautas se dieron el trabajo de poner en la balanza a Asbel Valenzuela, de Red Uno, al cuestionar su trabajo como relator de los partidos de fútbol del Mundial 2018.

Lo que empezó en tono suave con críticas a su estilo para narrar los partidos, terminó con amenazas y bullying cibernético. Se armó la polémica, y saltó el nombre de Fermín Zabala, de Unitel, a modo de propuesta del público de las redes sociales como posible reemplazo de Asbel. Sin embargo, lo que parecía empezar como un versus no prosperó. Entre ambos conductores deportivos de redes televisivas distintas, lo que vino después fue solidaridad.

Atenuadas las opiniones de quienes están detrás de la computadora, llega el turno a los expertos en la temática comunicacional y deportiva. Tras el incendio viral y con la lucidez de la experiencia, dan una mirada al rol de los relatores y comentaristas.  
A diferencia de lo que circuló en las redes sociales, los tres consultados fueron mucho más benevolentes con Asbel.

Nada grave

Para José Gary Áñez, relator deportivo en Radio Uno, es necesario diferenciar entre el informativista de deportes y el relator o analista de fútbol. “Asbel tiene un relato con un estilo muy particular, muy de él, que aparentemente a la gente no le gusta; no veo un mal relator, sino un estilo innovador, con tonos de voz que pueden generar escozor. En el caso de Fermín Zabala, es informativista, no analista. El primero tiene que ver la jugada y descifrar en un lapso muy corto de tiempo cuál fue la intencionalidad, hace una lectura del partido, mientras que el segundo habla de lo que sucede en la previa a la cancha”, explica.

Bernardo Silva Serrano, con 54 años de experiencia radial y televisiva, dice que ha visto el trabajo de Asbel y que no le parece que lo haga mal.
“No podemos comparar a Fermín con Asbel, si lo han contratado para transmitir un campeonato mundial es por algo, me parece que así como lo he escuchado, se desempeña dentro del marco actual que tenemos; relatar en radio y en TV es distinto, es cuestión de ejercicio y están saliendo buenos relatores en el país. No es correcto decir que son malos los de acá”, opina.

Xabier Azkargorta coincide, para él, cada uno tiene sus propias características personales. “A Fermín se le considera con más sentido del humor y a Asbel más serio, pero este debate que se ha formado lo veo absurdo y creo que totalmente dirigido por alguien o algo que tiene algunos intereses, porque si no, no lo entiendo. Los dos, a su estilo, lo están haciendo muy bien, ambos son grandes profesionales”, sustenta.

Mala memoria

Entre las críticas a Asbel figuraba la confusión con los nombres de jugadores, lo que para los expertos no es cosa del otro mundo. “Todos los relatores del mundo olvidamos los nombres de los jugadores, no es una particularidad de Asbel, lo que pasa es que la escena del Mundial genera una gran audiencia y ahí fallan las producciones de los canales, que deben entregar mayor cantidad de recursos, a través del sono y demás cosas, en caso de que haya olvido”, dice José Gary. Mientras que para Bernardo Silva hay apellidos difíciles como los alemanes y árabes, que multiplican las posibilidades de error.

Y sobre otro de los comentarios difundidos en las redes, de que los extranjeros son mejores relatores que los nacionales, con énfasis en los argentinos, Áñez también tiene una postura: “El problema que tenemos los bolivianos es que creemos que lo de afuera siempre es mejor que lo nuestro. Hay buenos y malos aquí y en la China, lo que pasa con los argentinos es que tienen la ventaja de que las cadenas de deportes se establecieron en Buenos Aires”.

Más allá de los cuestionamientos de la coyuntura mundialista, Asbel se autoevalúa. “Soy muy autocrítico y entiendo que hay que mejorar siempre algunos detalles, por ejemplo el ritmo, pero también creo que en Bolivia nos acostumbramos a relatos muy lineales, y muchas veces la osadía pasa una factura muy alta a la hora de cambiar lo que habitualmente se hace, pero hay que hacerlo. Es normal que a algunos no les guste, es parte de este rico mundo comunicacional, pero hay gente que me evaluó con un solo partido y no le importó seguirme a lo largo del proceso”, reflexionó.

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