Parcival Módolo dirigirá a los 63 músicos del Coro y la Orquesta Arakaendar, del Coro de Niños del Colegio Alemán Schulspatzen y a varios intérpretes de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz, que se presentarán de forma gratuita

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14 de diciembre de 2018, 4:00 AM
14 de diciembre de 2018, 4:00 AM

Del hall del Aula Magna de la UPSA salen melodías casi celestiales. Se trata del ensayo para el Encuentro Musical Navideño, que desde hace 19 años organiza la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC), para calmar las aguas comerciales y encender los corazones en una fecha tan especial.

La escena se mueve bajo las directrices de Parcival Módolo, un invitado de lujo que llegó desde Brasil para lograr un acople perfecto de los talentos de grupos distintos: del Coro y de la Orquesta Arakaendar, del Coro de Niños del Colegio Alemán Schulzpatzen y de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz (OSJ). En 19 años, el concierto navideño alcanzó los 63 músicos, con el objetivo de ejecutar piezas magistrales en todo su esplendor, como el Hallelujah, de Haendel. Junto a ella, el público tendrá la oportunidad de disfrutar también Volate Angeli, del repertorio barroco chiquitano; Gloria, de Vivaldi; y un popurrí de Navidad.

El concierto se realizará en la iglesia San Roque el domingo 16 de diciembre, a las 20:30, y el ingreso será gratuito, gracias al apoyo de instancias públicas como la Alcaldía y la Gobernación, y de una lista de empresas y personas amigas.

“El encuentro navideño siempre se lo ha organizado con la idea de darle un toque más espiritual a la fecha, cuando todo mundo está corriendo ocupado con los compromisos y las compras. Es algo que nos alimenta el alma, que acrecienta el espíritu de confraternización, que es lo que la Navidad nos quiere decir”, explicó Ana Luisa Arce, presidenta de APAC.

Arce también explicó que un músico de la talla de Módolo vino a acompañar la cita con un pago simbólico, con total desprendimiento y generosidad.

El invitado de honor

Parcival Módolo nació en Brasil, empezó en el mundo musical con el piano a los cuatro años, herencia de una familia de intérpretes; a los 13 años dirigió por primera vez (casualmente dice él). Mientras estuvo en Alemania, ya adulto, aprendió otros instrumentos, como el corno y la viola. Es coordinador de arte y cultura de la Universidad Mackenzie en Brasil desde hace dos décadas, pero tiene contratos con otros países, con los que trabaja regularmente, como México, Estados Unidos, Cuba y Perú, además de Alemania.

Desde la primera vez que pisó Bolivia, invitado al Festival de Música Barroca hace varios años, siguió frecuentando este país por distintas razones, y está encantado con el repertorio heredado de los jesuitas, “es un lujo, la herencia de los jesuitas es un capítulo importante, todo lo que está pasando acá ahora es por causa de ellos, en Brasil no tenemos eso”, opina. Para Módolo, compartir con los músicos bolivianos le deja buena impresión, valora el nivel existente en el país, pero cree que falta exportarlo más, “no creo que conozcan este potencial tanto como deberían, excepto los que están más involucrados con cierto tipo de música, con excepción del Festival de Música Barroca, que está en los catálogos más importantes del mundo. Es una pena que no todos sepan de lo que hay aquí, y creo que el próximo paso debe ser salir”, sugiere.

Sobre las razones para venir por un pago simbólico, Módolo reconoce que le pagan bien en Europa y trata de retribuir con lo que sabe en Latinoamérica.

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