Su nuevo proyecto es la película Blood Red Ox (Buey color sangre), que cuenta con la participación de un reducido elenco, la mayoría bolivianos y tres extranjeros. Dice que es su apuesta más lúdica hasta hoy

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9 de noviembre de 2018, 4:00 AM
9 de noviembre de 2018, 4:00 AM

No termina de cerrar los preparativos para el estreno de Tú me manques, que marcó su retorno al rol de director después de diez años, y ya está con la cabeza metida en una nueva apuesta cinematográfica.

Rodrigo Bellott, el cineasta boliviano que radica en Nueva York, estuvo tres semanas en Bolivia, específicamente en Tarija, rodando una parte de su primera película de terror en el rol de director.

Blood Red Ox (Buey color sangre) es el nombre de una aventura a la que llama lúdica, porque le permite desconectarse un poco de su línea social, biográfica y realista. “Tú me manques para mí fue muy difícil por tratarse de una historia muy íntima y dolorosa. Trabajar cinco años en la obra, en la película, me agotó emocionalmente; la nueva apuesta me queda como ejercicio para desintoxicarme y ha sido la cosa más linda que hice y más importante para salvarme como autor, para volver a enamorarme del proceso de hacer cine y para volver a jugar, me encontré con mi niño. A veces nos tomamos las cosas muy en serio, sobre todo cuando tocamos temas tan sensibles. Es importante para mi carrera reinventarme como director”, explica.

Historia boliviana

Bellott vuelve a revalorizar lo boliviano desde una historia tarijeña, de la que no da tantos detalles para no ‘espoilearla’, sin embargo, reconoce que no abandona por completo sus inquietudes sociales. “Esta película toca la conservación del agua y de los bosques en Bolivia por un lado, del suicidio, y por otro abordo un tema que no puedo anunciar ahorita porque es el gran secreto que revela de qué se trata. Hay cosas que se repiten de mi trabajo social, estoy haciendo el mismo cine social y de compromiso, pero de una manera más juguetona y lúdica, por eso me gusta este género, me permite jugar siendo igualmente político y comprometido, sin tanta presión”, dice.

Buey color sangre fue grabada en Tarija, con un elenco pequeño, con los ‘chapacos’ Andrea Camponovo y Vitorio Lema como protagonistas, y hablada en inglés en su mayor parte. También actúan Mazin Akar, Kaolin Bass, Idalmis García, Julián Mercado, Miguel Michel, Toto Vega y Ana Domínguez. En edición está Juan Pablo Richter y en dirección de fotografía, Sergio Bastani.

Desde la semana que viene, Bellott trabajará la otra parte del rodaje en Nueva York, que asegura le tomará unos 15 días. Prevé que el filme esté presentándose el siguiente año, posiblemente en septiembre u octubre.

Idealismo equilibrado

Rodrigo reconoce que Buey color sangre es una película de bajo presupuesto, la más económica y veloz de su carrera. “No queríamos tener un inversionista al frente diciéndonos las cosas, sino ser más lúdicos. Hacer terror es económico, es el único cine que no se ve afectado por coyunturas ni modas, siempre vende, es estable. Después de haber invertido tanto dinero en un cine social, quiero ver cómo me va en este cine más comercial, no voy a mentir, hay un tema de libertad y estabilidad financiera”, reconoce.

No tiene claro que viene después con Buey color sangre, pero tiene la mirada puesta en nuevos festivales de cine de terror. “Hay todo un circuito que no he explorado nunca y que me interesa mucho”, adelanta. Lo que sí tiene claro es que seguirá contando historias bolivianas y empujando la exportación de talento nacional. “Es mi ventaja competitiva, uno tiene que contar las historias que mejor conoce”, argumenta.

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