El periodista Fernando Soria habla de 'La esencia de la tiranía', el texto inspirado en Palmasola con el que ganó el VI Premio Nacional de Crónica Periodística Pedro Rivero Mercado

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24 de mayo de 2019, 13:00 PM
24 de mayo de 2019, 13:00 PM

Luis Fernando Soria termina de escribir su crónica y piensa en un título. Ha sido testigo de las miserias de un sistema, no puede pensar más que en una frase que oyó en la película Frost vs Nixon, acerca de uno de los casos de corrupción más grandes de la historia. En el filme, un parlamentario dice acerca del Watergate: “El abuso de poder es la esencia de la tiranía”. Eso es todo. En eso se resume la realidad, interior y exterior, de una de las cárceles más extrañas que se pueda conocer. La esencia de la tiranía es la ganadora del VI Premio Nacional de Crónica Periodística Pedro Rivero Mercado, así lo decidieron Roberto Navia, Fadrique Iglesias y Jhonnatan Tórrez, el jurado calificador, que ha valorado “la destreza narrativa y evidente investigación que revela una realidad, la de la cárcel de Palmasola, tremendamente dura y cruel, muy de actualidad en un contexto particularmente delicado en torno al tema de la degradación de la justicia boliviana y latinoamericana”. El periodista, que forma parte del área de Seguridad de EL DEBER, habla de esta experiencia.

¿Qué te motivó a escribir sobre Palmasola?

“Viví bien de cerca la intervención a la cárcel (que ocurrió en marzo de 2018), porque me tocó la cobertura de este hecho, asimismo, el constante destape de informaciones que eran vox populi. Luego se fueron sabiendo varias cosas por medio del testimonio de la gente. Me pareció algo realmente terrorífico, pavoroso, todo lo que se vivía ahí.

El hecho de que, en nuestra sociedad, entre otras cosas, asumimos que es normal que asalten, planifiquen robos, atracos y violaciones en la cárcel.

Por ahí nos sorprendemos un tiempo, pero, luego todo vuelve a esa normalidad asumida. Tuvo que ocurrir una intervención para que se destapen muchas cosas, que suceden en otras instancias, como el Palacio de Justicia, donde también es vox populi que hay corrupción, compras de testigos, gente que es recluida por delitos que ni siquiera ameritaban cárcel. Todo ese terror de Palmasola se dirige al palacio, por eso en la crónica misma incluyo el relato de ese traslado del terror.

¿Cómo definiste el protagonismo de los personajes?

Hay algunos como el Oti, por ejemplo, que tienen mayor fuerza… Oti es, quizás, el personaje más fuerte de la crónica, por lo que era y por lo que se decía que era. Cuando se da la intervención, le echan la culpa de casi todo lo que ocurría dentro. Y no era así, porque el problema de Palmasola no empezó con Oti, no empezó con este Gobierno, viene de mucho tiempo, con mucha complicidad de autoridades. Oti fue un personaje que llamó mucho la atención por el poder que logró alcanzar.

Su historia es como el hilo conductor de la crónica, pero hay otros secundarios, que tuvieron protagonismo importante. Palmasola pasa a ser un personaje en sí de la historia, porque era un monstruo que tenía vida propia. El trasfondo del relato es el abuso de poder, la esencia de la tiranía en distintos niveles, desde el poder que tenía Oti y de las personas encargadas de resguardar el penal hasta los responsables de manejar la justicia en el país.

¿Qué salida ves al problema de Palmasola?
La solución tendría que ser estructural, porque lo que no se haresuelto es el problema del sistema penitenciario, entre muchos otros, que debieron ser prioridad cuando había los recursos. Ahora se habla de construir una nueva cárcel y que no se la hace porque no hay los recursos. Entonces, claramente, se ve que este problema no ha sido prioridad de las autoridades. Yo creo que el cambio tiene que partir por la administración de las cárceles, que ya no debe estar a cargo de la misma gente.

¿Eso quiere decir que ya no siga a cargo de la Policía?
Sí, porque solo debería encargarse de resguardar la seguridad. En todo este tiempo se ha desvelado que los policías eran los que permitían el ingreso de toda clase de productos, armas y droga a la cárcel. Entonces, tiene que cambiarse el modelo de administración de los recintos penitenciarios, más allá de la infraestructura. Sobre todo, la separación de los presos según los delitos que han cometido, porque dentro de Palmasola están juntos un asesino de policías, como era Oti, y una persona que robó una garrafa o que debía pensiones. Deben convertirse de verdad en centros de rehabilitación de reclusos. Porque si existe formación en las cárceles se debe solo a iniciativas privadas.

¿Qué valor le das a la crónica cómo género periodístico?
Uno de sus principales valores es esa simbiosis entre el periodismo y la literatura. A mí me gusta mucho la literatura, especialmente el cuento. La crónica te da la oportunidad de juntar esos dos mundos, de hacer distinto el manejo del lenguaje periodístico, además de darte la libertad de profundizar en muchas cosas que en una nota periodística se dejan de lado.

¿Qué autores son tus referentes?
Julio Cortázar es al que recurro con mayor frecuencia, porque es un placer leer sus obras, especialmente sus cuentos. Es un maestro. Acá también quisiera hacer hincapié para agradecer al cuentista y poeta Gustavo Cárdenas, que me educó en la lectura y me hizo ver de otra forma la literatura. Asimismo, ha sido importante el taller de crónica de la UEB, que tomé en 2016. Ha sido una gran apuesta para formar los cronistas que buscamos aprender y profundizar en el género