Fundadores, actores y académicos piden más apoyo económico y atención de las autoridades para la única escuela de teatro que existe en el país. Ayer realizaron una sencilla pero significativa ceremonia y una misa de acción de gracias

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6 de abril de 2019, 5:00 AM
6 de abril de 2019, 5:00 AM

La Escuela Nacional de Teatro (ENT) está de fiesta. Cumple 15 años y ayer lo celebraron con una sencilla ceremonia y una misa de acción de gracias. En el acto rememoraron sus inicios y recordaron a los grandes actores que han pasado por sus aulas.

Sus fundadores, actores y académicos no quisieron dejar pasar el momento de celebrar, a pesar de pasar por una difícil situación, ya que no cuentan con el apoyo de las autoridades ni el presupuesto necesario, tomando en cuenta que es una obra social, según afirmó su director, Marcos Malavia.

Agregó que el apoyo económico de la Alcaldía apenas cubre el 40% del presupuesto anual de la escuela, que es de más de $us 100.000 por año, razón por la que se han prestado dinero y las deudas ahora los ahogan porque deben hacer malabares para cubrir los gastos a la espera de que el gobierno municipal haga el desembolso de los recursos correspondientes a la gestión 2018 y de esa forma pagar las deudas.

La directora municipal de Culturas, María René Canelas, manifestó que hace pocas semanas la Escuela de Teatro recibió el desembolso de Bs 350.000 y que ahora están en proceso de elaborar el descargo correspondiente del mismo. Una vez terminado este proceso, acota, podrán solicitar los nuevos fondos.

Monseñor Nicolás Castellanos destacó el nacimiento de la escuela hace 15 años, cuando había un vacío cultural tremendo e inconcebible. Era un proyecto muy necesario, un sueño que parecía lejano y que ya lleva formando a cientos de verdaderos actores y directores para el teatro, a pesar de la falta de apoyo de las instituciones y autoridades.

“Hace 15 años Marcos Malavia llega con su iniciativa en busca de apoyo al Departamento de Valencia, que fue el que financió la obra con 500.000 euros. Ellos le dijeron que podía hacerlo con la Fundación Hombres Nuevos. Fue así como nació esta obra social, que es un referente en el país y que apenas cobra Bs 500 por mes y muchos tienen becas. Necesita el apoyo de las instituciones”, resaltó.

La directora académica, Selma Baldivieso, rememoró estos 15 años que dan como resultado nueve generaciones que pasaron por el escenario y aulas de la escuela y que visiblemente dieron un vuelco a todo el movimiento cultural y teatral desde Santa Cruz.

“Es un esfuerzo enorme sostener un proyecto tan grande, lo triste es que a pesar del paso de los años y de la importancia de contar con una institución reconocida a nivel internacional no tenga el apoyo constante de las autoridades locales, ojalá los siguientes años se consolide el apoyo para dar la oportunidad a nuevos artistas comprometidos con su sociedad”.

Un proyecto consolidado

“Es un logro llegar a 15 años con poca atención de las autoridades. En realidad, es milagroso que la única escuela de teatro de Bolivia siga abierta, en pie y con tanta demanda y giras internacionales a Europa y Chile. Tenemos una generación de jóvenes que está dando una dinámica al teatro y a Santa Cruz”, remarcó Malavia.

Hugo Francisquini, docente de la escuela, enfatizó que es un proyecto consolidado, no por el tiempo simplemente, sino por lo que ha logrado posicionándose como referente en lo artístico, por la actividad teatral que se genera en Santa Cruz y el país y, fundamentalmente, porque ha cambiado la visión del artista que no lo ve como un pasatiempo, sino como una profesión.

Para el actor Ariel Muñoz, en este tiempo la escuela ha formado a muchos artistas, que son los hacedores del movimiento teatral actual. “El teatro cruceño está en uno de sus mejores momentos, se están abriendo más salas, la calidad artística y de producción de las obras se hace notar y, sobre todo en el interior, se reconoce la calidad del teatro cruceño. Lo que le faltan son otros 15 años, pues necesita el apoyo para evitar correr el peligro de no existir”, expresó.

Carlos Ureña, que hizo parte de su formación en la escuela, expresó su felicitación a quienes la dirigen, ya que considera una proeza que, a pesar de tantas limitaciones y falta de recursos, siga en pie.