Alexander Markov, es un virtuoso. Se hizo famoso cuando tocó impecablemente los 24 Caprichos de Paganini. Su violín de seis cuerdas bañado en oro transmite el poder de sus composiciones en rock. Viene a Santa Cruz

El Deber logo
7 de abril de 2019, 3:49 AM
7 de abril de 2019, 3:49 AM

Nació en Rusia. Su padre, otro virtuoso, fue su principal maestro. Ganó el concurso internacional de violín Paganini y pudo tocar el famoso instrumento del músico que atraía a las multitudes en el siglo XIX. Admira a Pink Floyd y a Led Zeppelin. Siempre menciona a Hendrix. Su violín de oro con seis cuerdas ha sido diseñado especialmente para él. Jiri Sommer, violinista de la Sinfónica Juvenil, se contactó con él y aceptó venir inmediatamente. Dará clases magistrales y tocará con la Sinfónica Juvenil. Atendió a EL DEBER desde Nueva York, donde reside.

¿Está listo tu violín de oro en el equipaje?
Es la parte principal de nuestro concierto. Viajo con muchísimo equipaje, como un cantante de la gran ópera (risas).

¿Tomás medidas especiales de seguridad cuando viajás con el violín?
No especialmente. Viajo mucho a diferentes partes del mundo y hay que ser siempre cuidadoso con lo que te rodea. Afortunadamente, siempre hay compañeros de viaje cerca y gente que me ayuda con mis cosas. Gracias a Dios, es conveniente. Aún así tengo que ser muy cuidadoso porque es un instrumento muy precioso.

¿Hay otros violinistas interesados en tocar uno similar?
Otros colegas usan violines eléctricos estándar que se encuentran en Amazon. El sonido de los violines eléctricos es muy diferente. El violín eléctrico estándar utiliza pickups o pastillas que amplifican el sonido. Las he usado cuando empezaba mi proyecto (de rock y música clásica). El problema es que cuando las usaba en el violín, el sonido era muy delgado, porque las pastillas no fueron hechas para violín. Lo que hago es usar un sistema similar, para emular el sonido grueso, rico y poderoso de la guitarra eléctrica: todos hemos escuchado a Hendrix. Para hacer esos sonidos, hay pastillas especiales. Mi violín usa una electrónica sofisticada para tener un sonido más rico y completo. Es más avanzado. Fue especialmente diseñado para mí.

No es de un diseño peculiar, sino un instrumento con una electrónica diferente.

Sí, su electrónica fue diseñada especialmente. No quería tener una línea que luciera clásica para el rock and roll. Francamente, luciría aburrido. Quería algo más real, que pareciera una guitarra. Lo hizo el famoso diseñador James Remington.

¿Qué dijeron tus padres cuando te ibas a dedicar también al rock?

Mi padre, que fue mi principal profesor de violín, cuando crecía y empezaba a experimentar con los violines eléctricos, no se hizo problema, mientras no entrara en conflicto con mi mundo clásico. No es fanático del rock pero le gusta la idea de experimentar con diferentes tipos de música. Mi madre y él son músicos de mente muy abierta. Ellos vivían en un mundo diferente. En música es importante hacer algo cuando eres joven y apreciarlo cuando creces. La gente que no escucha a su música materna cuando es joven, difícilmente la apreciará al envejecer. Me gusta el rock porque empecé a escucharlo cuando era adolescente, en Estados Unidos. Si hubiera empezado ahora, no sé.

¿Qué pensás de la posibilidad de incorporar estilos como el rap a la música clásica?

Cada estilo musical tiene derecho a existir; solo importa qué tan bueno eres. Algunos tocan clásica y otros componen; algunos son genios y otros son duros. No puedo escuchar a los duros. Ya sea en el rap o en el hip hop, aunque no los escucho frecuentemente, veo que hay talentosos como Eminem. Escucho a Los Beatles, si es que pueden clasificar como pop.

¿Qué fue lo mejor que dijeron acerca de tu propuesta de fusión?

Después de un concierto de mi proyecto de rock, una mujer ya mayor vino al camerino y me dijo “Esta música me hizo sentir joven otra vez”. Fue muy dulce. Por primera vez se dio cuenta que el rock no es aburrido. En su mente tenía la idea de que era repetitivo.

El público de la música clásica estaba envejeciendo, dijiste.

Fui malinterpretado. No es que esté envejeciendo. Pienso que tenemos tanta música en el mundo, tantas maneras de escuchar (YouTube, Spotify), que la música clásica debe brindar algo para atraer a las nuevas generaciones. Este proyecto busca atraer a los jóvenes a las sinfonías clásicas. Van a experimentar música de hace 250 años hasta la de hoy. Mi visión consiste en entusiasmar a los jóvenes con la música clásica mostrándola desde un ángulo diferente. Ojalá se inspiren y luego continúen la tradición.

 

Tags