Con la proyección del filme restaurado y un conversatorio de los detalles de la producción, el director y el productor recordarán anécdotas de la película

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19 de octubre de 2018, 4:00 AM
19 de octubre de 2018, 4:00 AM

La temática sobre la vida de Andrés Ibáñez, que fue puesta de manifiesto en la película Los Igualitarios, volverá a ser el tema de un coloquio hoy en Diakonía. El conversatorio se desarrollará en el marco del Festival Internacional de Cine de Santa Cruz (Fenavid) y se realizará luego de la proyección del filme, en su versión restaurada, a las 10:00.

Para esa actividad, los organizadores tendrán como invitados especiales al productor ejecutivo de la película, gestor del proyecto y actor, Elías Serrano Pantoja, y a Juan Miranda, director general y de fotografía y encargado del montaje y la edición del proyecto que salió a la luz por primera vez en abril de 1990.

La producción y la realización de Los Igualitarios fue la congruencia de muchos esfuerzos, realizados por gestores culturales y amantes de la actuación, recuerda Juan Miranda.

Añade que, en esa época, muy pocas personas estaban dedicadas a la producción cinematográfica en Bolivia. Ese fue el segundo largometraje que él encaró y estuvo presente en casi todas las facetas de producción y posproducción.

Para Elías Serrano, la proyección del filme le trae a la memoria con nostalgia las horas compartidas junto a sus compañeros de reparto. A su vez, como actor le tocó encarnar a Manuel María Fabio, médico paraguayo que luchó en la Guerra de la Triple Alianza y luego junto a Andrés Ibáñez (Juan Carlos Zambrana) en la guerra federalista.

Ambos recordaron a quienes estuvieron delante y detrás de cámaras, como el guionista Óscar Barbery Suárez, que tuvo la capacidad de crear toda una historia en torno a un personaje real, haciéndolo alternar con personajes ficticios que se entrelazan perfectamente en el desarrollo de la trama, elogió Miranda.

Los aspectos técnicos

El director del filme hace notar que además de una deficiente capacidad para producir en Bolivia, tampoco se contaba con recursos técnicos ni económicos.

“Esa película la filmé con una camarita de 16 milímetros. Ahora que la he visto, después de mucho tiempo, pude observar que existió un esfuerzo para lograr una sintaxis cinematográfica. Es increíble como emprendimos y lo logramos”, graficó Miranda.

Serrano agregó que hacer una película es mucho más que una cuestión de poner plata. “Muchas veces una película es una joya que no se sabe si se va a poder vender, pero el trabajo siempre vale la pena”, aseguró.

Serrano y Miranda invitaron a seguir las otras actividades que tendrán lugar hoy.

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