Investigadores. Un tiburón que vivió hace millones de años en el altiplano, maní silvestre que vemos todos los días en las rotondas, insectos, yucas silvestres y orquídeas son algunas de las especies que llevan nombre de científicos bolivianos. Su esfuerzo se premió con especies nuevas para la ciencia

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16 de septiembre de 2018, 4:00 AM
16 de septiembre de 2018, 4:00 AM

En muchas rotondas de la ciudad vemos unas flores amarillas, hermosas pero discretas. Se llama Arachis kempff-mercadoi. Es un maní silvestre que lleva el nombre de uno de los investigadores y naturalistas más queridos en Bolivia. Noel Kempff Mercado tomó nota de las características de este manicillo: “Se trata de un maní primitivo que florece durante todo el año, cubriendo prácticamente el suelo con un manto de pequeñas flores amarillas notoriamente más visibles durante la mañana; como se trata de una leguminosa, esta especie fija el nitrógeno en los suelos fertilizándolos en vez de empobrecerlos como las demás gramíneas”, escribió.

Por estos días secos, incluso al botánico Alejandro Angulo le costó encontrarlo, pero envió una hermosa fotografía.

Phrynophus kempffi es el nombre de una ranita que, como relata el biólogo Huáscar Bustillos, es endémica de Santa Cruz, lo que la convierte en un pequeño tesoro, que vive en La Siberia, entre la provincia Carrasco de Cochabamba y la provincia Caballero se Santa Cruz. Solo crece entre los 2.500 y los 2.900 metros de altitud. “Que sea endémica de Santa Cruz la hace muy especial”, dice Bustillos.

El biólogo Huáscar Azurduy también señala otras dos ranas que viven en La Siberia: Microkayla kempffi y Psychrophrynella kempffi. Ambas están amenazadas de extinción.

El destacado trabajo de Kempff ha dejado huellas por todas partes. En su honor, desde el año pasado se celebra el Día del Científico Boliviano. “Se declara el 5 de septiembre de cada año, como el Día del Científico Boliviano, en honor al investigador cruceño Noel Kempff Mercado, que fue asesinado en la Serranía de Caparuch, en el Departamento de Santa Cruz, el año 1986”, dice la ley de la Asamblea Plurinacional.

Vásquez. Investigador botánico y di - bujante. Ayudó a clasificar especies con expertos.

Herederos de Linneo

“Los científicos dedicados a las ciencias naturales, principalmente taxónomos o biólogos, son los que nombran a una nueva especie de animal o planta y deben publicar este nombre para que los otros científicos tengan conocimiento de este descubrimiento”, escriben la entomóloga Julieta Ledezma y Marisol Toledo, directora del Museo Natural Noel Kempff Mercado. Huáscar Azurduy declara su admiración por los taxónomos, que se encargan de describir estas nuevas especies. “Ellos se encierran, comparan ejemplares, revisan artículos y concluyen si es nuevo para la ciencia para luego publicar y dar a conocer. No es un trabajo fácil realizar estudios genéticos y anatómicos. Es todo un proceso”, dice. Son herederos de Carl Linneo, que creó la clasificación binomial (con dos nombres) para las especies.

Explican Ledezma y Toledo que los nombres de las especies tienen origen diverso. “Se puede hacer referencia al lugar o hábitat que se colectó la muestra, dedicar a una persona, por una característica peculiar del organismo, etc. Es frecuente que los nombres de las nuevas especies hagan referencia al lugar de colecta como Megacephala chacoensis, un escarabajo tigre que vive en el Chaco; o que el nombre haga referencia al país de origen como Erythropterus boliviensis por encontrarse en Bolivia, o quizás a un amigo como Neoregostoma bettelai, nombre de escarabajo dedicado a Paolo Betella, un entomólogo italiano que trabajó en Bolivia”.

Es el caso del muy recordado párroco de Pampagrande, Fray Andrés Langer, que tenía una pasión contagiosa por el naturalismo, al punto que sus feligreses le llevaban especies que luego él estudiaba. Clelia langeri es una serpiente que fue bautizada con su nombre.

Los hermanos Moreno

Luis René Moreno y Oscar Moreno son dos botánicos conocidos como Tata y Papi. Juntos recorrieron los bosques de todo Bolivia registrando palmeras y orquídeas. Han publicado el libro Palmeras de Bolivia, que dentro de un par de meses tendrá una tercera edición, con 723 páginas y 500 fotos.

Tata Moreno, que ahora pasa de los ochenta años, descubrió una orquídea cuando empezaba la década de los años 40. La bautizaron como La bailarina, y debía llevar su nombre, pero un científico estadounidense influyó para que le pusieran el suyo. Tata descubrió la Oncydium stacyi, declarada flor símbolo del bicentenario de la gesta libertaria de Santa Cruz.

También descubrió unas 250 de las 500 especies de orquídeas que hay en Santa Cruz. Se agacha sobre el teclado y escribe de memoria una lista: Mormodes morenoi, Notylia morenoi, Pleurothallis morenoi, Trichocentrum morenoi y Cohniella stacyi. Control+print: en la hoja quedan impresas las que Tata considera sus orquídeas.

Roberto Vásquez

Este botánico, gran conocedor de las orquídeas y considerado por Tata Moreno como uno de los más serios y estudiosos, era también un excelente dibujante. Sus dibujos ayudaban a científicos del extranjero a catalogar las especies que recolectaba.

Un cactus llamado Sulcorebutia roberto-vasquezii, cuya flor tiene una belleza sobrecogedora, lleva su nombre, recuerda Huáscar Azurduy. Julieta Ledezma y Marisol Toledo destacan a una especie de orquídea, la Vasqueziella boliviana, cuyo valor consiste en que es un género con una única especie que se encuentra en los bosques submontanos húmedos de Cochabamba.

La Puya vasquezii (Fam. Bromeliaceae) es posiblemente la puya boliviana que vive a menor altitud sobre el nivel del mar, según los investigadores Pierre L. Ibisch y Elvira Gross, que publicaron un estudio sobre esta especie en 1998.

Museo. Es el único en Santa Cruz que estudia y documenta la diversidad de flora y fauna.

Germán Coimbra

Dramaturgo, gran rimador y botánico, Germán Coimbra dirigió el Jardín botánico y dirigió su esfuerzo a estudiar las especies silvestres. Creó la reserva Arubai. Algunas de las especies que se describieron en esa reserva llevan el nombre del lugar, como la Garcinia arubayense (un achachairú) y Bromelia arubayense.

Muchas otras, como Manihot coimbrana, llevan su apellido.

Como explica su hijo, Javier, las manihot son yucas, parientes silvestres de la que comemos regularmente, que tiene el nombre científico de Manihot esculenta.

La lista de Julieta Ledezma y Marisol Toledo registra otra especie recién descrita, llamada Macrocarpaea fuentesii en honor al botánico Alfredo Fuentes Claros, quien fuera el primer colector de la especie.

Continúan las autoras: La especie Hydrocotyle lopeziae fue dedicada a Mercy López, una destacada botánica anatomista de la Universidad Gabriel René Moreno. La nueva especie Stenandrium villarroelii fue dedicada al botánico y ecólogo Daniel Villarroel. Manihot fabianae lleva el nombre de Fabiana Mamani por haber sido la primera en recolectar los especímenes de esta especie.

Durante un estudio en el Gran Chaco boliviano se descubrió un nuevo género y especie, Izozogia nellii, dedicada a la botánica cochabambina Nelly de la Barra.

En el grupo de helechos una nueva especie, llamada Selaginella arroyoana fue dedicada a Luzmila Arroyo, actual directora de la Carrera de Biología de la UAGRM, quien coleccionó el espécimen tipo.

Insectos

Para la entomología -afirman Lezdezma y Toledo-, ciencia que estudia los insectos, se han descrito 189 especies nuevas solo de escarabajos longicornios, insectos con antenas largas, en los últimos 6 años.

“Muchas de las especies nuevas fueron descritas en honor a personas, autoridades y biólogos por la labor que desarrollan a favor de la investigación y la conservación. Así tenemos la especie Coprophanaeus caroliae, dedicado a Caroli Hamell, biológa cochabambina y colectora de las primeras muestras de esta especie; otras especies de escarabajos, como Apeba herrerae y Adetus herrerae fueron dedicadas a Patricia Herrera, que fue directora del Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado.

“En honor al guardaparque fallecido Clemente Cruz, que murió mientras perseguía a unos cazadores en el Parque Nacional Amboró nombraron a Paraeclipta clementecruzi. Italo Cabruja, que apoyó el establecimiento del Parque Nacional Amboró, tiene su nombre eternizado en Paraeclipta cabrujai.

La mariposa azul Morpho godartii titogilberti fue dedicada a dos investigadores, Tito Vidaurre, entomólogo del Museo Noel Kempff, quien colectó excelentes ejemplares de ambos sexos y a Gilbert Lachaume, un entomólogo francés colector del primer espécimen de la nueva subespecie. La bióloga Julieta Ledezma fue reconocida por su contribución al conocimiento de la entomofauna de Bolivia, especialmente de las mariposas diurnas y nocturnas, de los escarabajos longicornios y de escarabajos coprófagos.

Entre esas especies están Coleoxestia julieta, Corimbium ledezmae, Ecliptoides julietae, Neoathyreus julietae, Phanaeis kirbyi ledezmai, Eretris julieta y Assachlora julietae.

Uno de los tesoros del Museo Noel Kempff Mercado es el fósil de tiburón que fue encontrado en el altiplano. Es el Parahelicoprion mariosuarezi, que vivió hace 300 millones de años. Fue descubierto en la zona de Yaurichambi, cuando Mario Suárez Riglos y Philippe Janvier hacían exploraciones geológicas. Se guarda bajo llave, pero hay una réplica disponible para el público.

El referente de la botánica en Bolivia es Martín Cárdenas. Se lo respeta por la descripción de 180 especies de cactus y más de seis variedades de papas silvestres. Ha clasificado más de 6.000 plantas de flora de nuestro país.

El maní primitivo de Noel Kempff fija el nitrógeno al suelo en lugar de empobrecerlo

El Día del Científico Boliviano se celebra cada 5 de septiembre en honor a Noel Kempff

Hermanos. Papi y Tata Moreno, expertos en palmeras y orquídeas. Tata descubrió 250 de las 500 orquídeas de Santa Cruz.
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