Por fin King Kong llegó a los escenarios de Broadway. El musical, inspirado en la película de 1933, se estrenó en noviembre de este año; EL DEBER fue invitado a este despliegue de millones en el arte

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2 de diciembre de 2018, 3:00 AM
2 de diciembre de 2018, 3:00 AM

Dicen que Nueva York es Broadway y viceversa. En la avenida más larga de la metrópoli, de 33 kilómetros, se extienden los teatros que conforman la cuna del espectáculo mundial. Son producciones que superan los 35 millones de dólares, recaudaciones de un millón en una semana y con audiencias de 130 millones de personas, como El Fantasma de la Ópera, que lleva ya 30 años en cartelera.

Broadway solo sabe de seis cifras y de enormes tallas, por eso tenía que hacer justicia al simio más grande de la industria cinematográfica estadounidense. King Kong por fin tuvo cabida entre las encandilantes luces de Braodway. Justo cuando el filme cumple 85 años de creación.

Si bien la producción se montó en Australia en 2013, tras casi una década de planificación y producción, recién se estrenó en EEUU este noviembre.

La historia más neoyorquina de todos los tiempos, contextualizada en la depresión económica de 1929, con la emblemática escena del Empire State, por fin volvió a casa. Un King Kong más moderno, con seis metros de altura y 907 kilos, es movido, cual gigante marioneta, por tecnología movida por 14 artistas a través de cables. Otros expertos, a la distancia, asumen las expresiones faciales, esas que le dan una ‘túnica’ de humanidad al simio.

Expresivo al máximo, conmovedor, King Kong es lo que quisieron sus creadores; más que un derroche de tecnología, un sentimental ser vivo.

El espectáculo

Las dos horas y media de millonario despliegue artístico sorprenden y transcurren, mientras que en las afueras del 
Teatro Broadway, Manhattan está paralizada por el encendido de luces navideñas del Rockefeller Center, con un tedioso tráfico como consecuencia y policías desplegados por todas partes para controlarlo.

Los espectáculos compiten entre sí, y el mayor beneficiado es el espectador, que por un show de esos puede pagar hasta 300 dólares (bien invertidos por cierto), dependiendo de la ubicación, pero con paciencia y un poco de información tiene la posibilidad de obtener una de las preciadas entradas en 50 dólares, y sin hacer la interminable fila en Times Square (entre la avenida Broadway y la Séptima Avenida).

Eso sí, más allá de los precios, la calidad es un deber. Los que pagan menos no tienen que padecer a la hora de apreciar la obra en todo su esplendor. Los teatros de Broadway están tan bien pensados y diseñados que cualquier esquina es un buen lugar para quedarse sin pestañear.

King Kong es una de las 33 obras que actualmente se presentan en la lista de Broadway Collection. Está dirigida y coreografiada por Olivier Drew McOnie (In the Heights), presenta una nueva partitura de Marius de Vries (La La Land) y Eddie Perfect (Beetlejuice, el próximo musical), y un libro de Jack Thorne, The Tony®. Escritor ganador de Harry Potter y el Niño maldito.

La obra está recomendada para personas mayores de ocho años, se presenta en el teatro de 1681 Broadway, entre 52 y 53.

Es fácil dejarse apabullar por los letreros y confundirse sobre la obra a elegir, por eso lo ideal es evaluar el perfil del público (familiar, etc.) y visitar la mayor cantidad de sitios posibles en la red para tomar la decisión más acertada. Eso sí, como preinicial en materia de Broadway, es buena idea empezar por los legendarios clásicos, como Chicago.