El presidente Evo Morales recibió ayer a los 23 estudiantes que competirán en este evento mundial que se realizará este mes en Alabama (EEUU). Han creado dos prototipos de vehículos de exploración espacial

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3 de abril de 2019, 4:00 AM
3 de abril de 2019, 4:00 AM

Tras varios meses de preparación y cargados de esperanzas, así viajará la delegación boliviana rumbo a la NASA, en Alabama, Estados Unidos, donde se llevará a cabo el concurso Desafío del Explorador Humano (Human Exploration Rover Challenge).

Se trata de 23 estudiantes de Santa Cruz y de La Paz, que han construido dos prototipos de vehículos de exploración espacial, con los que se enfrentarán a 112 equipos de diferentes países, en esta competencia a realizarse el 12 y 13 de este mes.

Ayer los jóvenes visitaron al presidente Evo Morales en la Casa Grande del Pueblo. El mandatario comprometió su apoyo a la delegación, indicando que, así como el Gobierno impulsa a deportistas que consiguen medallas para el país, por qué no hacerlo con gente que se dedica a ser científico.

Morales ponderó el esfuerzo de este grupo, indicando que en sus manos está la liberación tecnológica de Bolivia. “La liberación tecnológica depende de las nuevas generaciones”, expresó.

Álvaro Flores, tutor de uno de los equipos, manifestó que el presidente les brindó todo su apoyo para efectuar la representación en el país del norte.

Según Flores, en la reunión se solicitó al presidente formar desde pequeños a los estudiantes porque Bolivia necesita menos jóvenes que sueñen con ser empleados y más de aquellos que quieran ser grandes empresarios, científicos y exploradores.

El concurso de la NASA promueve el STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés) y tiene como objetivo fomentar la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías para la planificación de misiones futuras y espaciales tripuladas a otros mundos. En esta competencia, los jóvenes diseñan, construyen y manejan vehículos ligeros, inspirados en los vehículos lunares originales.

El Apolo

El 20 de julio de este año, la NASA celebra 50 años del aterrizaje de Apolo 11 en la Luna. En 1971, Alan Shepard, Stuart Roosa y Edgar Mitchell, a bordo del Apolo 14, realizan una compleja misión en la Luna. Mientras Roosa permanecía a bordo de la cápsula, una tarea asignada a Shepard y Mitchell era explorar el Cono Cráter de la Luna, pues los científicos creían que las rocas cerca del borde del cráter eran parte del material más antiguo.

Durante la caminata, que duró dos horas, la frecuencia cardiaca de Shepard alcanzó los 150 latidos por minuto; los astronautas se detenían para tomar descansos, sudaban y tragaban ingestas de oxígeno, y la temperatura interna de sus trajes aumentaba. Tuvieron dificultades para navegar por las laderas y se retrasaron 30 minutos. Como resultado, alcanzaron un punto a 50 pies del borde del cráter antes de tener que volverse hacia el módulo de descenso Antares.

A BORDO DE UN ROVER, VENCER 14 OBSTÁCULOS DE UN TERRENO LLENO DE ESCOMBROS Y CON 6 MINUTOS DE OXÍGENO

El concurso Desafío del Explorador Humano tiene nuevas pautas, que obligan a los estudiantes a diseñar los rovers más ligeros posibles.

Cada uno debe ser impulsado por dos conductores estudiantes, uno masculino y otro femenino, a través de un curso sinuoso de media milla que presenta 14 obstáculos de enormes proporciones y cinco tareas técnicas, como la recolección de muestras, la toma de fotografías y la colocación de una bandera. También hay un temporizador en cada carrera, con solo seis minutos de oxígeno “virtual” disponible. Los equipos deben decidir qué tareas y obstáculos intentar o evitar antes de que expire el reloj.

Durante el desafío de dos días, competirán para estar entre los tres primeros finalistas y para ganar premios de la NASA y de los patrocinadores, incluyendo el mejor diseño de vehículos y el mejor equipo novato. Los rovers deben ser capaces de atravesar un paisaje exoplanetario lleno de escombros de asteroides: rocas de 5 a 15 pulgadas de ancho; un antiguo lecho de un arroyo con guijarros de 6 pulgadas de profundidad; y surcos de erosión y grietas de anchos y profundidades variables.

Al igual que en la misión de superficie del Apolo 14, los equipos deben tomar decisiones en tiempo real sobre qué objetivos de la misión intentar y cuáles dejar atrás, todos impulsados por un suministro de oxígeno virtual limitado de seis minutos con una reserva de un minuto. No usando la reserva de oxígeno, se gana recompensas adicionales. En lugar de penalizaciones de tiempo, los equipos ganan puntos a medida que avanzan a través de todas las etapas de la competencia.

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