Se volvieron virales. Un grupo de mujeres jubiladas decidió enfrentar su situación. A través del rap ellas se divierten y comunican que aún ‘pueden’. El mensaje es que los jubilados no deben ser tristes, aburridos ni amargados. Con la música se conectan con la vida. Su video en YouTube tiene 1,7 millones de ‘likes’

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24 de marzo de 2019, 10:00 AM
24 de marzo de 2019, 10:00 AM

No puede ser, debes ocuparte, algo hacer. ¡Qué linda la vida de jubilada! Dicen que ahora no hacemos nada... Al chiquitito hay que cuidarlo y al grandecito hay que aguantarlo. Total... Las jubiladas no hacemos nada, nada de nada, de nada”. Es parte de la letra del rap que un grupo de 13 mujeres mendocinas, entre los 63 y 91 años de edad, entona con mucho humor y energía, poniendo vida a los años al ritmo del hip hop.

Las letras abordan las diferentes actividades que realizan las jubiladas y que la mayoría de las veces no son valoradas por sus hijos y nietos, quienes piensan que como ‘hacen nada, de nada’, pueden disponer de su tiempo y de sus vidas.

Las abuelas que conforman el grupo son Beba Moyano (91), Estela Crivelli (84), Marité Carbó (64), Zulma Siacca (66), Elsa Luna (82), Nené de Marco (77), Betty Rad (71), Alejandrina Noriega (63), Marta López (65), Norma Longo (78), Laura Berazategui (66) y Malena Moreno (68), además de Miriam Burnet (86), que está un poco delicada de salud, razón por la que no pudo estar en la sesión de fotos ni en la entrevista. “Es una pena, es una de las que más apoyo recibe en las presentaciones porque tiene mucha onda”, dice Rodolfo, Yáñez, creador del grupo.

Todas coinciden en que cuando se jubilaron, y luego varias de ellas enviudaron o se divorciaron, no sabían qué hacer. Algunas en sus años mozos fueron maestras, otras abogadas o empresarias, y el resto amas de casa a las que nunca se les pasó por la mente estar a esta edad cantando o actuando, porque lo suyo nunca fue ni la música, menos el teatro.

Al verse solas, sin los hijos ni el marido en casa cayeron en depresión, hasta que llegaron a Alegres Corazones, que les cambió la vida. Con lo que hacen, demuestran que las personas mayores no tienen por qué quedarse en casa encerradas a ver pasar la vida, porque aún tienen mucho por hacer. Y eso demuestran cuando están en el escenario.

Sin pensarlo ya son virales

Lo del rap fue algo casual. Surgió sin planificarlo. No era que a las abuelas les gustara. Es más, ellas ni siquiera conocían ese tipo de música. Después de jubilarse llegaron al Club de Día Alegres Corazones, un centro para adultos mayores de la municipalidad de Mendoza, y comenzaron a hacer teatro con Rodolfo Yáñez (65), director y profesor desde hace siete años.

Un día Beba llegó con una letra escrita por una maestra de Luján y les pareció interesante trabajarla. Era solo una idea para arriesgarse a ver qué salía. No pensaron que tendría tanta trascendencia y que las abuelas iban a causar furor en las redes sociales, no solo entre las personas adultas mayores, sino también entre los jóvenes.

“Cuando lo presentamos al público causó mucho impacto entre las personas mayores que se vieron reflejadas en ese rap. Ese mismo día se corrió la voz de que había un grupo de abuelas raperas y comenzaron a invitarnos a diferentes provincias a participar en eventos y en programas televisivos y radiales, hasta que llegaron a recibir el reconocimiento de las autoridades, llegando a ser elegidas como personajes del año en 2017”, cuenta Rodolfo.

Con muchas pilas

Son mujeres clásicas en su forma de vestir, pero en sus presentaciones visten como cualquier jovencita rapera. Bailan y se mueven al ritmo del hip hop como si fueran unas quinceañeras. Con gran personalidad y carisma ponen vida a sus años, ya que afirman que con este tipo de música han rejuvenecido y que, si bien tienen algunos achaques propios de la edad, se sienten llenas de energía y vitalidad.

En abril del año pasado, las abuelas estrenaron el video de su hit Nada de nada, en YouTube, y a los pocos meses ya había sido visto a escala mundial. Hasta el momento cuenta con 1,7 millones de ‘likes’ y varios miles de reproducciones.

Además de ese rap, que es el que más éxito e impacto tuvo, ya han hecho otras canciones como No a la soledad, El rap de la tablet y El rap de los niños, escritos por Beba.

“Protestamos cuando nuestros familiares abusan de nosotros. Con nuestras canciones recalcamos todo lo que hacemos. Estamos felices de cómo ha pegado entre la gente porque las personas adultas se sintieron identificadas y a los jóvenes les resultó atractivo que hiciéramos esa música que a ellos les gusta”, subraya Beba, la más grande del grupo, pero que no aparenta llevar encima nueve décadas.

Estela está feliz de haber atesorado este mensaje que les cambió la vida. Siente que son transmisoras de experiencias propias y ajenas, sintetizadas y dadas a conocer a través de sus canciones.

Reconocimiento. Las abuelas raperas fueron elegidas como personajes del año en 2017. Ellas tienen el apoyo de toda su familia

Van evolucionando

El apoyo de los hijos y nietos es total, afirma Marité. Ellos les han enseñado muchas cosas. Una de las canciones habla sobre la evolución y el cambio de las abuelas con las redes sociales.

“Yo no tenía idea de manejar un celular, menos una tablet. Pero nosotras hemos ido cambiando y es lo que contamos a través de nuestras canciones. Son letras lindas que cuentan cómo vivimos. Es edificante y nos ha devuelto las ganas de vivir”, señala Marité.

Zulma dice que aún hay abuelas raperas para rato. Energía y ganas de hacer las cosas, les sobran. “Es esencial la actividad social para nosotras. Seguimos el consejo de nuestros médicos y sicólogos que nos dicen que debemos socializar para tener nuestro cerebro activo. Eso nos da vida”, remarca esta abuela de 66 años.

Malena, a sus 68 años, baila bastante, se moviliza en su moto, al igual que Betty, de 71 años. Es el medio de transporte de ambas y, quien las ve, no piensa que tengan el ‘bollo’ de años encima.