La historia de Sam se viralizó en las redes y provocó que cientos de usuarios lo apoyen. Ocurrió en un pueblo de EEUU

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5 de noviembre de 2018, 10:40 AM
5 de noviembre de 2018, 10:40 AM

Sam es un niño de cinco años que vive en Franklin, un pueblo de Estados Unidos. Hace unos días, cuando su madre pasó a buscarlo del jardín vio que tenía los ojos hinchados y con lágrimas que no podía contener. Le preguntó qué pasaba y él rompió en llanto. Le dijo que ya no se pintaría las uñas nunca más, porque en su clase se hicieron la burla de él.

El padre de Sam, Aaron Gouveia, a través de sus redes sociales, contó la historia de bullying que sufrió su hijo y subió una foto en la que él y su hijo están con las uñas pintadas.

Según una publicación del diario Clarín (Argentina) en menos de una semana la imagen recorrió el mundo, sumando likes y quebrando prejuicios a toda velocidad.

En un hilo de Twitter comenzó diciendo: “Hoy mi hijo aprendió que el machismo tóxico es una mierda y que puede ser muy dañino”. Después lo describió como un niño revoltoso, ruidoso, que está siempre sucio, ama los camiones, y además practica deportes.

El papá de Sam dijo que su hijo no tiene prejuicios y disfruta de actividades que son "para niños" o "niñas"

“Le gustan las mismas cosas que a muchos chicos, pero también ama un montón de cosas que son de nena”, continuó.

Siguiendo con el relato, dijo que a su pequeño también le gusta que sus uñas estén pintadas, porque cree que se ven hermosas así.

Minuciosamente, contó qué fue lo que sucedió: “Sam llevó su esmalte de uñas rojo al jardín, porque no tiene ningún prejuicio ni problema, pero sus compañeros de clase sí lo tienen. Sam fue ridiculizado por llevar las uñas pintadas. Lo llamaron por su nombre y le dijeron que se lo quitara. Esto duró todo el día".

“Mi esposa y yo pasamos cinco años predicando con éxito la tolerancia, la aceptación y la importancia de la expresión en Sam, y sus hijos lo destrozaron en un solo día de escuela. Ahora él siente la vergüenza de sentirse diferente”, sigue el relato del padre.

Luego explicó que el menor, tras hablar con sus padres, decidió que no se quitaría el esmalte y su hermano, de 10 años, se solidarizó con él y se pintó las uñas. Lo mismo hizo su padre, con quien se sacó una foto y la publicó.

La foto que el papá de Sam subió a las redes

Inmediatamente, otros usuarios de la red social enviaron sus mensajes de apoyo. Incluso los vecinos del pueblo estadounidense donde vive Sam se levantaron contra el bullying con una divertida iniciativa: Todos, hombres y mujeres, pasaron el día entero con sus uñas pintadas.

Incluso toda la clase de una escuela en EEUU se pintó las uñas en respaldo a Sam y contra el bullying:

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