Transcurrió medio siglo desde la aparición de la TV en el país. Los pioneros en Santa Cruz evocan esa época

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8 de septiembre de 2019, 4:00 AM
8 de septiembre de 2019, 4:00 AM

Eran las 19:45 del sábado 30 de agosto de 1969, cuando los bolivianos comenzaron a ver las primeras imágenes en movimiento a través de las emisiones de Canal 7, Empresa Nacional de Televisión Boliviana, hoy Bolivia TV, que tuvo todo el apoyo del Estado, relata el comunicador Juan Carlos Flores en su libro Historia de la televisión en Bolivia.

Tuvieron que pasar casi cuatro años para que el pueblo cruceño se emocione con las primeras transmisiones experimentales, en blanco y negro, a través del Canal Universitario. El rector de entonces de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, Luis Vincenti Mansilla, nombró al profesor Noel Alderete (+) como primer director y responsable del naciente Canal 8, hoy 11.

Este medio televisivo, que emergió con fines educativos, apenas contaba con una cámara, un monitor, una antena, cables, micrófonos y un transmisor de 10 vatios, que fue armado con una caja de lata y dos lámparas de vidrio, por técnicos de la universidad, entre ellos Alfredo Quiroz, y el hermano lasallista Andrés Triana.

Aunque eran pocos los cruceños que tenían un televisor en casa, la emoción de los pobladores fue muy grande y celebraron al ver las primeras imágenes de una peña folclórica que se llevó a cabo el sábado el 26 de mayo de 1973, en homenaje y serenata por el Día de la madre.

Las emisiones, como eran experimentales, solo se limitaban a tres veces a la semana y por dos horas, de 18:00 a 20:00, en las que generalmente se exhibían películas a través del telecine. Pocos eran los programas locales como el noticiario, el deportivo y algunos musicales, en los que apoyaron Sonia Soto y Édgar Ibieta, además de algunos otros colaboradores eventuales.

El profesor Noel fungía no solo como director del canal y responsable de los temas burocráticos, también hacía las veces de organizador de los sets y de la iluminación, era presentador de números artísticos, locutor de especiales, guitarrista, pianista, cantor y hasta como relacionista público, relata el propio profesor en las memorias de Canal 11, que se escribieron para celebrar sus 20 años de vida.

Don Alfredo cuenta que la televisión cruceña nació como un trabajo técnico de investigación para la universidad. Fue un experimento en los talleres que dictaban unos profesores españoles. Con lo poco que tenían, agrega, fabricaron un pequeño transmisor del tamaño de una caja de zapatos, se lo podía llevar en la mano.

“Fue emocionante. No lo podíamos creer cuando vimos las primeras imágenes. Fue un gran descubrimiento y me llena de orgullo haber sido parte del mismo. Por la radio un locutor anunciaba que ya había televisión en Santa Cruz, aunque no había los televisores. Fue un boom, aunque eran muy caros y no todos podían comprar”, comenta el ingeniero electrónico que en esa época entró a trabajar ad-honorem al canal, donde llegó a ser jefe técnico. Hoy, a sus 81 años, sigue armando transmisores en el pequeño taller que tiene en su casa.

De temple. Cecilia Kenning fue la primera mujer que fungió como directora del 11

Etapa de reestructuración

Después de que los trabajadores de la fase experimental realizaron varios seminarios de capacitación, las autoridades académicas reestructuraron y consolidaron el canal como un medio de comunicación al servicio de la actividad académica y de la sociedad.

En esta nueva etapa estuvo el comunicador Jorge Orías. A fines de 1976, él tuvo entre sus manos la responsabilidad de diseñar un plan de reorganización que se puso en marcha entre abril y septiembre de 1977.

“Fue una época increíble de mucha emoción y de trabajo en equipo. El canal, pese a ser universitario, se convirtió en el vocero de la sociedad. Teníamos libertad de expresión. Los rectores fueron abiertos. Daba gusto trabajar. Todos nos dábamos la mano. Éramos pobres, pero con muchos deseos de hacer las cosas. Era difícil competir con el canal estatal, pero lo hacíamos a puro pulmón. Buscábamos ser auténticos y diferenciarnos del estatal mostrando todo lo nuestro, que era lo que la gente quería, y con ello teníamos el 80% de la audiencia en Santa Cruz”, resalta Orías.

Memorias. El técnico Alfredo Quiroz y tres de los primeros directores del primer canal de Santa Cruz evocaron buenos momentos de los inicios de la TV

Deja muy claro que él era más un hombre de prensa, que siempre estaba detrás de las cámaras. Sabía de sus limitaciones, afirma. No estaba entre sus planes ser más visible y ser uno de los presentadores.

“Aunque era el niño bonito del periodismo en aquella época, no le gustaba figurar. Era el periodista más famoso”, recuerda entre risas Cecilia Kenning, durante el encuentro y la sesión de fotos que EL DEBER realizó en la pequeña videoteca del canal universitario, en la que participaron también los comunicadores Jorge Gil y Jorge Orías, que están considerados entre los pioneros de la televisión cruceña, y el técnico Alfredo Quiroz.

Para Jorge Orías estar al frente de las cámaras no era lo suyo. Cuenta que solo salía al aire alguna que otra vez, cuando era muy necesario y para dar explicaciones. “No tenía el dominio escénico, no me sentía a gusto. Me daba nervios. Menos mal que no hice un papelón frente a las cámaras”, dice.

En aquella época Orías ya pensaba en realizar programas de análisis e investigación. El comunicador, que ahora se dedica a la consultoría y a los negocios, siempre estaba un paso adelante produciendo y lanzando revistas con temas investigativos.

Intrépido. Jorge Orías fue el segundo director, tuvo en sus manos la responsabilidad de diseñar un plan de reestructuración

 

Frente a los tropiezos

Fernando Nürnberg, que tenía tan solo 22 años y acababa de formarse, comenzó a trabajar en el canal antes del reestreno y recuerda ese momento. El lanzamiento oficial fue organizado con bombos y platillos para el 24 de septiembre, como homenaje a la efemérides.

“Se había comprado un transmisor de 1.000 vatios. Del 8 íbamos a migrar al 13 para no tener la interferencia del Canal 7, ya que este medio contaba con alcance nacional. Ese equipo no llegó nunca porque estafaron a la universidad y, para no quedar mal, tuvimos que salir nomás por el 8, con la imagen y el logo que decía Canal 13, hasta que, en marzo de 1978, llegó el nuevo transmisor”, rememora entre risas el periodista y ahora propietario de Facetas TV.

Cecilia Kenning, licenciada en Letras, y Jorge Gil, licenciado en Informaciones, también están contados entre los pioneros de la televisión cruceña. Ambos formaron parte de ese equipo. Ella como jefa del departamento de Noticias, y él como director de Programación, con apenas 26 y 25 años, respectivamente. Los dos juntos leían el noticiero, pero también hacían de reporteros y redactores, acompañados también por Nürnberg con las informaciones deportivas.

“Fue una etapa hermosa, era un gran equipo con jóvenes profesionales. Teníamos que darnos la mano entre todos porque las condiciones eran muy precarias. Hacíamos de tripas corazón para sacar adelante el noticiario. Si bien era la directora y presentadora, igual tenía que salir a la calle, recopilar la información y luego la leía”, rememora Cecilia.

En dos ocasiones sufrió la intransigencia de la dictadura. Primero en Argentina, donde se crió, estudió y comenzó a trabajar en el departamento de noticias del Canal 10, de la Universidad Nacional de Tucumán. La segunda vez ya fue en su natal Santa Cruz, después de dejar la dirección del 11 para pasar a convertirse en la directora de Extensión Universitaria. Como autorizó la publicación de un documental de la caída del dictador Anastasio Somoza, de Nicaragua, el gobierno dictatorial que imperaba en el país, presionó y ella tuvo que dejar su trabajo a fines de los 80.

“Gracias a García Meza descubrí el gusto por la gestión cultural. Así encontré mi pasión y pude ser parte de la creación de grandes eventos culturales, que hoy son un patrimonio”, remarca Kenning, que hoy está jubilada y dedicada a la granja que le dejó su esposo, Javier Mansilla, quien falleció hace un año.

Todólogo’. Jorge Gil no solo fue director, también era periodista, redactor y presentador del informativo y de otros programas

En plena dictadura

Tras dejar Kenning la dirección del canal, asumió Jorge Gil en 1979, y también tuvo que lidiar con la dictadura de García Meza, pero se mantuvo en pie. Allí se quedó hasta 1983, cuando pasó a la televisión privada.

“Fue un tiempo de mucho crecimiento. No teníamos muchas cosas, lejos de pensar en un telepronter o sonopronter. Los letreros los hacían en papelitos escritos a mano. Éramos muy pobres, pero hacíamos grandes cosas. A veces nos quedábamos hasta muy tarde grabando porque nos equivocábamos y, como no teníamos editor, no había forma de arreglar, entonces debíamos volver a grabar desde el comienzo”, evoca Gil.

Empezar algo que no había fue embarcarse en una aventura que lo llevó a permanecer 24 años en la televisión, a la que dedicó alma, vida y corazón. A pesar de ser muy pobres y de no trabajar en las mejores condiciones, agrega, disfrutó de esa etapa al máximo. Desde hace 15 años está dedicado a la radio. Hoy se desempeña como redactor y presentador de noticias en El Deber Radio.

Remembranzas. Gil, Kenning y Orías posan con las fotografías de esa época que les dejó mucha satisfacción

Muchas anécdotas

Orías recuerda que en una ocasión, al llegar a su casa, enciende el televisor y se topa con que la FUL, encabezada por el fogoso estudiante falangista Otto Ritter, había tomado el canal en pleno noticiario al vivo.

“Fue un momento de mucha tensión. Me enojé muchísimo y me volví como un ‘peto’ al canal para hablar con los jóvenes; pero no había poder humano que los haga entrar en razón. De eso se enteró Percy Fernández, que era el líder cívico, y llegó. Los llamó a la reflexión y les pidió que no avasallen lo que era considerado un patrimonio de la ciudad. Ahí recién se calmaron”, recuerda.

Nürnberg dice que como el canal estaba cerca del aeropuerto, era imposible evitar que en los programas en vivo se escuche el estruendo de los aviones al decolar o al aterrizar, y el ruido los apabullaba.

“El edificio en el que estábamos era vetusto. En una oportunidad, al pasar un avión, vibró tanto todo, que en plena transmisión cayó polvillo y comencé a estornudar en vivo”, menciona.

Gil recuerda que el canal tenía como imagen central a Cañoto, en 1980, justo el año del golpe de Meza, y al parecer gente del gobierno hizo notar a las autoridades universitarias que estaban glorificando a un guerrillero. De inmediato le ordenaron quitar su foto y solo poner el logo con el 11. “Increíble”, añade, pero Cañoto fue proscrito.

Algo que quedó grabado en la memoria de Cecilia es cuando en una ocasión tuvieron que ir a grabar a una tamborita de Porongo y, como el río estaba crecido, el vehículo no pudo entrar y tuvieron que cruzar a pie y con los equipos al hombro para llegar al pueblo.

Han transcurrido 50 años en que la pantalla chica recorrió un largo camino, que comenzó con muchos tropiezos, con equipos precarios, pero también con buena voluntad y muchas ganas.

 


Técnico. Fue uno de los creadores del primer transmisor de televisión. Solo era de 10 vatios