El mes pasado, un habitante del municipio, con sus propios medios y algunas donaciones, inauguró una casa museo en una vivienda que data del siglo XVIII

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21 de octubre de 2018, 4:00 AM
21 de octubre de 2018, 4:00 AM

No estaba en buen estado, y hoy luce irreconocible. Es fruto del cariño y dedicación que le puso el comarapeño y flamante abogado Kevin Peredo (23), deseoso de que su municipio tenga un museo.

Con sus ahorros, y algunas donaciones, la que fuera una casona del siglo XVIII, propiedad de la familia Pérez Claure, se convirtió en el objeto de sus sueños.

La iniciativa no es cosa nueva, desde hace mucho tiempo tenía en mente el proyecto, pero dice que fue acelerado cuando vio convertirse en una casa comercial lo que fuera museo municipal. “Es fruto de una recolección de dinero de ocho años, como acabo de salir de la universidad estoy con tiempo. Con 403 años de fundación, Comarapa tiene mucho por investigar y los ciudadanos a veces esperamos que las autoridades hagan el trabajo, cuando sabemos que ellas dejan a la cultura en último plano, olvidando que es la plataforma para desarrollarse. Hago esto con desprendimiento, por la necesidad de exhibir nuestra cultura, fomentar la lectura, y además siento amor por mi pueblo, es uno de los lugares por los que siento mayor orgullo”, sostiene.

Cual templo

La vivienda, convertida en lo que Kevin ha bautizado como Casa Museo, es de dos plantas. Abajo hay corredores, y un patio con bancas y libros para la lectura; en la parte alta, con techos sostenidos por vigas y caña hueca, están todos los artículos dignos de admiración, que llevan de viaje por el túnel del tiempo a los visitantes: platería, mueblería de centros importantes como de La Deliciosa Glorieta, que fue un centro social de Comarapa, de principios de siglo XX, fotografías de antaño, vestuarios antiguos con hilos de plata y/o de oro, otros objetos antiguos como los mecheros, puertas, crines de cabello que según las creencias populares fueron trenzadas por el duende; y muchas curiosidades más, que son explicadas personalmente por Kevin, en un recorrido que solo cuesta Bs 5.

“La casa tiene semejanza arquitectónica con la vivienda que perteneció a la hija de Ignacio Warnes, que habitó en Comarapa, doña Manuela Antonia Warnes”, dice, y garantiza que el primer encuentro, desde la puerta, es una inmersión en el espíritu comarapeño de antes.La Casa Museo está abierta de martes a domingo, de 14:00 a 17:00 y de 19:00 a 22:00. Por ahora está a su cargo, pero en un tiempo, no lejano, cuando retorne a Santa Cruz de la Sierra, lo dejará en nuevas manos.

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