Una exposición en Londres aborda a la pintora surrealista mexicana desde los objetos personales que vistió para crear su imagen pública. Diseños y colores, indigenismo y política cubrían su dolor personal

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24 de junio de 2018, 4:00 AM
24 de junio de 2018, 4:00 AM

El museo londinense Victoria y Albert reúne en una exposición sobre la pintora mexicana Frida Kahlo con objetos tan personales como su pierna protética, que ayudan a entender su personalidad. 

Frida Kahlo: Haciéndose ella misma que estará abierta hasta noviembre, presenta más de 200 objetos de la Casa Azul, el estudio y vivienda de infancia de la pintora en el barrio capitalino de Coayacán y donde murió en 1954 a los 47 años.   Es la casa en la que se refugió durante un par de años al revolucionario ruso León Trotski, quien fue fugazmente su amante.

La pierna protética que figura en la muestra “es moderna y superbonita. Tiene una bota roja, le puso bordados chinos, le puso un cascabel para que sea más evidente. ¿Por qué iba a ser una pierna fea si ella era artista?”, explicó la mexicana Circe Henestrosa, comisaria de la exposición.

Una vida atormentada

Los problemas de salud de Kahlo fueron devastadores. Sufrió poliomelitis desde los siete años, lo que le dejó la pierna derecha más corta, una extremidad que le acabaría siendo amputada un año antes de morir.

Cuando tenía 18 años, el bus en el que viajaba fue embestido por un tranvía. Un pasamanos de acero le atravesó el abdomen y le causó gravísimas heridas que más tarde le impidieron tener hijos.   

Así nació la artista. En su larga convalecencia empezó a pintar con la ayuda de un caballete especial y un espejo para hacerlo desde la cama.

“Es el principio de su gran carrera y del deterioro de su cuerpo”, explicó Henestrosa.

La lección de Kahlo

La tía de Henestrosa era parte del círculo de la pintora y “le traía estos huipiles de Tehuantepec”, en el estado de Oaxaca (sur), recordó. El huipil es una blusa indígena mexicana, colorida y con bordados con la que Kahlo “quería demostrar sus valores mexicanos”, en una época, la inmediatamente posterior a la Revolución, en la que el país busca reforzar su identidad en el indigenismo. 

Además, “ella era comunista, y la hace parecer más del pueblo”, añadió la comisaria.

Pero la política no explica toda la indumentaria. “Empieza a usar faldas largas para disimular la pierna, y así se establece una relación entre su cuerpo y su indumentaria", narró la curadora. 

"Es lo que queremos mostrar: La persona, la mujer que se perfumaba, increíblemente femenina, no dejó que la discapacidad la definiera. Una artista mexicana, morena, discapacitada, que sea modelo para las jóvenes: está bien ser distinta”, asegura.

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