En la cinta presentada en el Festival de Cine de Toronto, Maxim Pozdorovkin ilustra varios accidentes mortales de los últimos años en los que han estado involucradas tecnologías cada vez más autónomas.

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7 de septiembre de 2018, 12:23 PM
7 de septiembre de 2018, 12:23 PM

La automatización nos mata, advierte el cineasta Maxim Pozdorovkin en su nuevo documental "The Truth About Killer Robots" ("La verdad sobre los robots asesinos"), que se presentará el sábado en el Festival de Cine de Toronto. Signo de lo que tal vez el futuro reserva a la industria del cine, la película es la primera que tiene a un robot como narrador.

El director, de origen ruso, cuenta que el filme surgió de su interés en "cómo influye la tecnología" en el ser humano, y "cómo la automatización nos transforma". "Se trata de un problema más profundo, fundamental para lo que somos como especie", dice Pozdorovkin a AFP.  

La película examina las leyes que implican a los robots que Isaac Asimov imaginó en su cuento "Sentido giratorio" (incluido en su libro "Yo, robot"), publicado en 1942, y según el cual las máquinas no deben dañar a los humanos.   También presenta los puntos de vista de ingenieros, periodistas, filósofos e incluso al propio Asimov valiéndose de imágenes de archivo.

En la cinta, Maxim Pozdorovkin ilustra varios accidentes mortales de los últimos años en los que han estado involucradas tecnologías cada vez más autónomas, como uno que tuvo lugar en una planta de Volkswagen en Alemania o los que implicaron a coches semiautónomos Tesla en Estados Unidos.   Analiza, además, el caso de la policía de Dallas, que en 2016 decidió enviar por primera vez a un robot que portaba una bomba para matar a un hombre que había abaleado a varios policías.

Estas historias plantean muchas preguntas, pero para el cineasta está claro que, como mínimo, la automatización elimina puestos de trabajo y hace que nuestras mentes sean holgazanas y nos relacionemos menos con los otros.   "Estamos hablando de cambios sociales significativos", señala. "Y creo que esto va a continuar".  

Muchas consecuencias son graduales, como en el caso de los camioneros estadounidenses, ahora obligados a recibir asistencia de un software de navegación a cambio de menos dinero en su sueldo.   "La automatización pone poco a poco en cuestión los salarios, las competencias y la dignidad de esos camioneros", dice a modo de ejemplo el director.    

Deshumanización

Pozdorovkin señala que los avances en la inteligencia artificial y los robots van mucho más allá de las fábricas, alcanzando ahora a bufetes de abogados, pizzerías o taxis, entre muchas otras actividades. Los beneficios económicos son fáciles de ver: los robots son más rápidos y más productivos. Pero, ¿qué pasará con todas esas personas que pierden sus trabajos?, pregunta.  

Lo que es aún más perturbador, según John Campbell, un filósofo de la Universidad de Berkeley, es la "pérdida de vínculos auténticos con otra persona" que implica el uso cada vez más extendido de robots y de la inteligencia artificial. En la película, explica que los robots diseñados para emular las emociones humanas pueden llevar a que las personas sean menos empáticas en general.

"Al confiar en la tecnología, su mente se vuelve más perezosa", comenta en el filme alguien que fue testigo de un choque en Florida entre un semirremolque y un auto semiautónomo de Tesla, cuyo conductor murió mientras miraba una película.  

Después de la utilización de un robot para abatir a un pistolero en 2016 en Dallas, el jefe de policía le pidió al concejo municipal más tecnología en lugar de más policías para enfrentar futuras amenazas, una demanda que impactó al realizador.   "Nos volvemos más robotizados", dice un francotirador de la policía de Dallas en la película, que se emitirá el 26 de noviembre por la cadena HBO.