La flexibilización en la portación de armas, los ataques contra los homosexuales, los indígenas y las ONG son parte de sus políticas

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22 de mayo de 2019, 4:00 AM
22 de mayo de 2019, 4:00 AM

El Gobierno del presidente ultraderechista de Jair Bolsonaro implementó en cinco meses medidas que amenazan los derechos humanos en Brasil, como la flexibilización del porte de armas, e impulsó una retórica que pone en riesgo a comunidades indígenas y las ONG, denunció ayer Amnistía Internacional (AI).

“Lamentablemente, la retórica contraria a los derechos humanos se está transformando en política oficial”, dijo en rueda de prensa en Brasilia Jurema Werneck, directora ejecutiva de AI en Brasil.

El informe “Brasil para el mundo”, presentado ayer, expresa las preocupaciones de AI tras la llegada al poder en enero de Bolsonaro, un excapitán del Ejército que a lo largo de su carrera expresó posiciones polémicas como la defensa de tortura de opositores durante la dictadura militar (1964-1985).

En concreto, centraron sus inquietudes en torno a ocho temas que incluyen la flexibilización de la posesión y porte de armas, el paquete de leyes anticrimen del gobierno Bolsonaro pendiente de aprobación, la política de control de drogas, la demarcación de territorios indígenas y quilombolas (comunidades formadas por exesclavos fugitivos), la retórica sobre derechos humanos y la libertad de expresión.

Violencia letal

Según AI, la flexibilización de la tenencia y el porte de armas, impulsadas mediante ordenanzas presidenciales, “pueden contribuir al aumento del número de homicidios” en un país que en 2017 registró poco menos de 64.000 asesinatos, casi 31 por cada 100.000 habitantes.