EL DEBER habló con residentes y periodistas bolivianos, quienes cuentan que los migrantes evitan salir a las calles por miedo a ser detenidos por la Policía del ICE. Trump endurece su política contra los migrantes y ataca a legisladoras disidentes

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16 de julio de 2019, 7:00 AM
16 de julio de 2019, 7:00 AM

Residentes bolivianos en Estados Unidos expresaron su incertidumbre por las redadas ordenadas por el Gobierno de Donald Trump y señalaron que, el fin de semana, mucha gente decidió no salir a las calles sin la documentación correspondiente por temor a ser detenidos por miembros del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés). Las ciudades más afectadas por esta extrema medida son Atlanta, Chicago, Baltimore, Los Ángeles, Denver, Houston, Virginia, Miami y Nueva York, donde hay mayor cantidad de migrantes latinos.

El Gobierno de Donald Trump reforzó ayer su postura contra la AFP inmigración procedente de Centroamérica al anunciar que impedirá el asilo a los inmigrantes que no lo soliciten antes en un “tercer país seguro”, lo que se suma a la amenaza de redadas masivas para combatir la inmigración ilegal.

EL DEBER habló con ciudadanos bolivianos, quienes coincidieron en señalar que las autoridades migratorias buscan a indocumentados, migrantes con procesos penales y aquellos que antes fueron convocados y no se presentaron ante las cortes penales. En muchos de los operativos, los policías cometen abusos contra los derechos humanos de los migrantes.

Ana María Camacho, que vive en Arlington (Arkansas), aseveró que “la población indocumentada está bajo mucha presión y toma sus previsiones en caso de que la Policía llegue hasta las casas”. Los medios latinos en aquella zona del centro de Estados Unidos informan a la población latina de que deben presentar toda la documentación migratoria que certifique su permanencia en el país del norte.

“Trump nos está amenazando constantemente y muchos dicen que es por con una cuestión electoral”, indicó Camacho. Sandra Peña vive con su familia en Virginia, en la zona este del país. La boliviana explica que, muchas veces, “la Policía detiene a personas inocentes que trabajan sin hacer daño a nadie y que solo buscan un futuro para sus hijos”. La mayor parte de las redadas apuntan a gente que tiene cargos criminales y que nunca se presentaron antes las cortes.

El lío es cuando llegan a las casas por una determinada persona y en la vivienda se encuentran con otros migrantes indocumentados. “Se los llevan igualmente, tengan o no tengan cargos ante la justicia, y eso no está bien. Por eso, los latinos no  vamos a votar por Donald Trump”, manifestó Peña. Otros migrantes prefirieron no identificarse por temor a represalias. Uno de ellos, residente en Nueva York, aseguró: “Duele mucho lo que pasa con los migrantes. Venimos a buscar estabilidad, pero como en otros países, hay redadas especialmente contra migrantes con antecedentes. Es terrible, pero hay gente inocente que paga por todos”.

La periodista Carmen Osorio, del programa Bolivia Tierra Querida en la zona de Washington, explicó a EL DEBER que “el anuncio de las redadas ha generado muchí- sima preocupación al interior de la comunidad boliviana.

El mayor temor es la deportación. La orden es sacar del país a los que tienen antecedentes penales o tengan orden de deportación final”. “Muchas personas permanecieron en sus hogares por temor a ser detenidos. Sin embargo, no hubo reportes de deportaciones masivas este fin de semana. Los bolivianos están en la incertidumbre porque los operativos continuarán esta semana. A los migrantes se les recomienda continuar en alerta, no abrir la puerta a los efectivos del ICE de migración. Entre sus derechos está no dejarlos entrar a las casas”, indicó.

Desde Los Ángeles, Miguel Paz contó las penurias que enfrentan los migrantes latinoamericanos y, en particular, los bolivianos. “Muchos tienen que evitar los lugares públicos por temor a ser requisados por la temible ICE”, destacó. Miguel tiene un negocio de venta de comida y notó el fin de semana que la venta había caído sensiblemente, por la ausencia de sus pares migrantes, por lo que la medida ya tiene efectos econó- micos. “La mayoría aquí en Los Ángeles no tiene papeles y tiene mucho miedo”, afirmó.

Contra los centroamericanos

Esta maniobra, presentada este lunes por el Departamento de Justicia y el de Seguridad Nacional de EEUU, es un nuevo intento de la Administración estadounidense de reducir el flujo migratorio en la frontera con México, procedente principalmente de Centroamérica.

“Un extranjero que entre o intente entrar en EEUU a través de la frontera sur después de no haber solicitado protección en un tercer país fuera de sus países de ciudadanía, nacionalidad o de última residencia legal habitual que hubiese transitado en camino a EEUU no es apto para asilo”, señaló la nueva orden publicada en el Registro Federal y que entrará en vigor hoy.

La legislación nacional permite a los solicitantes de asilo hacerlo al llegar a la frontera sin tener en cuenta su ruta, pero cuenta con una excepción para aquellos que lo hacen a través de un tercer país considerado “seguro”. En la actualidad, sin embargo, el Gobierno estadounidense solo tiene un acuerdo específico con Canadá.

Ofensiva contra legisladoras

Donald Trump alimentó ayer la polémica generada por los tuits en los que pidió “volver a su país” a cuatro demócratas latinas o negras y que son ciudadanas estadounidenses, al acusarlas de “racistas” e insistir en que deben “irse del país”.

En medio de una fuerte controversia que ha generado nuevas acusaciones de racismo y supremacismo blanco contra Trump, el presidente redobló sus críticas a las legisladoras, que llegaron al Congreso este año y se han convertido en voces muy influyentes en el movimiento progresista en EEUU.

“Si los demócratas quieren unirse en torno a las expresiones repugnantes y el odio racista que escupen las bocas y acciones de estas congresistas tan impopulares y que no representan (al pueblo), será interesante ver cómo les salen las cosas”, escribió Trump. Trump echaba así leña al fuego de la polémica que comenzó este domingo, cuando él preguntó en un tuit “por qué esas legisladoras no vuelven a sus países y ayudan a arreglar los lugares rotos e infestados de crimen de donde vienen”.

El mandatario se refería a un grupo de legisladoras de la Cámara Baja, conocidas popularmente como “La brigada” (“The Squad”), y formado por Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar, Rashida Tlaib y Ayanna Pressley.

42,5 MILLONES SUFREN HAMBRE EN LA REGIÓN
El deterioro de la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe provocó el año pasado que 42,5 millones de personas fueran afectados por el hambre, un flagelo que golpea con especial fuerza a Venezuela, alertó ayer Naciones Unidas. El informe, realizado por FAO junto a otras oficinas dependientes de ONU y divulgado simultáneamente en Nueva York y Santiago, destaca que América del Sur influyó con el crecimiento global de las tasas de subalimentación, un índice que sigue siendo liderado por África. “En América Latina y el Caribe, las tasas de subalimentación han aumentado en los últimos años, en gran parte como consecuencia de la situación en América del Sur, donde el porcentaje de personas con hambre aumentó del 4,6% en 2013 al 5,5% en 2018”, señala un comunicado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que tiene su sede regional en Chile. Sudamérica es afectada por la extensa y profunda crisis económica que vive Venezuela por la crisis política y económica vinculada al Gobierno de Nicolás Maduro.