El militar habló ante la Policía Militar en Río de Janeiro, epicentro de la inseguridad en Brasil. Analistas anticipan un fuerte impacto en América del Sur, en particular en países vecinos como Bolivia y Argentina

El Deber logo
16 de octubre de 2018, 4:30 AM
16 de octubre de 2018, 4:30 AM

Frente al temor de que su ascenso al poder provoque un retroceso en la democracia y un sismo en América Latina, el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro advirtió ayer que “quienes van a mandar en Brasil serán los capitanes”, durante un encuentro con policías militares en el marco de su campaña para la segunda vuelta electoral del 28 de octubre.

Las declaraciones de Bolsonaro fueron durante una visita que realizó ayer al Batallón de Operaciones Especiales (Bope) de la Policía Militar, en la zona sur de Río de Janeiro, y se dieron de forma jocosa hacia el coronel que ejerce el mando en ese Batallón.

El ultraderechista, capitán de la reserva del Ejército, dijo que aunque el coronel tiene el mando en la sede del Bope, en la Presidencia “quienes van a mandar en Brasil serán los capitanes”.

Durante la visita, Bolsonaro ya había dicho al grupo de policías con los que se reunió que en la Presidencia “tendremos uno de nosotros”, luego de explicarles lo lejos que había llegado su partido en el Congreso sin hacer campaña en las calles y sin los dineros públicos que otorga el Gobierno para las campañas.

“Tenemos la segunda bancada (parlamentaria) en Brasilia, sin televisión, sin fondo partidista, sin nada. Entonces tenemos que intentar cambiar, hacer lo correcto. Creo que eso es posible, después de todo, no tenemos otro camino. Muchas gracias a todos ustedes por la confianza”, declaró.

“Pueden estar seguros de que llegando (a la Presidencia), tendremos uno de los nuestros allí”, aseguró Bolsonaro en un video divulgado por su oficina de prensa tras la visita, en la que el candidato no hizo declaraciones a los periodistas.

Diversos analistas anticipan que un Gobierno de Bolsonaro ocasionará un tsunami político en la región, en particular en países que dependen grandemente de Brasil para sus economías, como Argentina, Venezuela y Bolivia.

“No observo ningún patrón unificado en la región: México gira a la izquierda en el mismo año que Brasil gira a la derecha con Bolsonaro. En Nicaragua y Venezuela colapsó la democracia, mientras que en Colombia y Ecuador se consolida”, explicó el analista político uruguayo Andrés Malamud.

Por su parte, el internacionalista Mariano del Alba alertó: “Dudo mucho que algo bueno salga en términos de consolidación de la democracia y respeto de los derechos humanos”.

Según una encuesta del instituto Datafolha, Bolsonaro lidera para la segunda vuelta presidencial con el 58% de la intención de voto, seguido del socialista Fernando Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT), que tiene un 42% de los apoyos.

Haddad falta a la cita con Lula

Por su parte, el progresista Fernando Haddad faltó a su cita con Luiz Inácio Lula da Silva en la prisión donde el expresidente cumple pena por corrupción y redobló sus ataques contra el ultraderechista Jair Bolsonaro, con quien se medirá en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil.

Haddad aparcó la visita de rigor que venía realizando a su mentor político todos los lunes desde que el 11 de septiembre asumió la candidatura del Partido de los Trabajadores (PT), que encabezó el propio Lula hasta que la Justicia lo vetó por estar condenado en segunda instancia.

La última vez que acudió hasta la sede policial de la ciudad de Curitiba, donde está confinado el exmandatario, fue el día 8, apenas un día después de la primera vuelta de los comicios, en la que obtuvo un 29% de los votos frente al 46% de Bolsonaro.

Desde entonces, Haddad ha citado menos a Lula en público, a diferencia de como hizo en la primera parte de la campaña, para empezar a ser él mismo e imponer un sello particular a su candidatura.

En un intento de conformar un “frente democrático” lo más amplio posible para vencer a su adversario el 28 de octubre, la campaña del exministro de Educación cambió el lema “Lula es Haddad, Haddad es Lula” por la frase “Un Brasil para todos”.

EL ULTRADERECHISTA Y EL IZQUIERDISTA ENSAYAN AJUSTES EN SUS CAMPAÑAS ELECTORALES A POCO DE LAS ELECCIONES
El ultraderechista Jair Bolsonaro se mostró amigo de la población homosexual y el socialista Fernando Haddad reforzó su actividad en San Pablo, la ciudad más rica y poblada de Brasil, como parte de las nuevas estrategias de sus campañas, a dos semanas del balotaje presidencial.

Contrario a lo que se imaginaba, el cambio más evidente de las estrategias de campaña se dio ayer en la de Bolsonaro, un capitán de la reserva del Ejército, nostálgico de la dictadura (1964-1985), que incluyó un carácter más humano a sus mensajes y se mostró amigo de la población homosexual.

Por su parte, la estrategia de Haddad, candidato del socialista Partido de los Trabajadores (PT), se enfocó en fortalecer su actividad en las calles de diferentes regiones de San Pablo, donde lo conocen más por haber sido su alcalde, pero también porque es la ciudad más rica, industrializada y poblada del país. No obstante, ambos candidatos endurecieron los mensajes contra su oponente.

Tags