El mandatario brasileño dijo que las movilizaciones no eran a favor del presidente sino al futuro del país. Presionan al Congreso para que apruebe reforma en las jubilaciones

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27 de mayo de 2019, 4:00 AM
27 de mayo de 2019, 4:00 AM

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, recibió ayer un espaldarazo y el voto de confianza de electores y simpatizantes, que salieron en masa a las calles de varias ciudades justo cuando su Gobierno afronta problemas para sacar adelante una polémica reforma de jubilaciones.

La fuerza del electorado del líder de ultraderecha, que en cinco meses de Gobierno colecciona una serie de polémicas y desentendimientos, da cierto respiro al mandatario, quien durante un culto evangélico en Río de Janeiro señaló que las manifestaciones “no eran a favor del presidente” y “sí del futuro” del país.

Las manifestaciones pro Gobierno convocadas en las principales ciudades del país se realizan 11 días después de multitudinarias protestas lideradas por estudiantes, a las que se sumaron sindicatos y movimientos sociales, como una reacción a los cortes anunciados para la educación pública superior del país.

A pesar de que las movilizaciones de ayer fueron convocadas para presionar al Congreso en la aprobación de la reforma jubilatoria y del paquete de medidas de combate al crimen del ministro de Justicia Sergio Moro, terminaron convirtiéndose en un acto explícito a favor de Bolsonaro.

Respaldo al ‘Mito’

Los simpatizantes salieron en su mayoría con camisetas amarillas y verdes, y algunos portaban carteles con mensajes de respaldo al ‘Mito’, cono es llamado Bolsonaro por su electorado, y en contra del Supremo Tribunal Federal (STF), la corte suprema y de la que viene siendo fuertemente criticada.

Algunos muñecos inflables gigantes del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, vestido de presidiario, fueron también exhibidos en varias ciudades donde se realizaron las manifestaciones.

La Orla de Copacabana, en Río de Janeiro, que es la cuna política de Bolsonaro, presentó una de las mayores concentraciones desde tempranas horas de la mañana, mientras que en capitales del norte, como San Luis (Maranhao) y Belem, en el amazónico estado de Pará, se evidenció también la fuerza de los simpatizantes.

En San Pablo, la mayor ciudad del país y cuyas movilizaciones se realizaron al final de la tarde en la céntrica e icónica Avenida Paulista, también se midió el apoyo al gobernante y la respuesta en su estado natal fue positiva para el presidente.