Debido a las elevadas reservas que suman 383.000 millones de dólares, Brasil se siente protegido de la crisis, y las reservas de Argentina han caído más en los últimos días

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9 de mayo de 2018, 23:27 PM
9 de mayo de 2018, 23:27 PM

Brasil considera que la crisis financiera argentina no supone un factor de riesgo pero la mira de reojo, pues dispara alarmas en el sector exportador, que teme al posible impacto del deterioro del principal destino de sus productos en la región.

"No hay un canal de contagio. Tenemos una situación externa muy confortable", garantizó el ministro de Hacienda de Brasil, Eduardo Guardia, después de que este martes Argentina anunció su decisión de acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) para intentar atajar una crisis que se agudizó con la continua depreciación del peso.

Las razones de Brasil para sentirse inmune a un eventual contagio de la crisis argentina están sobre todo en unas elevadas reservas, que suman hoy 383.000 millones de dólares y que el Gobierno considera suficientes para defender al real de posibles impactos externos.

 

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Mientras tanto Argentina carece de esa herramienta y su nivel de reservas ha caído aún más en los últimos días, con los esfuerzos de las autoridades monetarias por contener la caída del peso.

Así como el peso argentino se depreció en las últimas semanas más de un 15 %, la moneda brasileña ha ido por el mismo camino y, de una forma menos vertiginosa, ha perdido casi lo mismo frente al dólar desde enero pasado, sobre todo por el alza de los tipos de interés en Estados Unidos, que retira capitales de las economías emergentes.

Además, y pese a una ligera recuperación tras dos años de aguda recesión, Brasil vive sus propias turbulencias y no termina de recuperar la confianza de los inversores externos, sobre todo frente a las inciertas elecciones presidenciales de octubre próximo.

 

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El diplomático brasileño Rúbens Barbosa, ya jubilado y presidente del Instituto de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior, no manifestó el mismo optimismo que el Gobierno frente a la situación argentina y su posible repercusión en Brasil y consideró que "algún impacto habrá".

Asimismo, señaló que la depreciación del peso dará una mayor competitividad a las exportaciones argentinas, así como limitará el ingreso de los productos brasileños a ese mercado preferencial para el país.

"Es una situación preocupante, complicada", que "no se puede ni se debe minimizar", apuntó el diplomático, especializado en comercio exterior. La misma preocupación existe en el sector automotriz brasileño, que dirige hacia Argentina cerca del 75 % de sus exportaciones.

 

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En el primer cuatrimestre de este año, Brasil exportó productos hacia Argentina por un valor de 6.060 millones de dólares y casi el 30 % de esa suma (1.868 millones de dólares) respondió a ese sector.

La Asociación de Comercio Exterior de Brasil también consideró "preocupante" la situación argentina, por los mismos motivos y por su posible impacto en una balanza comercial bilateral que en los últimos años ha sido netamente favorable a los brasileños.

Según esa entidad privada que agrupa a empresarios volcados al sector externo, la previsible pérdida de competitividad de los productos brasileños frente a los argentinos tendrá un efecto, que se deberá sentir especialmente en el sector automotriz.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores de Brasil (Anfavea), que comienza a recuperar el terreno en el mercado interno después de dos años de recesión, aseguró que hasta ahora no ha registrado alteraciones en su cartera de negocios con Argentina.

Sin embargo, "esa elevada volatilidad cambiaría en Argentina es inquietante", admitió el presidente de Anfavea, Antonio Megale, quien consideró que será necesario "esperar unos meses" para medir el efecto de la crisis en el vecino país, tanto en Brasil como en el ámbito del Mercosur, bloque que completan Uruguay y Paraguay.