El movimiento de protesta nació en las redes sociales contra el alza del precio de los carburantes. Mira cinco preguntas y respuestas para entender de qué trata 

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27 de noviembre de 2018, 7:48 AM
27 de noviembre de 2018, 7:48 AM

El presidente Emmanuel Macron presentará el martes un plan para responder a la "cólera" de los "chalecos amarillos", un movimiento de protesta que nació contra el alza del precio de los carburantes y que ha sacado a cientos de miles de franceses a las calles en las últimas semanas.

A continuación, cinco datos sobre este movimiento sin líder visible que nació en las redes sociales.

¿Quiénes son los "chalecos amarillos"?

 El movimiento de los "chalecos amarillos" nació en pocas semanas al margen de los sindicatos y los partidos políticos. Su detonante: el alza de los precios de los carburantes.  Su nombre hace referencia a las prendas fosforescentes que debe utilizar todo automovilista en Francia en caso de incidente en una carretera para tener mayor visibilidad.

Respaldado principalmente por la gente que vive en la periferia, provincias o zonas rurales, se ha convertido en un movimiento más amplio contra la política tributaria del gobierno, que muchos consideran que favorece a los más ricos.

"El movimiento de los chalecos amarillos emerge en un momento en el que el sentimiento de injusticia fiscal es particularmente fuerte", explica Alexis Spire, director de investigación del CNRS.

"No se está cuestionando el impuesto en si, sino la idea de que no está siendo repartido equitativamente", añade este analista.

Además de protestar contra el alza de los carburantes, las reivindicaciones de los "chalecos amarillos" son diversas. Algunos reclaman que se restablezca un impuesto a los más ricos, otros, medidas para aumentar el poder adquisitivo y los más radicales piden la renuncia de Macron.


¿En qué se diferencia de otros movimientos?

Este movimiento se inscribe en la larga historia francesa de contestación social contra los impuestos.  Algunos lo comparan con la revuelta de los "gorros rojos" bretones que obligaron al gobierno socialista de François Hollande (2012-2017) a eliminar un impuesto a los camiones para luchar contra la contaminación.

Pero para Danielle Tartakowsky, profesora de historia contemporánea, es "inédito" en varios aspectos. "Primero porque nació en las redes sociales [...] y segundo porque recurre a un nuevo modelo de organización", desligado de los cuerpos intermediarios.

Y aunque tiene algunas similitudes con "Nuit Débout", la versión francesa de los "Indignados" del 15M en España, los analistas coinciden en que sociológicamente no se trata de las mismas bases.

Los "Indignados franceses" eran jóvenes urbanos, con diplomas, preocupados por la falta de oportunidades, mientras que los "chalecos amarillos" son obreros, empleados precarizados, de zonas rurales o ciudades de tamaño medio, señala Jérôme Sainte-Marie, director del instituto de sondeos PollingVox.

"Estos territorios han sufrido una disminución de los servicios públicos en los últimos años. Sus habitantes se sienten abandonados por los poderes públicos e ignorados por los políticos", apunta Spire.

¿Qué tan grande es este movimiento?

El sábado 17 de noviembre, en el primer día de acción nacional convocado por los "chalecos amarillos", unas 300.000 personas participaron en protestas en todo el país, con un balance de dos muertos y más de 600 heridos.

Las protestas esporádicas continuaron a lo largo de la semana, con bloqueos de carreteras y de depósitos de combustibles.

El sábado pasado, en el llamado "acto II" del movimiento, solo participaron un poco más de 100.000 personas en manifestaciones en toda Francia, 8.000 de ellas en París.

La atención se focalizó en la capital francesa, en donde se produjeron disturbios entre manifestantes y la policía en la famosa avenida de los Campos Elíseos, con un saldo de 103 detenidos.

¿Qué va a anunciar Macron?

Pese a que según los sondeos la mayoría de los franceses apoya el movimiento, Emmanuel Macron no tiene intención de anunciar un cambio de rumbo.  El mandatario centrista ha repetido que no dará marcha atrás en su "transición ecológica", un paquete de medidas para alentar a los franceses a adoptar modos de vida y de transporte menos contaminantes, con la que justifica el alza de los combustibles.

Se espera que el martes Macron confirme el aumento de los impuestos a los carburantes previsto para el 1 de enero.

Sin embargo, para calmar a los manifestantes, podría anunciar medidas para que esta "transición ecológica sea la más justa posible", sobre todo para los más modestos.

¿Este movimiento puede durar?

Por ahora, los "chalecos amarillos" gozan de un amplio apoyo público. Un sondeo realizado la semana pasada mostró que alrededor del 70% de los encuestados consideraba justificadas las protestas.  Pero la caída de la participación en las manifestaciones sugiere que el movimiento de los "chalecos amarillos" esta decayendo.  "El movimiento podría desaparecer por desgaste", advierte Jérôme Sainte-Marie.  "Si el próximo sábado sólo salen 50.000 personas a la calle podría ser su fin", predijo.

Pero lo que comenzó como lo que Sainte-Marie llama un movimiento "espontáneo y horizontal", ahora está tratando de organizarse.

Los "chalecos amarillos" anunciaron el lunes la creación de una delegación de ocho personas para negociar con el gobierno.  "Hay una clara voluntad de organizarse. Lo que queda por ver es cómo responderá Emmanuel Macron", dijo Tartakowsky.