Ha superado a la peor Cuba económica por culpa de la inflación, la devaluación y la caída del Producto Interior Bruto (PIB),

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22 de mayo de 2018, 7:29 AM
22 de mayo de 2018, 7:29 AM

Parecía imposible, un récord inalcanzable, pero Nicolás Maduro y los superpoderes concedidos por la Ley Habilitante y el Decreto de Emergencia Económica y Estado de Excepción lo han logrado. "Venezuela ya está peor que Cuba en el histórico Periodo Especial de los 90. ¡Y con petróleo!", se escandaliza Pavel Vidal, economista cubano y ex funcionario del Banco Central de Cuba (BCC).

Los estudios realizados por Vidal para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) han acabado de convencerle: Venezuela ha superado a la peor Cuba económica por culpa de la inflación, la devaluación y la caída del Producto Interior Bruto (PIB), del salario real y de las importaciones, a las que habría que añadir indicadores únicamente bolivarianos. Un verdadero terremoto económico, según elmundo.es.

El Periodo Especial comenzó con la caída del Muro de Berlín en 1989 y se prolongó hasta 1995, cuando comenzaron a mejorar sus cifras macroeconómicas gracias a las medidas liberalizadoras, aunque no se consolidaron hasta que Hugo Chávez inundó la isla con petrodólares y oro negro a partir de 1999.

El derrumbe venezolano se inició en 2013 con los primeros desajustes del modelo chavista, afectado por la mala gestión, la corrupción generalizada y los multimillonarios gastos para conseguir la reelección del comandante supremo y la victoria de Maduro. Después llegó la abrupta caída de los precios del petróleo en 2015 y la bajada a los infiernos económicos cuyo final no se atisba.

Buena parte de culpa la tienen los plenos poderes presidenciales otorgados al hijo de Chávez, quien desde 2013 abusó de la Ley Habilitante para gobernar por decreto. Desde enero de 2016 subió su apuesta con el Decreto de Emergencia Económica, renovado desde entonces de forma inconstitucional.

El primer mandatario ha prometido que desde hoy iniciará un nuevo cambio económico y algunos de sus más cercanos han deslizado en sus conversaciones ante diplomáticos que se han cometido muchos errores y que deberían acercarse más a los empresarios. Palabras parecidas han resonado, sin llegar más allá, en los últimos cinco años, mientras el colapso parece cada vez más posible.

La Cuba del Periodo Especial perdió un 35% de su PIB en pesos y un 50% en dólares cuando Venezuela en cuatro años de contracción se acercó al 40% (52% según los cálculos del economista venezolano Alexander Guerrero) y para este año el FMI teme una caída del 15%.

Según las estimaciones de Vidal, la tasa de cambio en Cuba se devaluó en el mercado informal de cinco a 150 pesos por billete americano. En Venezuela es imposible imaginar el final al desmesurado crecimiento del dólar paralelo: cotiza por encima de un millón de bolívares por billete verde cuando en 2013 inició el año cambiándose a 17,32 bolívares por dólar.

El salario real cubano sufrió el Periodo Especial hasta caer un 80%. Otro factor económico donde la tragedia venezolana no tiene comparación: con el actual salario mínimo mensual de 2.550.000 bolívares (que no llega a tres dólares en el mercado negro) un criollo no puede comprar un kilo de carne, valorada al menos en 3,5 millones de bolívares esta semana. En cambio, al morir Hugo Chávez, el salario mínimo rondaba los 129 dólares al cambio blue, 2.457 bolívares sin contar los cesta tickets.

Es con la inflación donde el récord cubano queda pulverizado: la mayor subida de precios en un año fue de 200%, cuando la actual venezolana interanual, de 13.779%, ha superado las estimaciones del FMI y amenaza con dispararse a final de año por encima de 100.000%.

«Desde 2013 han destruido más del 50% de la economía privada y pública y eso con el 82% de la población con salario mínimo, el más bajo del continente, creando condiciones de empobrecimiento similares a las conocidas en el centro de África, con un PIB per cápita de escasos 2.850 dólares anuales, el menor del continente», detalla Guerrero.

"El Periodo Especial me supuso una caída abrupta en dos años de la ingesta y de los servicios básicos en el barrio obrero de Alamar, con apagones de 14 horas en el calor del trópico y con el transporte demorando muchas horas en pasar", recuerda el politólogo cubano Armando Chaguaceda, buen conocedor de las dos revoluciones. Los recuerdos de aquella época forman parte hoy del imaginario colectivo cubano, tan profundos que les aterroriza regresar a algo parecido.

El escenario sí era distinto, ya que Cuba se enfrentó a esa encrucijada histórica tras 30 años de socialismo de estado, con la libreta de racionamiento instalada, "los Comités de Defensa de la Revolución y el control político de la población", rememora Chaguaceda.

Vidal destaca además la respuesta de ambos gobiernos, totalmente distinta. "Cuba hizo reformas para dar mayor espacio al sector privado, a la inversión extranjera directa, a las remesas y al turismo en un proceso de liberalización y apertura de la economía. Venezuela ha hecho todo lo contrario, reforzando el papel del estado, nacionalizando e interviniendo". La sentencia final es de Chaguaceda: "La degradación económica brutal de Venezuela no se corresponde con sus riquezas, es algo injustificable".