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TRATA DE PERSONAS

Desarticulan red que obligaba a venezolanas a prostituirse en España

Buscaban jóvenes vulnerables y con problemas económicos, las controlaban bajo amenazas, agresiones físicas y coacciones en todo momento. Once mujeres fueron liberadas

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31 de marzo de 2019, 10:52 AM
31 de marzo de 2019, 10:52 AM

La Policía detuvo en varias ciudades de España a 11 personas de nacionalidad española y venezolana que presuntamente formaban parte de un grupo itinerante de proxenetas que explotaba sexualmente a mujeres originarias de Venezuela en pisos turísticos.

Los arrestados son ocho venezolanos y tres españoles, en una operación en la que 11 mujeres fueron liberadas, informó este domingo la Policía en un comunicado.

Las detenciones tuvieron lugar en las ciudades de Almería y Granada (sur), Alicante (sureste), Pontevedra, Ferrol y La Coruña (noroeste) y Madrid.

También se registraron simultáneamente en esas localidades varios inmuebles que en ese momento regentaba la supuesta organización criminal.

La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de la existencia de una organización que se dedicaba a la captación de mujeres jóvenes con una situación de precariedad económica y vulnerabilidad, ofreciendo un trabajo inexistente en España.

Tras la fase de captación, se llevaba a cabo el traslado de las mujeres que incluía la reserva de hotel, el pago del billete de avión y otros trámites que generaban una deuda económica que tendrían que saldar ejerciendo la prostitución.

Los agentes constataron que se trataba de una red itinerante de proxenetas con una amplia movilidad geográfica, usando viviendas de alquiler turístico que la propia organización contrataba en diferentes ciudades de la geografía española.

La red desmantelada aprovechaba su amplia movilidad geográfica para ofrecer a las mujeres como "novedades" en las localidades donde eran trasladadas, lo que les proporcionaba un mayor beneficio económico.

Las jóvenes eran controladas bajo amenazas y coacciones en todo momento, llegando a ser agredidas físicamente para someterlas al pago de la deuda contraída, deuda que además aumentaba si no cumplían con los plazos establecidos para hacer efectivo el pago.

Los movimientos y los contactos que las mujeres tenían con terceros eran siempre supervisados, además de auditar sus servicios sexuales sin permitir que descansaran. La organización también les ofrecía la posibilidad de regularizar su situación en España a cambio de una contraprestación económica.

Además de la explotación sexual de mujeres, se dedicaban al tráfico de drogas a pequeña escala bajo las directrices de los miembros de la organización que ocupaban los escalones más altos.